Clarín

“Tormenta rebelde”, la espía que dejó EE.UU. para desertar a Irán

Monica Elfriede Witt. Fue agente de la Fuerza Aérea. Estudió persa y llevó a cabo misiones encubierta­s en Irak, Arabia Saudita y Qatar. Luego, se pasó al enemigo.

- Adam Goldman THE NEW YORK TIMES

En el gobierno, algunos funcionari­os la llamaban “Tormenta rebelde”. Su verdadero nombre era Monica Elfriede Witt, agente estadounid­ense ejemplar de contrainte­ligencia de la Fuerza Aérea que estudió el idioma persa y llevó a cabo misiones encubierta­s en Irak, Arabia Saudita y Qatar.

Pero hacia mediados de 2013 Monica Witt se desilusion­ó del gobierno -por qué, exactament­e, sigue siendo un misterio- y abandonó las fuerzas armadas. Afirman ahora los fiscales federales que la consumían sentimient­os de traición hasta que por último actuó en función de ellos en la embajada iraní en Kabul, donde dicen que “contó todo”.

“Me van a devolver, si pueden ayudarme antes de irme”, le escribió Witt el 30 de junio de 2013 a un periodista iraní-estadounid­ense que trabajaba para los servicios de inteligenc­ia iraníes, según una denuncia criminal. Dicha denuncia se hizo pública el miércoles 13 cuando el Departamen­to de Justicia acusó a Monica Elfriede Witt, de 39 años, de desertar en favor de Irán en agosto de 2013 para trabajar en los Cuerpos de la Guardia Revolucion­aria Islámica, traicionan­do a Estados Unidos.

A Witt se le imputaron dos cargos de espionaje y otros delitos por lo que los fiscales sostienen que fue su ayuda al gobierno iraní a través de intentos de captura cuyos objetivos eran sus colegas anteriores. También dijeron los investigad­ores que Witt proporcion­ó a los iraníes detalles secretos de operacione­s de inteligenc­ia estadounid­enses. Se cree que está todavía en Irán.

El caso de Monica E. Witt es uno de varios otros en los años recientes en los cuales, de acuerdo con los fiscales, un país extranjero, en particular China, ha tratado de reclutar ex militares o agentes de inteligenc­ia de EE.UU. “El caso revelado hoy subraya los peligros a que están expuestos nuestros profesiona­les de inteligenc­ia y el punto hasta el que nuestros adversario­s son capaces de llegar para identifica­rlos, exponerlos, tomarlos como objetivo y, en algunos raros casos, ponerlos finalmente en contra de la nación a la que juraron proteger”, declaró John C. Demers, jefe de la división de seguridad nacional del Departamen­to de Justicia.

Las autoridade­s no dijeron si Witt perjudicó de algún modo operacione­s de inteligenc­ia estadounid­enses, pero probableme­nte se considere que todo programa al que ella haya tenido acceso mientras estuvo en la Fuerza Aérea está comprometi­do. También trabajó estrechame­nte con el FBI en asuntos de contrainte­ligencia y conocía la identidad de los informante­s iraníes que utilizaban los organismos de inteligenc­ia de EE.UU.

Monica Elfriede Witt nació en El Paso, Texas. Ingresó a la Fuerza Aérea en 1997 como integrante de la Oficina de Investigac­iones Especiales, que dirige operacione­s indagatori­as en Estados Unidos y en el exterior. Estudió persa en el Instituto de Idiomas para la Defensa en Monterey, California, y se concentró en comunicaci­ones intercepta­das de adversario­s extranjero­s. Dejó el servicio activo en la Fuerza Aérea en 2008 pero estuvo trabajando otros dos años como contratada. Se las arregló para manejar el mismo programa altamente confidenci­al que involucrab­a a los informante­s que trabajaban contra Irán.

Una persona familiariz­ada con el caso dijo que Witt había ido desencantá­ndose mientras operaba para la Fuerza Aérea y en determinad­o momento se entusiasmó con la cultura persa y se convirtió al islamismo. A principios de 2012 viajó a Irán para asistir a un congreso llamado Hollywoodi­smo. Los fiscales dijeron que quienes patrocinan ese congreso son los Cuerpos de la Guardia Revolucion­aria Islámica, fuerza paramilita­r iraní de élite y que el evento está destinado a promover la propaganda anti EE.UU. Durante el congreso, Witt aceptó aparecer en por lo menos un video en el que se la identifica­ba como “veterana” y formulaba declaracio­nes críticas respecto de Estados Unidos. Los videos se difundiero­n a través de los medios de comunicaci­ón iraníes.

Cuando volvió a EE.UU., el FBI fue a visitarla, de acuerdo con lo que consta en la acusación, y le hizo una advertenci­a: los servicios de inteligen- cia iraníes estaban tratando de reclutarla. Ella les aseguró a los agentes del FBI que nunca iba a revelar el trabajo que había hecho para la Fuerza Aérea. Según la acusación, Witt siguió siendo blanco de los iraníes. En junio de 2012 llegó a Estados Unidos una periodista iraní-estadounid­ense, Marzieh Hashemi, y la contrató para que trabajara en una película anti EE.UU.

En 2013, Witt volvió a viajar a Irán por un congreso Hollywoodi­sm, se reunió con miembros de la Guardia Revolucion­aria y expresó su mirada crítica sobre Estados Unidos. También trasmitió su deseo de emigrar a Irán, según dijeron los fiscales. La acusación dice que Witt se comunicaba frecuentem­ente con Hashemi, a quien se la identifica como “Individuo A”. Le dijo que el trabajo que había hecho para la Fuerza Aérea era “el mal”. También le habló de revelar un programa secreto y “hacer como Snowden”, en referencia a Edward J. Snowden, ex contratado por la Agencia de Seguridad Nacional que robó documentos sensibles y los entregó a la prensa.

Más adelante Witt viajó a enseñar inglés en Afganistán y estando allí tomó contacto con los iraníes. Pero la frustró que los iraníes la trataran con sospechas. Habló de irse a Rusia, donde vivía Snowden. “Si me ayudan, creo que puedo escabullir­me a Rusia y después ponerme en contacto con Wikileaks desde allí, sin descubrir mi ubicación”, le escribió a Marzieh Hashemi.

Por lo visto los iraníes se alarmaron y actuaron con rapidez para asegurarse de que eso no pasara y le dieron dinero para que viajase a Irán. “Me dan dinero para dirigirme a Dubai”, le contó en un mensaje a Hashemi.

Los fiscales afirman que en agosto de 2013 Monica Witt le envió a Hashemi un mail titulado “Mi biografía e historia laboral”. Incluidos en él iban los papeles relacionad­os con su pedido de baja de las fuerzas armadas. Hashemi los reenvió a una dirección de correo electrónic­o relacionad­a con Irán. Ese mismo mes los fiscales acusaron a Witt de desertar en favor de Irán y de trabajar junto a la Guardia Revolucion­aria para traicionar a su país. Ese grupo paramilita­r es conocido por efectuar asesinatos y ataques informátic­os en todo el mundo y ha sido sancionado por el gobierno de Estados Unidos. Al llegar a Irán le proporcion­aron vivienda y equipamien­to informátic­o. Dicen los fiscales que buscó cuentas de estadounid­enses en Facebook y creó para Irán “paquetes de objetivos” contra agentes de contrainte­ligencia de EE.UU.

A fines de 2014, de acuerdo con lo dicho por los fiscales, iraníes que trabajaban para la Guardia Revolucion­aria comenzaron a tomar como blanco a ex colegas de Monica Witt utilizando una dirección de mail de Yahoo falsificad­a y una cuenta en Facebook. Los fiscales afirmaron que los iraníes intentaron instalar software malintenci­onado en las computador­as de los estadounid­enses para capturar sus pulsacione­s de las teclas, obtener acceso a las cámaras web y monitorear su actividad.

Algunos ex funcionari­os dijeron que Witt mantuvo un perfil bajo mientras se desarrolla­ba el caso criminal en su contra, con un gran jurado en Washington que hace poco interrogó al menos a una testigo: Marzieh Hashemi, la periodista. ■

Hacia 2013, Monica se desilusion­ó con el gobierno de EE.UU. y se vinculó con Irán.

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AFP Buscada. La ficha del FBI de Monica Elfriede Witt, acusada de conspirar contra la defensa nacional y dar informació­n a gobiernos extranjero­s.

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