UNA SEGUIDILLA TRÁGICA
● Gálvez, Santa Fe. El 13 de diciembre, Francesco murió ahogado en la pileta de la colonia de vacaciones a la que iba en la Cooperativa Integral de Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe. El caso tuvo una resonancia especial porque su padre, que había organizado varias marchas para reclamar justicia, fue asesinado a balazos días después.
● San Miguel, Tucumán. En la pileta del Prensa Club, quien murió ahogado el 12 de enero fue un nene de 7 años, Nahuel González. La familia encontró un consuelo en que sus órganos hayan salvado ocho vidas en distintas partes del país. Se supo que la pileta ni siquiera estaba habilitada.
● Cerrillos, Salta. Luciano Mamaní, de 4 años, murió el 27 de enero, ahogado en una pileta del camping del sindicato de Cerveceros: se cayó al agua y, aunque algunos adultos se arrojaron para intentar rescatarlo, no lograron reanimarlo. Tras la tragedia, allegados denunciaron en los medios que en Salta no es obligatoria la presencia de guardavidas en piletas de este tipo. ● Plottier, Neuquén. El 3 de febrero, en un predio de ATE, la víctima fatal fue una nena de 5 años. Había ido a pasar el día con su familia.
● La Plata, Buenos Aires. Dos días después generó conmoción la muerte de Lucas Lin, de 5 años. El nene apareció en el fondo de la pileta de la colonia a la que concurría en el Lincoln Summer Camp. Los responsables del grupo notaron su ausencia cuando llegó la hora de la merienda, salieron en su búsqueda y lo encontraron muerto bajo el agua.
● Venado Tuerto, Santa Fe. Anteayer se sumó el fallecimiento de un chico de 9 años en el club Defensores Talleres. Según trascendió, un familiar que estaba a su cargo lo perdió de vista, empezaron a buscarlo y los bomberos terminaron hallándolo en el fondo de la pileta. El hecho sucedió cuando el predio estaba repleto de niños, jóvenes y adultos, en medio de una jornada muy calurosa. Estiman que el chico pasó varios minutos sumergido. Por eso, las tareas de reanimación no dieron resultado.