Anhela un partido político democrático de verdad
El día que los políticos que pierden unas elecciones se den cuenta que es porque hubo una mayoría que no vivía en la gloria, quizás en vez de intentar derribar al gobierno entrante se centren en aprender a gobernar para el bienestar del pueblo y no para el bienestar de ellos y de los de su partido. Un partido democrático de verdad, que desee el poder, intentará que en cada legislatura haya menos pobres y más clase media. Un partido político debe dar soluciones, y no problemas. Si sus partidarios causan problemas constantes para intentar hacer fracasar al gobierno de turno, no sólo están atacando al gobierno, están perjudicando al país.
Si el o la líder de un partido sólo busca el fracaso de quien gobierna, no es un patriota, es un traidor, capaz de hundir a la patria y a sus compatriotas con tal de llegar a la Rosada. Es como si desease que un cirujano fracase. Éste quedará desprestigiado, pero el más perjudicado será el paciente: todos los habitantes de la Argentina. Un pueblo inteligente y con cultura jamás deberá votar a un partido cuyos seguidores hacen todo lo posible por dificultar la labor del gobierno, sin importarles que nuestra patria, que es también la de ellos, siga hundiéndose en la po- breza y la miseria del tercer mundo. Carlos A. Ochoa Blanco calveto8ab@gmail.com