Las órdenes religiosas de todo el mundo piden perdón por encubrir los abusos
Representan a 133 mil sacerdotes y 500 mil monjas. Dijeron sentir “vergüenza” por lo ocurrido.
Los superiores de las órdenes religiosas de todo el mundo, que representan a 133 mil sacerdotes y 500 mil monjas, entonaron el “mea culpa” y declararon ayer que “bajamos la cabeza por vergüenza por lo que ha ocurrido”, dando además pleno apoyo al Papa argentino en su decisión de aplicar la línea dura a los 5.100 obispos de la Iglesia para terminar con las coberturas y protección de los culpables en los casos de “abuso sexual clerical”. Este jueves comienza una reunión mundial de los presidentes de las conferencias episcopales de todo el planeta con Francisco, quien dijo que quiere que “los obispos comprendan cuál es su responsabilidad”.
La línea dura incluye implícitamente las sanciones a los obispos y otros responsables que eludan sus deberes, entre ellos denunciar a la Iglesia y a la justicia de sus países a los clérigos pederastas, que abusan sexualmente de los niños y otros menores. Tras haberse anunciado el sábado la expulsión de la Iglesia del ex cardenal norteamericano Theodore McCarrick, por pederastía y abusos sexuales de seminaristas, el Papa ha reforzado notablemente su posición, asediado como está por una conspiración de ultraderecha con base sobre todo en Estados Unidos y el Vaticano, que quiere quitarlo de la cátedra de San Pedro y usa como pretexto los crímenes de los curas pederastas.
La Iglesia norteamericana, do- minada por conservadores poco amigos o directamente hostiles a Jorge Bergoglio, agradeció al Papa argentino por su decisión de echar de la Iglesia al ex cardenal McCarrick.
El Papa se juega su pontificado en esta crisis, una de las más graves en la historia de la Iglesia, que a su vez se juega su destino frente a los 1300 millones de fieles, muchos de los cuales están asombrados y enojados por la magnitud de la crisis, que abarca todo el planeta. En Estados Unidos, el país más conmovido por los casos de abusos sexuales clericales, la diócesis de Oakland, en California, publicó una lista de 45 sacerdotes, religiosos y educadores que han cometido crímenes contra niños y menores.
La avalancha de purificación que domina al catolicismo norteamericano llevó también la semana pasada a la diócesis de Brooklyn a publicar otra lista de cien curas pederastas y a dos diócesis del Estado de New Jersey a poner en la picota pública a 183 curas pedófilos.
La investigación a fondo llevada a cabo por el Estado de Pensylvania, que hizo publicar una lista de más de 300 sacerdotes abusadores sexuales de muchos niños y adolescentes, ha inspirado a otros Estados a seguir el ejemplo, que incluye investigaciones judiciales de la magistratura estatal y federal. Se espera que otros doce Estados anuncien medidas similares, en una catarsis de culpas, vergüenzas y deseo de hacer emerger la verdad y auxiliar a las miles de víctimas cuyas vidas arruinaron los curas pederastas. Quince diócesis de Texas, incluyendo Austin, San Antonio, Dallas y Houston, revelaron los nombres de los religiosos culpables de pederastía. De acuerdo a un documento papal, los obispos considerados sospechosos de graves culpas serán investigados por la Congregación para los Obispos, encargada de la instrucción de las causas, y juzgados por la Congregación de la Doctrina de la Fe. Esto acaba de ocurrir con el caso el ex cardenal Theodore McCarmick, 88 años, considerado culpable. ■