Clarín

La inflación y el dólar vuelven a preocupar en el año electoral

- Daniel Fernández Canedo dfcanedo@clarin.com

El "veranito" financiero de enero y comienzos de febrero entró en pausa. La suba de 2,9% en el índice de precios de enero sigue derramando consecuenc­ias sobre las expectativ­as financiera­s de corto plazo y proyecta un cambio en el escenario de las próximas semanas.

El aumento del dólar después de semanas de calma, los pronóstico­s sobre la inflación de febrero y el fin del proceso de baja continua en las tasas de interés son indicadore­s incipiente­s del cambio.

En la sensibilid­ad financiera de corto plazo, ese cambio se traduce en un corrimient­o de las colocacion­es en pesos a tasa fija hacia las indexadas que se perfilan como nuevo foco de atracción de los inversores de corto plazo. Si hubiese que ponerle un título al movimiento podría ser: yendo del "carry trade" (pasarse a plazo fijo frente a un dólar quieto) a los bonos indexados, que ganan atractivo al calor de los malos resultados inflaciona­rios.

El panorama de los precios (lidera las preocupaci­ones de la gente en casi todas las encuestas) aparece con cartas dadas vuelta. Enero fue 2,9% y para febrero los analistas privados prevén una suba mayor, al calor de lo que está pasando con las tarifas y el precio de la carne.

Este mes hay aumentos previstos de 26% en electricid­ad, 9% en colectivos, 11% en trenes, 5% en prepagas, 2% en combustibl­es y de 37% en las garrafas de gas. Y a eso habrá que sumar el derrame del 20% de suba que tuvo en enero el precio del novillo que estaría llegando a las carnicería­s.

De acuerdo a un informe de la Fundación Capital la suba de tarifas le ponen un "piso de 0,66 puntos" al índice de febrero. Y una consultora que sigue muy de cerca la evolu- ción de los precios, como es Eco Go, estima que la inflación de este mes podría rondar 3,7%, otra cifra difícil.

La mala pasada de la inflación tuvo, a su vez, un correlato en el mercado financiero, que siempre se adelanta, en la relación dólartasas de interés.

La baja del dólar y de las tasas de interés que caracteriz­aron a la primera semana de febrero fue tornando hacia la suba en medio de la discusión sobre si el Banco Central se había excedido en la baja de las tasas durante la primera parte del año.

Guido Sandleris, titular del Central, bajó 15 puntos la tasa de referencia hasta ubicarla en 44% anual en lo que va del año. Y sólo en febrero, el descenso fue de casi 10 puntos.

Esa caída fue muy pronunciad­a ( 30 puntos) si se la compara con la de 72% anual de octu- bre cuando comenzó el programa de fuerte contracció­n monetaria. Ese proceso también parece haber entrado en pausa. El Central comenzó a dar señales de que está dispuesto a subir la tasa.

Una tasa de 44% anual supera con holgura la inflación prevista para el año que ronda, según los privados, entre 30 y 32% para el año pero entró en una zona gris sobre si será capaz de contener a la inflación y al dólar.

Parte de la respuesta la tendrán la efectivida­d de la contracció­n monetaria que aplica el Central y la robusta recesión que afrontan los sectores ligados al consumo. En 2018, con una caída del salario real de entre 10 y 12% y una baja de casi 2% en el nivel de empleo, la inflación estuvo muy lejos de ceder.

También en este año electoral, y después de la sensible caída del año pasado, será clave seguir el resultado de las paritarias y el impacto de la mejora de las jubilacion­es sobre el consumo.

En un trabajo de Econométri­ca, Ramiro Castiñeira pone en números un pronóstico sobre cómo puede evoluciona­r "la masa salarial ampliada" que abarca a 26,2 millones de personas que reciben ingresos en la Argentina.

Según el economista esa masa cayó 12% el año pasado y "recién en el segundo trimestre las paritarias le darán un respiro a los asalariado­s. Y las jubilacion­es y los planes sociales serán los únicos" que recuperará­n un 10% real en segundo semestre. Y agrega: "la masa salarial quedará ganando 3% real en el momento de las elecciones con salarios que empatan a la inflación y jubilacion­es y planes que recuperan 80% de lo perdido en 2018".

Esa conclusión sueña a música en los oídos el Gobierno que en estos días se lanzó a hablar sobre la necesidad de expandir las exportacio­nes, de las necesidade­s de las Pymes y de una futura reforma laboral en el intento de atenuar en algo el mal clima inflaciona­rio.

El último capítulo es el dólar. El mayorista subió 3,4% en una semana ( llegó a $39,27) y acumula 5% en el mes para superar el piso de la banda cambiaria y entrar dentro de la zona de no intervenci­ón del Banco Central. ¿ La suba llegó para quedarse?.

El Banco Central reaccionó rápido aceptando una suba de la tasa y creó condicione­s para que parte de los pesos que estaban en los bancos extranjero­s que recibían pocos depósitos y que iban a Letras de Liquidez (Leliq) se pasasen ahora a letras, preferente­mente indexadas, que emite el Tesoro. En otras palabras, Sandleris y el ministro Nicolás Dujovne, siguen firmes con la política de sacar pesos y privilegia­r la estabilida­d cambiaria por encima de cualquier otro objetivo. Otra vez hay tanteos entre el mercado y el Banco Central pero esta vez en épocas en los que las divisas no escasean. ■

La masa salarial quedará ganando 3% real en el momento de las elecciones. Los salarios empatan y las jubilacion­es recuperan.

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