Disfrutemos dejando de lado las antinomias

Es una constante, no importa cuál sea el tema o el personaje en cuestión; una de las pasiones argentinas es buscar antinomias. Y para defender una postura, o persona, se recurre a atacar a su supuesto antagonista. Tiene que ser blanco o negro, otro color no vale...

Y un tema tan pasional como el fútbol no puede quedar afuera. Más allá de las conocidas rivalidades deportivas, desde Boca-River has- ta Claypole-San Martín pasando por todas las categorías y geografías, muchas veces importa más celebrar una derrota del clásico que festejar una victoria propia.

Messi-Maradona es otra de estas incompatibilidades. En vez de disfrutar que Argentina parió a dos de los máximos monstruos futbolísticos de todos los tiempos, decidimos ponernos de un lado u otro de la grieta. No es Maradona y Messi, sino Maradona o Messi. Destacar las virtudes de uno y denostar al otro.

Que no tiene conducta, que los excesos en su vida personal lo destrozaron: acusaciones al nacido en Villa Fiorito. Que es pecho frío, que no canta el himno, que nunca ganó nada con la Selección: ataques contra el rosarino.

Es archisabido que poseen personalidades distintas, eso los encasilla y diferencia. Leo es un laguna tranquila de aguas calmas; Diego es un mar oleado e impetuoso. Ambos, sin dudas, con un paisaje encantador de fondo. Algunos buscan navegar en calma, otros gustan de surfear. Es cuestión de gustos, una propuesta no es mejor que la otra. Por eso, en vez de subestimar a un 10 para resaltar al otro 10, lo más recomendable sería celebrar a los dos futbolistas que exaltan la camiseta celeste y blanca con el número más atrapante. ■