Aprestos de campaña en el peronismo bonaerense
Se reunió el Congreso en La Matanza. Estuvo Máximo K pero faltó Kicillof. Rumores y reacciones.
Máximo Kirchner se mostró en un encuentro del PJ provincial junto a Moyano y Baradel. Llamaron la atención la versión sobre una fórmula Insaurralde-Malena Massa a la gobernación y la ausencia del ex ministro de Cristina, Axel Kicillof.
El peronismo, esa Caja de Pandora criolla, siempre ofrece un shock más de adrenalina. El Congreso del PJ bonaerense en La Matanza venía manso, un trámite formal: autorizar al partido a sellar una alianza electoral con otros sellos.
Pero una versión, interesada, metió la cola. Con timming, se echó a correr una oferta ruidosa: una fórmula para la provincia compartida entre Martín Insaurralde y Malena Galmarini, esposa de Sergio Massa.
El alcalde de Lomas está en la tira corta de los anotados para desafiar, desde el PJ, a María Eugenia Vidal. Comparte el pelotón con Axel Kicillof y los matanceros Verónica Magario y Fernando Espinoza.
La tesis, febril, partió de sectores del PJ cercanos al Insaurralde y fue habilitada desde el massismo. La presencia de dirigentes del Frente Renovador, entre ellos el intendente de Tigre Julio Zamora, se invocó como insumo de esa empatía.
Hubo, luego de que lo publicó Clarín, reacciones, consultas y rechazos. Desde La Matanza dijeron que nada de eso se habló durante el congreso en el polideportivo Alberto Balestrini de Lomas del Mirador. Cerca de Massa hablaron del delirio de intendentes que buscan presionar a Cristina.
Ese dueto insólito sonó, en otro ensayo, a fines de enero. Y duró un suspiro. Ambito Financiero lo publicó y el massismo lo refutó horas después en una nota de La Política Online.
El ensamble entre Insaurralde y Malena Galmarini pareció, al final, una maniobra para ganar posiciones pero choca, de fondo, con una incompatibilidad manifiesta: Massa se resiste a acercarse al PJ que ordena Cristina; y los intendentes no contemplan migrar al PJ Federal.
Pareció una bomba lanzada a destiempo: pudo tener mayor viabilidad en un escenario de desdoblamiento electoral en la provincia que María Eugenia Vidal sepultó.
El PJ que se reunió en Matanza órbita, con más o menos simpatía, en torno a la ex presidente que no estuvo pero envió a su hijo Máximo, que aspira a reelegir como diputado nacional por la provincia de Buenos Aires.
El croquis, con la a simple vista fantasiosa fórmula Insaurralde-Malena Massa, incl uía un tercer dato: que Máximo, que es legislador por Santa Cruz y en diciembre termina su mandato, encabezaría la lista de diputados nacionales por Buenos Aires.
En ese juego de roles, con Máximo sobre el escenario junto a los anfitriones Magario y Espinoza, Hugo Moyano y Roberto Baradel, sorprendió una ausencia: la de Kicillof, que se mueve como candidato bonaerense.
Fernando Gray, jefe del PJ, lo invitó pero el ex ministro le dijo que tenía agenda y un viaje programado. El faltazo se leyó bajo el agua luego del coreo de intendentes pidiendo, en lo que pareció un veto a Kicillof, que el candidato sea un alcalde.
Al margen de la fórmula de laboratorio Insaurralde-Malena, se repite como un mantra que el objetivo es que haya lista única, sin PASO. En ese escenario, la palabra y el dedo de Cristina tiene un peso monumental.
La cumbre fue un formalismo: cumplir con el trámite del congreso anual y delegar en el Consejo la autorización para que el PJ integre una alianza. Hubo, sobre ese punto, tironeos sobre las firmas: a Espinoza, Jorge Landau y Eduardo "Wado" De Pedro se sumaron la rúbrica de Gray y Menéndez.
Formó parte de una paritaria chiquita donde los intendentes Alberto Descalzo, Mariano Cascallares, Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis, entre otros. Varios de esos no se quedaron al Congreso como si le sacaran el cuerpo a la foto de la cabecera.
Felipe Solá mandó un video porque anda de campaña por la Patagonia, hubo un recuerdo para Evita y un homenaje a Lorenzo Pepe. ■