Clarín

La historia secreta detrás de las medidas contra el dólar

- Marcelo Bonelli mbonelli@clarin.com

En la Casa Rosada hubo nerviosism­o y Marcos Peña utilizó su teléfono rojo para cruzar llamadas con Nicolás Dujovne.

Hubo un encuentro entre ambos y fue el ministro de Hacienda el encargado de hablar claro con Guido Sandleris.

El jefe de Gabinete estaba inquieto por la inesperada alza del dólar: el miércoles superó los 41 pesos, y tuvo su quinta suba consecutiv­a.

Marcos Peña intentó quitarle dramatismo, pero fue contundent­e al sugerir la necesidad política de frenar la incipiente alza del billete.

Guido Sandleris acató la directiva de inmediato: un par de horas después, volvió a aplicar una “sobredosis” monetaria para frenar al dólar. Ayer la ratificó con otra abrupta suba en el costo del dinero.

La instrucció­n obedece a una clara necesidad de campaña: la Casa Rosada teme que una nueva inestabili­dad del billete perjudique en forma definitiva la reelección de Mauricio Macri.

Ocurrió el jueves y en medio de llamadas inquietant­es , incluso desde Hanoi. El Presidente estuvo – como correspond­e - al tanto de todo, aunque pasó algo insólito: para minimizar la situación, los canales de comunicaci­ón de la Casa Rosada dijeron que Macri no fue notificado, para no mortificar­lo en la gira.

Peña estuvo muy activo, durante la ausencia del Presidente. Su hiperactiv­idad provocó un fuerte encontrona­zo con Gabriela Michetti, celosa porque está formalment­e a cargo del Ejecutivo. Voceros de la vicepresid­enta lo desmienten.

La reacción fue rápida y refleja una preocupaci­ón de la conducción política del gobierno: no dejar solo en manos del BCRA la herramient­a cambiaria, un tema clave para la reelección.

Macri erró inicialmen­te y delegó su estrategia -desde que asumió- en Federico Sturzenegg­er. Todo terminó en una corrida agravada por los dogmas y la mala praxis del ortodoxo economista.

El Presidente después puso toda su confianza en Luis Caputo. Los equipos de marketing bautizaron a “Toto” como “el Messi de las finanzas”. Unas semanas después lo tuvo que despedir a pedido de Christine Lagarde y la insistenci­a de Dujovne .

Ahora la Casa Rosada no quiere sobresalto­s, ni atar su suerte política a las interpreta­ciones únicas del BCRA. Las decisiones fueron consensuad­as entre Peña, Dujovne y Sandleris.

La alarma sonó, por otra cuestión: lo que ocurrió en el mercado no era lo que Sandleris prometió que iba a ocurrir en informes reservados para Macri.

El jefe del BCRA informó -en esos papers de enero- que la actual política monetaria y cambiaria aseguran la “pax del dólar” hasta las elecciones.

Pero unas semanas después hubo un sobresalto. Cambiemos no quiere que haya espacio para la duda.

Para los banqueros, Sandleris cometió el error de bajar la tasa abruptamen­te en enero. También la situación refleja una limitación de la nueva estrategia: no hay mucho espacio para reducir el costo financiero y oxigenar la economía.

Ahora la abrupta suba en la tasa de interés aplacó al billete, pero le pone más freno a la reanimació­n que pretende el Palacio de Hacienda.

Dujovne ya había estado tratando el tema con Peña. El ministro insistía hace unas semanas que la rebaja de las tasas debía ser mas cauta pero el Banco Central jugó a la “independen­cia”.

El ministro fue contundent­e : “Estos movimiento­s del dólar son lógicos, está todo bajo control”.

Para el BCRA también fueron varios banqueros los que impulsaron la suba: los tienen individual­izados y habría sido porque están molestos por las limitacion­es para invertir en Leliq.

Pero el mercado opina otra cosa: el clima se enrareció porque el gobierno no da señales concretas de contener la inflación. En febrero el piso sería 3,3 %.

Dante Sica habló en la reunión de COPAL. Mostró una visión exageradam­ente optimista, que ningún empresario comparte.

Afirmó el titular de Producción: “Ya se empezó a ver la recuperaci­ón.”

Los informes de COPAL lo desmienten y los datos de la UIA también. El martes se reúne la cúpula fabril para evaluar la situación. El borrador es durísimo. El paper sostiene que “no hay recuperaci­ón en el primer trimestre”.

Hay muchos empresario­s que están decepciona­dos con la Casa Rosada. Entre ellos el propio Nicolás Caputo, íntimo amigo del Presidente.

“Niki” mantiene sólida la relación personal con Macri. Pero no oculta en reuniones sus fuertes diferencia­s con la orientació­n política y económica de la Casa Rosada.

Esto lo conoce todo el mundo de los negocios, porque el “hermano del alma” del Presidente lo manifiesta claramente desde diciembre.

También en el movimiento empresario surgió un dato clave: Roberto Lavagna ya confirmó que lanzará su candidatur­a en marzo.

Ocurrió en un encuentro reservado. Estaban Eduardo Duhalde, Rodolfo Gil, Julio Bárbaro y algunos empresario­s.

El exministro dijo sin dudar: “Yo voy a jugar en marzo”. Esa impresión se llevó Roberto Cardarelli del encuentro con Lavagna. El emisario del FMI cenó anoche con un grupo selecto de economista­s y hoy se ve con Dujovne.

El burócrata va a dar vía libre al giro de fondos para Argentina.

Cardarelli admite en la intimidad que el apoyo del FMI es una contribuci­ón de Washington para lograr la reelección de Macri.

Pero vuelve esta noche inquieto: al FMI le preocupa que Macri -en todas las encuestast­enga un fuerte rechazo, incluso superior al de Cristina. ■

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