México, la base; Defensa y Justicia, la plataforma
Aunque no lo representa, Bragarnik fue clave para la llegada de Diego a Dorados.
Mariano Monrroy se acomoda en el amplio sillón que está frente a la pantalla gigante en la que juegan Napoli y Zurich por la Europa League. Con 40 años y ya retirado del fútbol comenzó hace cuatro meses a trabajar en Score Fútbol SA, la escudería que encabeza Bragarnik. Fue Monrroy (vendido de Talleres a Irapuato en 2002) la llave de acceso del representante al fútbol mexicano, ése que a su vez sirvió de base para entrar a tejer redes en el fútbol argentino.
En seis meses pasó de asesorar al Querétaro a convertirse en su presidente. Tiempo después se descubrieron los vínculos entre los empresarios de la sociedad anónima dueña del club y el narcotráfico. Y Bragarnik decidió volverse. Ya no sería necesario regresar al videoclub de Yerbal. Con su experiencia en México y con los contactos generados hizo pie en el fútbol local. Y no paró de crecer. —A vos te investigaron por la venta de Julio Rodríguez de Defensa y Justicia a Dorados en 2013 debido a supuestas irregularidades en el monto. —(Interrumpe) Pará, te explico. Así queda claro. La Unidad de In- formación Financiera decidió realizar un Reporte de Operaciones Sospechosas porque consideró que la cifra en la que fue vendido el jugador (80 mil dólares) era muy baja. Lo hizo y me parece perfecto. Es como cuando te paran en un control vehicular. Te piden los papeles pero eso no quiere decir que estés en infracción. No comprobaron nada extraño. El tiempo acomoda las cosas y ahora no sé dónde está Julio Rodríguez, si se retiró o si sigue jugando.
Tras la experiencia en Querétaro los vínculos de Bragarnik con México se renovaron en otra región, Tijuana. Allí conoció a Jorge Alberto Hank Inzunza, uno de los 19 hijos de Jorge Hank Rhon, un empresario multimillonario, dueño del Grupo Caliente, que maneja los destinos de los Xolos y de Dorados de Sinaloa, el equipo al que le faltaba un técnico justo cuando Maradona le había dicho a Bragarnik que quería volver a dirigir.
—En Argentina tu base fue Defensa y Justicia. ¿Cómo le explicás a alguien ajeno al fútbol tu trabajo ahí? —A Defensa y Justicia fui y presenté un proyecto deportivo. Tengo una gran relación con Lemme, el presidente; con su hijo. Y me une algo sentimental con Defensa. Ver el crecimiento del club es espectacular. —¿Pero tenés contrato? ¿Sos mánager, gerenciador...?
—No tengo nada firmado. Trabajamos en conjunto con los dirigentes, les acerqué técnicos, que por suerte rindieron, en base a un proyecto integral de fútbol que se respeta hace muchos años. ■