Balance de una década
Antes de su show de esta noche, Margarita Fernández, directora, repasa los logros en diez años de historia.
La Compañía Nacional de Danza Contemporánea cumple este mes diez años de vida. Es el único conjunto oficial en su género en el nivel nacional y vale la pena repasar brevemente su historia: nació de un conjunto de siete excelentes bailarines que habían pertenecido al Ballet del San Martín y que se dieron desde el principio una forma de conducción colectiva. El grupo fue creciendo en el marco del entonces Ministerio de Cultura de la Nación –ahora Secretaría- pero recién en 2014 fue nombrada por concurso una directora, la coreógrafa Cristina Gómez Comini, que renunció al cabo de un año y medio. Desde entonces está a cargo Margarita Fernández, coreógrafa, maestra y personalidad de la danza, acompañada por Lorena Merlino.
La CNDC festeja este aniversario reponiendo en el Anfiteatro de Parque Centenario un programa compuesto por 8 pies del coreógrafo argentino Ramiro Soñez, y Tensión espacial, creada para la compañía por el coreano Jea Duk Kim.
-¿Cómo era la compañía que recibiste y cuáles eran tus propios proyectos respecto de ella?
-Lorena y yo nos encontramos con una compañía ya encaminada y con fuertes propósitos de parte de los bailarines. Pero quizá no había una muy buena comunicación entre los cuerpos técnico, artístico y administrativo, que es la única posibilidad de que una compañía funcione, y nos concentramos bastante en esto. Cristina Gómez Comini había dejado proyectos muy interesantes, como la obra Materiales, de Pierrik Malbranche, que todavía no se había puesto en marcha y que pudimos hacer: fue la primera vez que un coreógrafo extranjero trabajaba con la CNDC.
-La CNDC hizo muchas giras por el interior, para públicos no familiarizados con la danza contemporánea. ¿Cómo lo fueron encarando?
-Un rasgo de la compañía fue el del “laboratorio de creación”, muy interesante, pero más introspectivo y que no es fácil presentar en un escenario, salvo que te dirijas a un público de élite. Sin dejarlo de lado, nos parecía importante formar nuevos públicos. Cuando vamos al interior, incluso a los pueblos más pequeños, tenemos que empezar por ex- plicar qué es la danza contemporánea. Abrimos nuestras actividades a la gente: las clases, los ensayos. Utilizamos centros cultuales y con nuestros técnicos transformamos estos espacios, que se vuelven mágicos. ■
Hoy a las 19:30 en el Anfiteatro de Parque Centenario, Leopoldo Marechal 832. Entrada libre.