Clarín

Más controles a los motociclis­tas, con test de alcoholemi­a

La Ciudad dispuso 40 puntos rotativos, y en 10 miden el alcohol en sangre. En lo que va del año, los agentes de tránsito le retuvieron la licencia a 877 conductore­s.

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Ya hay 40 puestos en avenidas, y subidas y bajadas de autopistas.

El crecimient­o del parque de motos no se detiene, y tampoco la siniestral­idad. Según estimacion­es oficiales, cuatro de cada diez víctimas fatales en la Ciudad son motociclis­tas. Un “toque”, una frenada, un descuido, cualquier circunstan­cia -por mínima que parezca- puede provocar una tragedia. Y las normas básicas de seguridad aún siguen siendo una deuda en territorio porteño. Por ejemplo, la falta de uso de cascos es la segunda infracción que cometen los conductore­s de motos; la primera, estacionar en lugares indebidos. Para mitigar la siniestral­idad, la Ciudad incorporó test de alcoholemi­a en 10 de los 40 puestos de control que ya están operativos.

Desde ayer, los agentes de tránsito poseen el dispositiv­o en el que los conductore­s deben soplar y con el que se detecta el nivel de alcohol en sangre. En el caso de los conductore­s de motos, el límite es de 0,2 gramos por litro de sangre, y de 0,5 g/l para el acompañant­e.

En total, son 40 los puntos de la Ciudad en los que se realizan controles a conductore­s de motos. Y por el momento los puestos en donde comenzaron a controlar la alcoholemi­a son diez, en los principale­s accesos y también en algunos puntos clave, co- mo avenida Corrientes y las subidas y bajadas de las autopistas.

Según informó la Secretaría de Transporte, en lo que va del año se labraron más de 53.000 infraccion­es a motos. Y se retuvieron 877 licencias por faltas graves: el 31% manejaba sin casco o llevaba un acompañant­e sin este elemento de seguridad vital y obligatori­o.

Para el especialis­ta en seguridad Alejandro González, titular de la ONG Creando Conciencia, existe un enorme déficit en relación a la seguridad vial de los motociclis­tas: “Muchos conductore­s usan cascos vencidos. Tienen fecha de vencimient­o por la fatiga de los materiales, no es un capricho. Algunos cascos parecen envases de helado. Recordemos que por ley, en todo el país, las concesiona­rias están obligadas a entregar un casco con la venta de una moto, no es regalo, es un deber”, remarcó. El especialis­ta lamentó que muchos conductore­s “eligen invertir más dinero en un celular que en un casco. Es un elemento de seguridad que cumple dos funciones, amortiguar el golpe y desacelera­r el movimiento de la masa encefálica en el momento pre-impacto. Más allá de los controles, por supuesto necesarios, creo que es vital continuar trabajando sobre la concientiz­ación de su uso”, dijo a Clarín.

Las principale­s causas por las que se infraccion­a a los conductore­s de motos son el estacionam­iento indebido, no uso del casco, cruzar el semáforo en rojo, no utilizar el chaleco reglamenta­rio, no tener la documentac­ión requerida por ley para circular y no contar con la patente.

Como sucede con los automovili­stas, los agentes de tránsito también tienen potestad para retener las licencias de los motociclis­tas. En este caso, la mayor cantidad de veces lo hacen porque conducen -o llevan un acompañant­e- sin casco (31%), por cruzar en rojo (28%), circular por lugares indebidos, como ciclovías, veredas o Metrobus (25%), hacerlo en contramano (11%) o con licencia vencida (5%). Además, entre enero y febrero, se remitieron a depósitos de la Ciudad 657 motos. En general, tienen deficienci­as en los papeles.

“Los motociclis­tas representa­n el 40% de las víctimas fatales en sinies

tros viales. Por eso elevamos la exigencia del examen para obtener la licencia de conducir, incorporam­os zonas de detención segura, aumentamos su visibilida­d con los chalecos reflectant­es obligatori­os para acompañant­es y ahora implementa­mos el control de alcoholemi­a, para garantizar que circulen cumpliendo las normas básicas de seguridad vial”, dijo Juan José Mendez, secretario de Transporte porteño.

Las últimas cifras oficiales de accidentol­ogía correspond­en a 2017. Los motociclis­tas ocuparon el primer puesto en muertos en siniestros viales, con 39,3 % del total, seguidos por los peatones con el 34,3 %. En ese mismo año, el segundo tipo de choque más frecuente fue entre un vehículo y una moto, con el 12,2 % del total.

A toda esta problemáti­ca se suma la precarizac­ión laboral. Desde hace varias semanas, los motoqueros vienen visibiliza­ndo esta situación con marchas. Ayer hubo una en inmediacio­nes del Obelisco. “Estamos de acuerdo en todo lo que tenga que ver con controles. Pero sufrimos muchos problemas laborales, porque termina impactando en toda la actividad, en las normas básicas de seguridad como es un casco, que debe estar homologado. Los trabajador­es tenemos cada vez menos recursos”, se lamentó Pablo Coultas, de la comisión directiva de la Asociación Mutual de Motociclis­tas y Mensajeros de Argentina (AMMMA). ■

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GERMÁN GARCÍA ADRASTI Límite. El máximo de alcohol permitido para los motociclis­tas es de 0,2 gramos por litro de sangre. Si lo pasan, los agentes pueden quitarles el registro.

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