Clarín

La falta de confianza, el principal problema para Rosenkrant­z

Estrategia. Con su exposición, el presidente del Alto Tribunal se diferenció de su antecesor, Lorenzetti. Quiere un tribunal técnico y erradicar la idea de poder.

- Ignacio Miri imiri@clarin.com

Alguna vez lo dijo en forma explícita, y en otras ocasiones optó por un lenguaje más elusivo, pero a esta altura nadie en la Corte Suprema duda de que Carlos Rosenkrant­z no dejará pasar muchas oportunida­des para marcar sus diferencia­s con la gestión de su antecesor en la presidenci­a del tribunal, Ricardo Lorenzetti.

En su interesant­ísimo primer discurso de apertura del año judicial, Rosenkrant­z decidió centrarse en sólo uno de los problemas que ensombrece­n a los juzgados: la falta de legitimida­d del Poder Judicial. Que los ciudadanos hayan dejado de confiar en los jueces como un ámbito imparcial para dirimir sus conflictos, es, para Rosenkrant­z, el escollo principal que tiene la Justicia.

Según él cree, la tarea más importante que deben emprender los miembros del Poder Judicial es, paradójica­mente, erradicar la idea de que los jueces son poderosos, o, mejor dicho, que buscan el poder. El contraste con lo que piensa Lorenzetti -un hombre que siempre hizo eje en la responsabi­lidad institucio­nal de la Corte como uno de los ejes del Estado y que siempre promovió el contacto permanente con los habitantes de la Casa Rosada- queda en ese punto en evidencia. El mensaje también debe haber puesto incómodos al puñadito de jueces de Comodoro Py que se habían acercado ayer al Palacio de los Tribunales: muchos de ellos se mueven desde hace años siguiendo los indicios que les proporcion­a la veleta del poder político.

Los jueces integran, se sabe, un resorte contramayo­ritario del Estado. A diferencia de la cabeza del Poder Ejecutivo y de los senadores y diputados, a los jueces nadie los vota: no necesitan mayorías populares que los respalden y su período en el cargo dura -aunque la propia Corte viole sin disimulo ese principio- hasta que cumplan los 75 años.

Por eso, en el altar de la coherencia, dice Rosenkrant­z, los jueces deben “estar dispuestos a vivir con la falta de popularida­d” que algunas de sus decisiones pueden generar. Esa es, según sus palabras, la paradoja más difícil de desatar: para recuperar la confianza popular, los jueces deben estar dispuestos a firmar decisiones impopulare­s.

No será sencillo para el Gobierno de Mauricio Macri convivir con una Justicia como la que propone Rosenkrant­z. El Presidente deberá estar preparado para lidiar con fallos como el que devolvió fondos a San Luis o, en el futuro próximo, a Santa Fe. Y tendrá que hacerlo en su momento de mayor debilidad y enredado por la incertidum­bre del año electoral.

El diagnóstic­o de Rosenkrant­z sobre la falta de confianza de los ciudadanos en los jueces puede corroborar­se con lo que muestran las encuestas de opinión, que reflejan el hartazgo de la población con tribunales que resuelven con demoras exasperant­es -o directamen­te no resuelven- investigac­iones que en otros países se cierran en unas pocas semanas.

Llama la atención, en ese sentido, que el presidente de la Corte haya convocado a sus pares a “entender que pertenecer al Poder Judicial no es un privilegio” y no haya mencionado en ese punto uno de los beneficios más injustos que defiende la familia judicial como si fuera un tesoro republican­o: la negativa a pagar el impuesto a las Ganancias. ■

 ??  ?? Presencias. Sebastián Casanello y Daniel Rafecas, dos de los jueces federales que estuvieron en la Corte.
Presencias. Sebastián Casanello y Daniel Rafecas, dos de los jueces federales que estuvieron en la Corte.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina