Clarín

Ausencias ruidosas, y un vacío con mensaje desde Comodoro Py

-

No está claro si ya lo sabían o no, pero a los influyente­s jueces federales porteños ya no los esperaban las primeras filas de asientos en el acto de apertura del año judicial, en el Patio de Honor del Palacio de Justicia. Más bien les aguardaba la última, como para evitar las posibles miradas ante el duro diagnóstic­o que Carlos Rosenkrant­z trazó en su discurso respecto a la “crisis de legitimida­d” de los magistrado­s, más vistos como “poderosos” que como “justos y rectos”. Palabras que calzan casi a medida con la mirada social sobre los inquilinos de Comodoro Py 2002.

Tal vez porque sabían o intuían palabras como esas -y esta vez ya no estaba la voz del anterior jefe de la Corte, Ricardo Lorenzetti, insistiénd­oles amablement­e para que asistan a la ceremonia- es que ayer solo tres de los once jueces federales en actividad se hicieron presentes para escuchar a Rosenkrant­z: Daniel Rafecas, Sebastián Casanello y Sergio Torres, en una despedida antes de su llegada a la Corte Suprema bonaerense.

No pudo verse, en cambio, a los antes habituales convidados provenient­es de ese fuero: Ariel Lijo, María Servini, Claudio Bonadio, Rodol- fo Canicoba Corral, Julián Ercolini, Luis Rodríguez, Sergio Ramos y Marcelo Martínez de Giorgi. Tampoco estaba nada menos que el presidente de la Cámara Federal porteña, Martín Irirurzun. Quizás no fue para evitar extrañar la voz de su amigo Ricardo Lorenzetti.

Sí estuvieron presentes los otros jueces de ese tribunal, y también hubo presencia casi perfecta de los integrante­s de la Cámara Federal de Casación Penal, el máximo tribunal penal del país por debajo de la Corte.

El anuncio de las primeras pruebas de un software útil para controlar la velocidad del trámite de las causas en cada juzgado podría no entusiasma­r a algunos de los jueces, que segurament­e habrán tenido otras cosas importante­s que hacer. ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina