Trump y Bolsonaro sellan su alianza y cargan contra Venezuela
El presidente de EE.UU. volvió a sugerir una posible acción militar contra Maduro. Su par brasileño fue elusivo.
El Donald Trump verdadero y el llamado “Trump del Trópico” se encontraron al fin, intercambiaron camisetas de fútbol y se tiraron flores con una gran sintonía: el presidente de Estados Unidos recibió al brasileño Jair Bolsonaro ayer en la Casa Banca, en una visita histórica en la que el tema Venezuela copó buena parte de las conversaciones y ambos mandatarios aprovecharon la ocasión para agitar el fantasma del socialismo.
Bolsonaro llegó a Washington el domingo en visita oficial. Con su arribo rompió la histórica tradición de los presidentes brasileños de elegir a la Argentina como el primer país a visitar en el inicio de los mandatos. Pero al populista Bolsonaro le gusta quebrar las reglas, siempre ha promocionado su afinidad con el presidente estadounidense e incluso durante su campaña disfrutaba ser llamado como “el Trump del Trópico”, tener un slogan de “Brasil primero” (similar al trumpista “America first”) y calificar a cualquier cobertura de prensa negativa como “noticias falsas”. Como el magnate, Bolsonaro ha sido tildado de racista, xenófobo y misógino.
Los mandatarios se reunieron al mediodía por más de una hora en el Salón Oval, y ambos intercambiaron entre sonrisas camisetas de las selecciones de fútbol con el nombre de cada presidente. Trump recibió la 10, de Pelé y Neymar. Bolsonaro, la más ignota 19. Los temas que trataron en privado asomaron luego en una conferencia de prensa en el Jardín de las Rosas. Venezuela ocupó buena parte de la agenda. “Todavía no hemos implementado las sanciones más duras contra el régimen de Maduro. Estamos en el medio, podemos ir más fuerte”, advirtió Trump y resaltó que “todas las opciones están sobre la mesa”, en referencia a una posible intervención militar.
Trump calificó a Maduro de “títere de Cuba” y dijo que el socialismo estaba corrompiendo esos países. De paso, dio un mensaje en clave de campaña, en momentos en que surgen en el campo demócrata dirigentes y precandidatos presidenciales que se dicen socialistas: “El ocaso del socialismo llegó al Hemisferio Occidental y en nuestro país también”, subrayó. “Lo último que queremos en Estados
“EE.UU. y Brasil están hermanados por la fe en Dios, contra la ideología de género y las fake news”
Donald Trump
El ocaso del socialismo llegó al Hemisferio Occidental y a nuestro país también”
Jair Bolsonaro
Unidos es socialismo”, advirtió.
Bolsonaro ha descartado públicamente y en el Grupo del Lima la opción militar en Venezuela, pero cuando un periodista le preguntó si Brasil apoyaría a Estados Unidos si lanzara una operación militar, fue elusivo al responder que eran “temas reservados” y que las cuestiones de “estrategia” no serán hechas públicas. Fue mucho más claro en atizar el miedo al socialismo. “Creo que Trump va a ser reelegido en 2020, creo que la gente repetirá su voto. Es lo mismo que me pasó a mí. Ven lo que es el socialismo y ese es el sentimiento”, dijo. Y recitó los principios conservadores que tiene en común con el mandatario: “Respetamos a la familia tradicional, somos temerosos de Dios, en contra de la ideología de género, de lo políticamente correcto y de las fake news”.
Trump elogió al “tremendo triunfo” de Bolsonaro en octubre y a su “fantástica gestión” y resaltó que los dos países firmaron varios acuerdos, entre ellos uno que le permite a Estados Unidos usar su base de lanzamiento de satélites en Alcántara para “ahorrar mucho dinero” en combustible. También dijo que apoyará a Brasil en su intento de ingresar a la OCDE y agradeció la apertura del comercio a productos estadounidenses. Agregó que impulsará la nominación de Brasil como aliado extra OTAN, un status al que ya pertenece la Argentina desde los tiempos de Carlos Menem, que le permite comprar elementos de defensa más baratos.
“Nuestra relación es probablemente la mejor de todos los tiempos”, dijo Trump y resaltó que Brasil y Estados Unidos son las “dos democracias y economías más grandes del hemisferio occidental”.
A su turno, Bolsonaro fue tan efusivo como su colega. “Yo siempre ad- miré a Estados Unidos y esa admiración creció cuando usted asumió”, le dijo a Trump” y agregó “por primera vez Brasil no es antinorteamericano”. El brasileño agradeció a Trump el apoyo para el ingreso a la OTAN y también a la OCDE. Y resaltó que Brasil ya no exigirá visas a los estadounidenses que quieran visitar al país.
Una de los primeros gestos de Bolsonaro al llegar a Estados Unidos desató inmediatamente controversia al visitar el lunes la sede de la CIA en Langley, Virginia, algo inédito para cualquier presidente y mucho más para un brasileño, ya que la inteligencia estadounidense ha sido acusada de espiar conversaciones de la presidenta Dilma Roussef y otros funcionarios, lo que provocó una dura tensión bilateral en 2013. El hijo de Bolsonaro, Eduardo, un legislador que acompaña a su padre en el viaje, elogió a la CIA en un tuit como “una de las agencias de inteligencia más respetadas del mundo”. Bolsonaro también visitó la cámara de Comercio estadounidense y se reunió con el secretario de la OEA, Luis Almagro.
Consultado por Clarín sobre el balance de la visita, James N Green, director de “Iniciativa Brasil” de Brown University, dijo que “una vez más, Bolsonaro muestra cuán débil, desorganizado e incompetente es su gobierno”. El experto en la relación entre Brasil y Estados Unidos se pregunta: “¿Qué gana él con esta estrecha alineación con Trump? Virtualmente nada. Trump está aislado del mundo y solo cuenta con el apoyo de regímenes autoritarios. La visita de Bolsonaro simplemente refuerza la idea de que es “el Trump del Trópico”, pero él es diez veces peor”. Para Green, luego de la visita, “Bolsonaro tendrá una peor imagen internacional, sin concesiones significativas de EE.UU. y sin cambios importantes en las relaciones comerciales”. ■