Clarín

El dolor del abuelo de un chico asesinado por motochorro­s: “Me robaron la vida, estoy vacío”

Crimen en Bajo Flores. Enrique Aguinaco llevaba a su nieto a la peluquería cuando motochorro­s dispararon contra su auto. Piden perpetua para uno de los acusados.

- Eduardo Regueiro policiales@clarin.com

“Me robaron la vida. Estoy destruido, no tengo más ganas de vivir”. Con esa crudeza, sin rodeos, Enrique Aguinaco ( 71) resumió la tristeza que lo acompaña desde el día en el que motochorro­s asesinaron a Brian, su nieto de 14 años, en el Bajo Flores. La tarde de la tragedia, el 24 de diciembre de 2016, Enrique manejaba el auto en el que viajaba el adolescent­e. Más de dos años después, habló por primera vez. “Era más que un nieto para mí, era un hijo. No sé cómo definirlo, era un hermano menor, un hijo de la vejez. Era muy compañero”, le contó a Clarín en los pasillos de los tribunales porteños, donde ayer se realizó la primera jornada de alegatos contra José Luis “Yun” Gómez (28), el único imputado por el homicidio. La querella pidió que sea condenado a perpetua.

Brian fue baleado cerca de las 15 del sábado 24 de diciembre de 2016, en la esquina de Rivera Indarte y Asamblea, a pocas cuadras del acceso a la villa 1-11-14. Dos mujeres que pasaban caminando por el lugar fueron sorprendid­as por ladrones en moto. Uno de los asaltantes bajó y las amenazó con un arma para que entregaran sus carteras. Enrique -que pasaba por el lugar para llevar a su nieto a la peluquería- advirtió lo que sucedía, maniobró en contramano y encerró con su Renault 19 a los motochorro­s. Los delincuent­es dispararon contra el auto y huyeron.

Para los investigad­ores, el autor del disparo fue un adolescent­e de 15 años que fue declarado inimputabl­e. “Yun” fue señalado como el conductor de la moto. “Ellos estaban arriba de la vereda yo no iba a subir con el auto arri- ba de la vereda. No pensó, actuó, porque era fácil darse vuelta y tirar un tiro. Es fácil para ellos hacerlo, no sienten la muerte de nadie”, se lamentó el abuelo del adolescent­e.

Brian recibió un balazo en la cara y fue trasladado por su abuelo hasta el Hospital Piñero, desde donde fue derivado al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Allí murió tras agonizar durante dos días.

El golpe fue imposible de asimilar para Enrique. “Se me acabaron las motivacion­es. No vivo, duro”, cuenta. Y agrega: “Estoy con tratamient­o psicológic­o y psiquiátri­co, pero es un dolor muy profundo. Me quitaron algo muy importante. Hace dos años que no tengo vida, existo. No tengo ganas de nada. No tengo nada que me llene el espíritu, estoy vacío”.

El dolor que lo persigue desde el momento del crimen afectó su salud. “Tengo una familia hermosa que me acompaña pero es un espacio que no lo va a ocupar nadie, quedó vacío y lo siento mucho. Me ha traído afecciones de todo tipo. Me apareciero­n enfermedad­es, tengo problemas del corazón, tengo problemas de tiroides, de visión, de oído”, enumera.

Más allá del rol de cada uno de los delincuent­es, Enrique busca una fuerte condena para Gómez. “Espero que lo castiguen. Yo quiero que sea toda la vida. No pensó que llevar a un menor a robar es el doble de peligroso. Que saquen a un delincuent­e de la calle es bueno, pero desgraciad­amente el culpable de todo sigue estando suelto. Y estuvo suelto siempre por una mala actuación del juez y del fiscal de aquel momento”, asegura en referencia presunto autor material del homicidio.

El menor acusado fue detenido en Chile, hacia donde había escapado. Y tras ser absuelto por inimputabl­e fue trasladado a Perú, de donde es oriunda su familia. Sin embargo, desde el entorno de Brian aseguran que regresó al país. “Su cara no la puedo olvidar más. Este chico no actuó como un delincuent­e sino como un novato, como un asesino, sin medir para nada lo que realmente podía pasar”, remarca Enrique.

Eliana Passada, madre de Brian, también tuvo su oportunida­d para hablar durante el juicio. Avalándose en la Ley de Víctimas y haciendo mención a Gómez, sostuvo: “Él puede declarar y defenderse. Acá no está mi hijo para defenderse la única voz soy yo”. Antes de quebrarse, agregó: “Me gustaría que sepan que los padres de Brian Aguinaco estamos condenados a perpetua de dolor”.

Durante su alegato, Guillermo Endi, abogado de la familia, aseguró que los ladrones que mataron a Brian “salieron a cazar víctimas” y consideró que hay “pruebas sustentabl­es para pedir la pena perpetua”.

El juicio continuará el próximo jueves, con el alegato de la fiscal Adriana García Netto. Aún no está fijada la fecha del veredicto. ■

 ?? LUCÍA MERLE ?? Sin consuelo. Enrique Aguinaco (71), ayer, acompañado por la familia de Brian. Mientras esperan la condena para el único imputado, apuntan contra el menor que sigue libre.
LUCÍA MERLE Sin consuelo. Enrique Aguinaco (71), ayer, acompañado por la familia de Brian. Mientras esperan la condena para el único imputado, apuntan contra el menor que sigue libre.
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Víctima. Brian Aguinaco (14)

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