La extinción de dominio y los jueces garantistas
A diario, la prensa nos informa sobre entraderas a domicilios, como la perpetrada al locutor Baby Etchecopar, de ataques de motochorros a personas circulando por la calle, etc. Sin embargo, estos delincuentes, cuando se los detienen, son rápidamente liberados por los jueces mal llamados “garantistas”, que aplican sentencias ridículamente leves, por muy cuestionables interpretaciones de la ley. Aún en los casos de sentencias a prisión les acortan las penas, les autorizan salidas transitorias, etc, durante las cuales la reincidencia es el común de los casos.
Es evidente que estos jueces no merecen serlo, y están violando el espíritu de la Ley Penal, que es desalentar al delincuente a repetir sus fechorías y proteger al ciudadano honesto de sus peligros. Pero muchos de ellos están en sus puestos gracias a las decisiones de legisladores y políticos que los nombraron, y que seguramente están de acuerdo con sus procederes. Estos legisladores son los mismos que se oponen a la ley de extinción de dominio, por la que el Estado podría recuperar los bienes robados por la corrupción, el narcotráfico y similares.
Sería tan fácil y racional endurecer las leyes penales para impedir que los delincuentes salgan con tanta facilidad, y que, de reincidir, perdieran el derecho al ablandamiento de las penas para siempre. La única conclusión lógica es que estos legisladores protegen a los delincuentes por considerarlos “propia tropa”, empleando un conocido dicho castrense.