Belgrano fue más y usó mejor la cabeza que Lanús, pero lo dejó con vida
Fue un partidazo, de ida y vuelta. El Celeste mereció mayor ventaja, pero se descuidó y lo puede pagar caro.
Belgrano recibió una caricia al corazón apenas. Después del descenso vivió una semana muy conflictiva con el despido de Diego Osella, la renuncia de Juan Carlos Olave y las acusaciones de los opositores a la actual Comisión Directiva, entre otras polémicas. Por eso, esta victoria calma las aguas. Belgrano pudo ganarle a Lanús de local después de muchos años (la última vez fue con un gol de Mauro Obolo en el viejo Estadio Córdoba).
Y se pudo comprobar que el equipo (y los dirigentes) se fueron al descenso. Los hinchas siguen siendo de Primera División. Volvieron a copar el Gigante de Alberdi. No hubo incidentes ni insultos y solo se dedicaron a alentar. “Porque siempre estamos/ en las buenas y en las malas”, cantaron una y otra vez. En la cancha, Belgrano no pudo sostener el 3-1 y dejó con vida a Lanús. Porque si el Granate gana 1- 0 la semana venidera pasará a octavos para jugar con Vélez.
Fue un partidazo. De ida y vuelta. Cinco goles, cuatro de cabeza, uno más espectacular que otro, aunque con la complicidad de los arqueros.
El fútbol sin errores no sería tal. En solo 12 minutos el partido estaba 2-1 favorable al Pirata. Y los goles muy parecidos. Centro desde la izquierda y frentazo de Patiño (increíble que Osella no lo haya tenido en cuenta) ante la mirada de Ibañez. El Granate encontró rápidamente el empate con un zurdazo de Moreno. Y siguió el ida y vuelta. Otro centro de Techera y la aparición fantasmal de Sequeira para meter el segundo frentazo ante un espectador de lujo: Ibañez.
Este Lanús se asemejaba al otro de hace unos meses atrás, el que perdía todo. Y Belgrano lo aprovechó. Varios de los futbolistas del Pirata se fueron envueltos en aplausos porque demostraron que tenían ganas de jugar y ponerle el pecho a la adversidad.
El hincha celeste disfrutaba el partido porque Belgrano recobró la memoria con la llegada de Julio Constantin. No era el equipo que pensaba más en el arco propio que en el rival. Entonces mostró dinámica con Cuero, Meli, Techera y Sequeira. El pibe Lencina pivoteaba como si siempre hubiese titular, haciendo olvidar a Diego Mendoza. El equipo cambió de actitud. Por eso no extraño que Lértora metiera otro cabezazo e Ibañez mirara... Era el 3-1 y parecía que todo estaba resuelto. Pero Sequeira se perdió el cuarto y Lanús renació como el ave Fénix. Empezó a buscar por arriba y por abajo. Y eso que Lautaro Acosta se lo pasó protestando con el árbitro en lugar de jugar. Ayer, como el Pepe Sand, le aportaron muy poco al equipo, incluso el árbitro Echenique debió amonestarlo al Laucha.
Lanús quedó bien parado´para la vuelta con el frentazo de Quignon casi sobre la hora. Era para Belgrano, pero no supo defenderse y sufrió en el final. Era tirar la pelota para arriba y con eso Lanús volvió a atacar. Pero los goleadores granates se olvidaron de meter la pelota en el arco rival. Belgrano festejó una victoria que le hace una caricia al corazón tras el golpazo sufrido por el descenso. ■