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En 2019, el producto bruto interno caerá un 5%, según el FMI, pero analistas privados dicen que puede ser aún mayor. La pobreza pasará del 20% en 2017 al 32% este año.
Son negativos casi todos los índices económicos de la gestión que lidera junto a Rosario María Murillo (vice y esposa). Y se suceden las protestas en contra del que fuera alguna vez respetado líder sandinista.
La economía de Nicaragua -que se contrajo un 3,8% el año pasado, lo que frenó ocho años seguidos de crecimiento- se encuentra en caída libre tras su peor crisis sociopolítica en décadas, que amenaza empeorar la situación de pobreza de la mitad de los nicaragüenses.
La crisis estalló hace un año por una impopular reforma a la seguridad social impulsada por Daniel Ortega y que ha dejado, según diferentes organizaciones pro derechos humanos, entre 325 y 568 muertos. El gobierno, sin embargo, sólo reconoce 199 víctimas fatales. El hecho provocó el desplome de la economía de Nicaragua, el segundo país más empobrecido de América, sólo superado por Haití. En 2019, el Producto Interno Bruto (PIB) de Nicaragua caerá un 5%, según pronosticó el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Nicaragua será el único país de Centroamérica con saldo rojo por segundo año consecutivo y la segunda economía en América Latina y el Caribe que más decrecerá en 2019, superada únicamente por Venezuela, cuyo PIB, de acuerdo con las proyecciones del FMI, se contraerá un 25%.
La Comisión Económica para América Latina (Cepal) coincidió con el FMI en que la incertidumbre y la tensión paralizan las decisiones económicas importantes en Nicaragua y previó que el PIB cerrará este año en recesión (-5%).
El régimen de Ortega y su esposa y vice Rosario Murillo proyecta una caída de sólo el 1,01 % en 2019, mientras que la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), un centro de pensamiento independiente, estima una contracción de entre el 7,3% y 10,9%.
Este año, la mitad de los nicaragüenses enfrentará el riesgo de la pobreza si no se resuelve la crisis sociopolítica, de acuerdo con un informe del Funides.
Las personas que viven con 1,79 dólares o menos por día se ha incrementado en Nicaragua y la pobreza general pasó de 20,4 % en 2017 a un 23,5% el año pasado. En 2019 cerrará entre un 29,9 a 32 por ciento.
En caso de extenderse la crisis política y social, un 21% quedarían como pobres generales, otro 21% como pobres vulnerables y un 9% como pobres extremos.
El director ejecutivo del Funides, Juan Sebastián Chamorro, dijo a la agencia Efe que sólo si se da un acuerdo político para superar la crisis se empezará a revertir la tendencia negativa de la economía, principalmente en captación de ingresos por inversiones y turismo.
El escenario adverso que sufrió la economía en 2018 derivó en la reducción de la Inversión Extranjera Directa, que cayó un 63,2 por ciento y el turismo, una de las principales fuentes de ingresos, que se desbarrancó un 41,1 por ciento, según el Banco Central. “Si no logramos un acuerdo completo (para superar la crisis), no vamos a evitar la caída económica, ni mucho menos la decisión de la comunidad internacional de sancionar” al gobierno, razonó el titular del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), José Adán Aguerri.
Aguerri es uno de los negociadores de la opositora Alianza Cívica en las conversaciones que se desarrollan con el Gobierno, bajo la mediación de la Iglesia local. El gobierno ha liberado a presos políticos como prenda de negociación, pero el diálogo no ha llegado a buen puerto hasta ahora. Desde hace un año miles de nicaragüenses salen a la calle para protestar contra la represión, las faltas de libertades y la corrupción que atribuyen al sandinismo. Aguerri afirma que Nicaragua vive una “crisis de confianza” que terminará empujando al abismo la economía, que se verá agudizada por la posible aplicación de nuevas sanciones internacionales.
En concreto, sobre Nicaragua penden castigos económicos de Estados Unidos con la Ley Magnitsky Nica, además de la amenaza de la Unión Europea de otras medidas similares contra el presidente Ortega y sus allegados. Asimismo, el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ha comenza
do a aplicar la Carta Democrática Interamericana a Nicaragua por sus “violaciones a los derechos humanos y la represión de las protestas”. Todo sumado podría culminar con su suspensión del organismo continental.
El funcionario reconoció que la crisis frenó el crecimiento promedio logrado en el período comprendido entre 2010 y 2017, de un 5,1% anual. Nicaragua perdió 157.923 empleos formales el año pasado como consecuencia de la crisis y este año Funides prevé que se pierda una cantidad igual, mientras el Gobierno espera una reducción de otros 65.026.
Las importaciones cayeron un 14%, el consumo privado un 4,8%, el gasto público un 2,8%, y las exportaciones 2,6%. En tanto, el endeudamiento público con respecto al PIB se ubicó en 52,5%. Sin visos de solución a la crisis, con un gobierno divorciado con el sector privado, sin la ayuda venezolana, y con la cooperación internacional congelada, Nicaragua, se encamina a sus peores años económicos desde los ‘80. ■