Macri relanza la campaña entre el locuaz Lousteau y el pánico a perder
Estrategia. El Gobierno define el paquete de anuncios económicos. Tensiones en Alternativa Federal. Macri se rodea de gobernadores para cerrar cisma con aliados
Teje el gobierno el relanzamiento de la campaña, esta vez con un paquete de anuncios que hagan creíble que comprende las angustias de bolsillo, que parecen entender más los de afuera que los de adentro. Se ve, por ejemplo, en las charlas con los supermercadistas extranjeros, que se plegaron más a la agenda del esfuerzo oficial que los locales, con quienes falta un empujoncito más antes del miércoles. También ha comprometido Mauricio Macri a que los gobernadores de Cambiemos (tres radicales, dos PRO) se sienten con él ese día para acompañarlo en la explicación del paquete. Un riesgo, porque todavía hay humores para encauzar.
Alguno de los mandatarios radicales –no diré el nombre para no batir a nadie– no está convencido del efecto inmediato del paquete, aunque sostiene el rumbo emprendido. Menos difícil es el apoyo de María Eugenia Vidal y de Horacio Rodríguez Larreta, que en la reunión del jueves con Marcos Peña compitieron en darle énfasis al plan. Claro, porque son quienes más se juegan en las elecciones que dejaron pegadas a la presidencial. Los desdobladores de fechas, como Gerardo Morales o Alfredo Cornejo, pueden mirar con más distancia. Cada cual desde su estilo personal. El mendocino tiene propuestas para casi todo, y entiende que los reyes magos son los padres. Por ejemplo, cuando defiende que un acuerdo de precios tiene que ser rentable también para los empresarios.
El acercamiento de Macri a los radicales, y macristas, a quienes se cansa de pedirles sacrificios, se hace con el obvio propósito de aferrarlos al frente electoral para su reelección. Aporta Elisa Carrió desde Capilla del Señor con una ingeniosa ley de góndolas, que puede mostrar el costado negociador del Gobierno, un recurso poco explotado por el oficialismo.
Face recognition: La bronca de Morales y la sonrisa de Lousteau
Morales se comprometió también a estar el miércoles junto a Macri, pero es objeto en estas horas de los intérpretes de rostro, que también los hay en el planeta de los opinadores y hermeneutas de la política. ¿Por qué lanzó el mandoble contra Durán Barba? El jujeño no es un cascabel, y es reticente a la hora de sonreír. Pero habló con bronca cuando le dijo al ecuatoriano que se calle la boca o se presente de candidato. La seriedad de Morales contrasta con otro personaje, sometido también al face recognition de los lectores de gestos y miradas, que es Martín Lousteau. Locuaz como nunca, entra y sale de la Casa de Gobierno como un predilecto del Presidente. Los edecanes ya lo saludan con el “Casa de Gobierno, sin novedad”, que es la contraseña de los uniformados cuando entra el Presidente.
Locuaz, y además sonriente. Como si ya fuera protagonista de un acuerdo que nadie conoce, y que puede estallar después de los anuncios de las medidas. El cambio de humor entre estos socios del Gobierno se compadece con otra jugada de marketing del oficialismo, que es sobreactuar el pánico ante una eventual derrota. Hasta ahora las usinas oficiales destilaban optimismo sobre las plumas y los micrófonos amigos, a quienes les sobraban argumentos para cantar su victoria por adelantado. En la última semana esas usinas habilitaron la filtración de argumentos que adelantan un eventual escenario de derrota, con un pesimismo, instrumental desde ya, de entusiasmo parecido al optimismo de antes.
Este escenario lo adelantó medio gabinete, que dedicó la semana anterior a predicar en la costa este de los EE.UU., en una previa al lanzamiento, que se parece a la previa con fernet en jarra antes de ir al boliche. Se mostraron entre Nueva York y Washington, sede de los “spring meetings” del FMI, el Banco Mundial y el BID, cinco de los diez ministros (Nicolás Dujovne, Rogelio Frigerio, Patricia Bullrich, German Garavano y Alejandro Finocchiaro) con una miríada de funcionarios y ex, como Miguel Gutiérrez, Alfonso Prat Gay, Hernán Lacunza, Fernando Straface. Para el miércoles los quiero a todos acá.
Los federales, víctimas del decreto anti colectoras
Estos pergeños de campaña, como implantar el pánico en la propia tropa, no son nuevos y suelen ser eficaces para fidelizar el voto que sostiene a Cambiemos. Claro que no basta, y se debe acompañar con otras recetas estratégicas, que corren por debajo de las contorsiones de la propaganda. Una es el decreto que clausura el sistema de adhesiones de listas, que permitía una medida del anterior gobierno, que interpretaba con liberalidad el Código Electoral. La medida, que el Gobierno admite fue pedida por la gobernadora Vidal, cierra el camino a “la gran Morales”, esa figura que permitía colgar de un candidato a varias listas de otros partidos.
Se terminó esa martingala que usaron radicales, peronistas y macristas para escapar del verdadero motivo de la reforma electoral que impuso las PASO, que es el castigo al traidor. La víctima de este decreto es el espacio del peronismo federal, que había imaginado que en Buenos Aires podía ir con un candidato a gobernador competitivo, adornado por listas municipales adheridas, todas representando a diferentes tribus del peronismo, incluso contrarias. Por donde se lo mire, es un cañonazo al proyecto de Sergio Massa o al que algunos soñaron para Marcelo Tinelli, como enganches de los peronismos en una candidatura del peronismo alternativo. Esto explica la sonrisa del Instituto Patria, que se va a tomar su tiempo para decidir si apelará o no contra ese decreto.
Para los entornistas de Cristina, es la confirmación de que el Gobierno apuesta a la confrontación polar, y que busca desbaratar los intentos federales de armar una tercera fuerza que contenga por afuera. Es el efecto de la gravitación en el espacio federal de Roberto Lavagna, que padece las consecuencias de la frazada corta. Si se vuelca hacia el peronismo, pierde prosélitos radicales, si se acerca a éstos, pierden a los peronistas. Significa que su crecimiento le puede sacar más apoyos a Cambiemos. Por eso el Gobierno le cierra el camino con ese decreto que es feo, pero legal, porque un decreto simple basta para reglamentar una ley. El peronismo reglamentó en 2012 a favor de las adhesiones y colectoras, porque necesitaba los votos de Martín Sabatella. Cuando se lo quiso impedir a Cambiemos -Jujuy, Entre Ríos-, la Justicia no le hizo caso. Ahora es el turno de la conveniencia de Cambiemos, y ahí tenés el decreto.
La ironía es que la medida que firmó Macri blinda aún más el sistema de las PASO y la filosofía original que lo motivó, que era frenar un sistema que llevó a la derrota al profesional Néstor Kirchner, ante el amateur Francis
Mauricio Macri comprometió a los gobernadores de Cambiemos a que se sienten con él para el anuncio de medidas.
Elisa Carrió aporta con una ingeniosa ley de góndolas que puede mostrar el costado más negociador del Gobierno.
Locuaz como nunca, Martín Lousteau se muestra como si ya fuera protagonista de un acuerdo que nadie conoce.
Nadie se extrañe esta semana de un encuentro entre Nicolás Massot y Juan Grabois, que se saca fotos con Cristina.