Hay otro camino, buscá en las góndolas
Igual, hay corrientes de entendimientos por debajo o por encima de estas inquinas. Por ejemplo, la que acerca los proyectos de ley de góndolas de Elisa Carrió y el de la CTEP de Juan Grabois. Puede ser objeto de otra negociación virtuosa, como la que permitió sancionar leyes que parecían imposibles, como la de economía popular, el censo de barrios populares y la expropiación de tierras en villas. Estas iniciativas tuvieron letra francisquista, las empujó el tridente cayetano que integra Grabois, las firmó el oficialismo con la venia de Macri y Mario Quintana, y se votaron casi por unanimidad de todos los bloques.
Nadie se extrañe esta semana de un encuentro entre Nicolás Massot, jefe del bloque del PRO, con Grabois, que se saca fotos con Cristina. Antes negociaron esas leyes. Massot hizo en la última sesión una interpelación extravagante hacia su propio partido y su propio Gobierno. Dijo: “Realmente creo que debemos ser muy conscientes de la importancia que tendrá, en un año electoral, hacer un intento casi sobrehumano para tratar de volver a una senda que nos dé algunas sanciones. (...) No existe un país posible que se consiga excluyendo un 30, un 25 o un 35 por ciento de la gente. Es una minoría importante de argentinos. No son ni afganos ni iraníes; son argentinos”. Con ese llamado, los dos dirigentes, que están en las antípodas ideológicas y políticas, pueden llegar a una unificación del proyecto de góndolas tan eficaz como el paquete del miércoles, y el Gobierno no querrá quedarse afuera.
El proyecto de Carrió impone una medida para visibilizar productos baratos a grandes supermercados. El proyecto Grabois habla de los más chicos, que a veces son cadenas que dependen de los grandes. También pide un espacio del 30% para los productos de la agricultura familiar, campesina, indígena y de la economía popular. No va a ser difícil que se repita un acuerdo. El clima es exasperado, y lo probó el aire de agresividad que flotó en la cena anual del Cippec en La Rural. Había allí cinco candidatos a presidente: Macri, Lavagna, Pichetto, Solá y Scioli. Ni se saludaron. Los mercados anotan. Y el público, que huele a pólvora, también. Cuando Macri cargó en el discurso contra la herencia recibida, Daniel Filmus ostensiblemente se levantó de la mesa y se fue. Las interpretaciones que filtra Olivos ponderan que Macri recordase, con citas textuales, a Frondizi, Perón y Alfonsín. ¿Era oportuno identificarse con tres presidentes que salieron mal? Hace falta una pluma avezada para esas intervenciones. O es un incidente, irrefrenable, de diván.