Alberto Samid y sus dedos en V: ¿promesa de venganza?
Existen muchas teorías respecto del origen y de los distintos significados que el gesto de los dos dedos (índice y medio) extendidos hacia arriba y el resto de los dedos contraídos contra la palma de la mano.
Se asocia, según algunas creencias, a una señal de demostrar o de anhelar una victoria en algo que se ha emprendido o se acometerá, como también y según otras afirmaciones, a una señal de desafío, insulto y hasta una ofensa hacia un oponente o un rival. Sus orígenes, según algunos, se remontan a la Edad Media.
Más acá en el tiempo, ese gesto fue popularizado en casi toda América por grupos pacifistas. En nuestro país, los adherentes al peronismo lo han tomado como un gesto distintivo de su partido político.
Ahora, de lo que aquí se trata es tratar de interpretar el mensaje que Alberto Samid -entre varios ex funcionarios, empresarios y personalidades famosas de los últimos gobiernos peronistas encabezados por el matrimonio Kirchner o de quienes apoyaban abiertamente a esos gobiernos y que hoy se encuentran en problemas con la Justicia- quiso o quiere dar a conocer con ese gesto. ¿Es un desafío? Si quieren comunicar una victoria -tal el mensaje que muchos quieren significar con esos dos dedos-, ¿un triunfo sobre quién? ¿Estarán queriendo decir que los peronistas tienen una suerte de privilegios que, como tal, los habilita a hacer cuanto les plazcan con los dineros públicos sin que nadie ose aplicarles algún castigo por ello?
¿Están comunicando que, si un día reconquistan el poder, quedarán liberados y no solo eso, sino también reivindicados, indemnizados conveniente y abultadamente, con derechos al pedido de perdón por parte de la sociedad e, incluso, acreedores de una estatua en alguna plaza de la República?
La verdad es que, en ciertos personajes, ese gesto suena a intimidatorio. Da lugar a interpretar: “Ya van a ver cuando volvamos”. De ser así, sería una verdadera pena que un gesto que otrora comunicaba un genuino sentimiento y deseos de paz, hoy sea utilizado como una amenaza, como una promesa de venganza. Alberto Paulino Pintos Morel alberto-50-55@hotmail.com.ar