Clarín

Aldosivi ratificó su buen andar en Rosario y dejó preocupado a Central

Los goles fueron de Iritier y Videla. Ledesma, el arquero local, terminó como la figura de la cancha.

- ROSARIO. CORRESPONS­ALIA Andrés Actis rosario@clarin.com

El fútbol tiene cientos de imponderab­les. Es un deporte impensado. Pero tiene su lógica. Anoche chocaron Aldosivi, un equipo que tiene aceitado los conceptos básicos y sabe a lo que juega, y Central, un conjunto que arrastra una crisis crónica, que juega mal en todas las líneas y que se acostumbró a perder. ¿Qué pasó? Fue triunfo de los marplatens­es de principio a fin.

No hay caso con el juego de Central. Cambió dos técnicos. Diego Cocca es el tercero en este 2019. Jugó en estos meses con distintos sistemas tácticos. Probó con distintos jugadores en todas las líneas. Pero el equipo sigue jugando muy mal. Corre la cancha sin virtudes, ni colectivas ni individual­es. Es un equipo que no está cómodo en ningún sector. Los volantes no contienen y no generan juego. Los defensores están siempre al borde del mano a mano. Y los delanteros casi nunca gravitan.

Tan forzado es el juego de Central que ni Néstor Ortigoza, quien suele suplir sus limitacion­es físicas con su precisión, su panorama y su inteligenc­ia, se impone en lo básico: la circulació­n de pelota. Anoche, protagoniz­ó un error producto de esa incomodida­d permanente. Sin espacios ni opciones, retrocedió con el balón en sus pies durante veinte metros. Buscó un pase largo a los centrales que cayó en los pies de un delantero rival. No fue gol por la rápida intervenci­ón de Jeremías Ledesma.

El arquero es la única buena noticia de Central en lo que va del semestre. Consolidó su rendimient­o y ratificó su proyección. Tapó todo lo que le tiraron en el primer tiempo. Primero una doble atajada (dos cabezazos) y un despeje desde el piso. Y luego un remate a contrapier­na de Yeri. Así y todo no pudo evitar la conquista de Aldosivi. Es más: colaboró involuntar­iamente con el gol. Iritier encontró un rebote, remató seco, la pelota pegó en el palo, rebotó en su espalda y se metió adentro. Aunque el árbitro Fernando Rapalini se lo dio a Iritier.

Aldosivi, en cambio, más allá de sus altibajos, tiene trabajados los conceptos básicos. Anoche dominó el partido de principio a fin. Central le otorgó todas las ventajas posibles en el segundo tiempo; profundizó su desconcier­to y el caos táctico fue total, una falencia muy llamativa. En uno de los tantos ataques, Ezequiel Videla quedó frente a Ledesma y no perdonó: 2 a 0 y medio pasaje a octavos de final de la Copa Superliga. Y la llave quedó casi cerrada. ■

 ?? JUANJO GARCIA ?? Arriba, Aldosivi. Entre Iñíguez y Yeri incomodan a Camacho para impedirle que cabecee.
JUANJO GARCIA Arriba, Aldosivi. Entre Iñíguez y Yeri incomodan a Camacho para impedirle que cabecee.

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