Los riesgos de las llanuras africanas
El profesor Hans Woos siempre se dedicó al estudio del león morado, un tipo de felino muy infrecuente que vive en las salvajes llanuras africanas. Tras haber contratado a un guía, Hans se adentró en el territorio del mamífero y logró enviar valiosas anotaciones.
• Día 1: Por la mañana el lugareño salió en busca de un ejemplar de considerable peso, que se supone habita en la zona. Por la noche el león dejó a los pies de mi carpa una mochila plástica con el logo de Hello Kitty, propiedad de mi acompañante. No sé si calificar la acción como un noble gesto del animal hacia la familia del guía, o como una vulgar sobreactuación del cuidado del medio ambiente.
• Día 5: Seguí a la fiera hasta orillas del río Nagunda. Al parecer, convencido de que los cocodrilos hacen pis en sus tranquilas aguas, el león ignoró el sitio y decidió ir a beber a la laguna Mwati, a 270 kilómetros de allí. Definitivamente no fue buena idea traer mis nuevos zapatos negros de charol para ablandarlos.
• Día 16: Hoy el león morado cazó una cebra. La acechó por más de una hora y luego exhibió una verdadera demostración de fuerza y agilidad. La naturaleza es fascinante, más allá de que a la cebra seguramente todo le pareció una porquería.
• Día 56: El felino encontró pareja. Es un privilegio poder asistir al comienzo de un nuevo ciclo vital, compuesto por el apareamiento, el nacimiento de las crías, el divorcio y la división de la pradera.
Aquel fue el último mensaje de Hans Woos, fechado en julio de 1974. Sus colegas de la Universidad de Offersburg están empezando a creer que algo malo le sucedió. ■