María Elena Walsh tuvo su homenaje en la Feria
Con fotos, juegos y textos se repasó su extraordinaria obra.
En 1935, María Elena Walsh era una niña de cinco años. Así lo atestigua la foto de su DNI, acompañada por su firma; una caligrafía infantil clara y elegante. La pequeña María Elena –vestido a cuadros, pelo sobre los hombros– mira la cámara con una resolución que parece anticipatoria. Como si en el fondo de sus ojos claros ya supiera que alguna vez contaría las complejidades de la infancia lejos del cuento de hadas y cerca de la vida real. “Te puedo asegurar que siempre fue una persona muy resuelta. Y el modo en que transformó la literatura infantil no fue fácil de digerir para muchos en una época muy conservadora. Sin embargo, la vigencia de su obra sigue siendo asombrosa”, cuenta Sara Facio, consagradísima fotógrafa y su compañera de vida, en la actualidad al frente de la Fundación María Elena Walsh.
Esa institución y el Ministerio de Cultura de la Ciudad, con el apoyo de la Dirección General del Libro, realizaron una intervención urbana sin precedentes: las Arquitecturas Murmurantes. Se trató de una instalación interactiva que combina arte, diseño, arquitectura y fotografía a lo largo de 100 metros. Se pudo ver y disfrutar ayer por la tarde a lo largo de avenida Sarmiento entre Santa Fe y Colombia, como parte de las actividades de la Feria del Libro.
La mala noticia es que esta muestra fue efímera: duró unas horas. La buena es que se podrá ver nuevamente durante varios días en las próximas vacaciones de invierno.
La propuesta consistió en un recorrido a través de muestras, conciertos, lecturas, talleres, juegos y actividades para toda la familia desde las dos de la tarde hasta las ocho de la noche. El diseño estuvo pensado como espacio de inmersión en una experiencia estética desplegada a lo largo de la calle mientras desde el aire, un dron tomaba imágenes. Y es que vista desde arriba, la instalación formaba la secuencia #MeW. Esto es, las iniciales de la escritora, con la inclusión del ícono hashtag (#). “La idea es sea sugestiva para quienes nos criamos con la obra de María Elena pero también, para las nuevas generaciones. A la vez, la W hace alusión a su apellido pero además a la palabra ‘woman’ (mujer, en inglés) porque nos interesaba mostrar su vínculo con el universo infantil pero también su legado como escritora y luchadora feminista”, explicó el artista Diego Fischer, creador del diseño de la muestra.
La actividad se enmarcó en el Día de la Ciudad. Si bien en el cronograma original se iba a desplegar el sábado, las malas condiciones climáticas obligaron a que sea trasladada para el día siguiente.
Desde temprano, un DJ con zapatillas doradas empezó a enganchar grandes hits de María Elena, como El reino del revés, La reina Batata o El twist del mono Liso. Por ahí cerca, muchos chicos jugaban en un pelotero. Un poco más allá, otros dibujaban en grandes hojas con crayones o en un pizarrón del tamaño de una pared con
tizas de colores junto a ilustraciones de Iñaki Echeverría y Paula Sosa Holt. También había enormes rompecabezas. En otro sector, una coplera compartía versos de la gran escritora creados junto a Leda Valladares. A lo largo de la muestra se multiplicaban los adultos que no podían evitar divertirse como chicos. “Es que de este modo nosotros también recuperamos nuestra infancia”, contó una madre mientras su hijo bailaba al compás de la música. De hecho, durante la tarde hubo minirrecitales de Paula Maffia, Rosario Ortega y Celeste Carballo, entre otros artistas. Tampoco faltó el free style y sobre el cierre, la actriz Ingrid Pelicori leyó textos de Walsh.
La instalación #MeW incluyó un paseo fotográfico por la biografía de María Elena, desde el living de la casa de Ramos Mejía durante los años 30 y 40 hasta la Buenos Aires que amó hasta su fallecimiento, en 2011. Fueron 32 imágenes seleccionadas y curadas por Facio, que a las cuatro de la tarde llegó y se paseó entre ellas, seguida por una multitud de curiosos. Se veía a María Elena en tomas familiares, junto a poetas y escritores como Amelia Biagioni, Enrique Pezzoni, María Herminia Avellaneda, Oscar Villordo o Adolfo Bioy Casares o artistas populares como Mercedes Sosa, Susana Rinaldi y Jairo. Incluso había imágenes más actuales, como la visita que realizó al Museo de la Mujer en Washington, a mediados de los noventa. Tampoco falta el retrato que Facio le realizó en 1968, cuando se conocieron.
Otra instalación impactante fue Sepa por qué usted es machista, una suerte de test hilarante que Walsh publicó en la revista Humor en 1980 evidenciando que la lucha feminista tiene sus militantes históricas. “Usted puede ser hombre o mujer, el machismo tampoco es cuestión de genes: poca gente más machista que algunas mujeres, solo que ellas lo son por instinto de conservación, por despiste, por comodidad o porque así las dejan hablar en la TV. Usted también lo es por todas estas razones...”, escribió María Elena.
“A mí me llena de placer ver esto porque advierto que el tiempo no pasa. María Elena se adelantó a su época como escritora para chicos, para adultos, por su uso del sentido del humor y por la forma en que se comprometió con el feminismo. Todos estos aspectos están muy bien reflejados en esta muestra”, destacó Facio. Y consideró que Walsh también fue muy ruptural y moderna como cancionista, en cuanto al uso sofisticado de la rima y el lenguaje. “Bob Dylan hace lo mismo que María Elena. Y a él lo reconocieron con el Nobel de Literatura. Ella estaba al tanto de todo lo que se hacía en el mundo en una época donde no había Internet”, consideró. ■