EE.UU. pidió ayuda para investigar la plata negra del secretario de Cristina
Avanza la “Operación Tango” de la Justicia estadounidense
El Departamento de Justicia de EE.UU. le envió un exhorto al juez Bonadio, que investiga la causa de los cuadernos con las coimas K. Le pide que le tome declaración a la viuda de Daniel Muñoz, el fallecido secretario de los Kirchner, y a sus testaferros. Investigan el destino de US$ 70 millones con los que compraron 14 propiedades en ese país, a través de una maniobra de lavado de dinero. Cristina está mencionada en el caso, pero no aparece imputada.
La Justicia de EE.UU. pidió cooperación a la Argentina para investigar cómo se lavaron los 70 millones de dólares del ex secretario privado de Cristina Kirchner, Daniel Muñoz, en su territorio y a través de sus bancos y tratar de encontrar unos 40 millones de dólares que no se sabe dónde se escondieron, revelaron a Clarín fuentes judiciales. Esta semana, el juez federal Claudio Bonadio recibió un exhorto norteamericano pidiéndole una serie de medidas de pruebas, como por ejemplo tomarle declaración a la viuda de Muñoz, Carolina Pochetti y sus testaferros procesados en la causa de los cuadernos de las coimas.
Tal como adelantó este diario el martes pasado, como consecuencia del proceso de cooperación bilateral, el Departamento de Justicia de EE.UU. mandó, a través del Ministerio de Justicia argentina, esa solicitud en sobre cerrado porque su contenido es de carácter reservado. Este intercambio comenzó con la llamada “Operación Tango” a través de la cual EE.UU. identificó los bienes y cuentas bancarias de Muñoz y su entorno en su territorio. Las fuentes precisaron que en el exhorto “está mencionada pero no imputada Cristina Kirchner. La mención se refiere al vínculo que tuvo con Muñoz en el pasado”. La investigación norteamericana fue hecha por agentes del FBI y fiscales norteamericanos.
Los procesados en la causa de los cuadernos de las coimas que EE.UU. quiere que declaren son Pochetti, los martilleros de Mar del Plata Elizabeth Ortiz Municoy y Sergio Todisco, el empresario santacruceño Carlos Temístocles Cortez, el ex ministro de Economía de Santa Cruz Juan Manuel Campillo, Leonardo Llaneza, Rubén Llaneza, Marcelo Danza, el financista Osvaldo Parolari, Elba Municoy, Carlos Gellert y los abogados Miguel l Plo, María Jesús Plo, Federico Zupicich, así como también, el ex secretario privado de Cristina, Isidro Bounine. Para la Justicia norteamericana "es lo mismo" que estos procesados sean indagados como sospechosos o como testigos por Bonadio. Sucede que, a diferencia de la Argentina, allá no se puede mentir a la Justicia. Si mienten están expuestos a cometer el delito de falso testimonio, además de lavado. En todo caso, el régimen del arrepentido en EE.UU. es mucho más amplio que el argentino. El inicio de está investigación en la Justicia norteamericana, que comenzó varios meses atrás, “es la razón principal de la presión de los K sobre el fiscal Carlos Stornelli”, se cree en el Gobierno. Sucede que los imputados allá quedarán bajo la lupa de la Justicia norteamericana y todos sus movimientos financieros en el mundo occidental quedarán al descubierto.
El interés principal de la Justicia norteamericana sería detectar dónde están 40 de los 70 millones que los testaferros de Muñoz sacaron de EE.UU. luego de vender en el 2016, 14 inmuebles. En la causa está demostrado que 30 fueron para comprar un terreno en la playa de las paradisíacas islas de Turks & Caicos donde Muñoz quería construir un resort de lujo, pero el resto todavía es una incógnita (Ver infografía).
Este enorme circuito de plata negra tuvo tres etapas. En el requerimiento de instrucción de Stornelli y Rívolo se dan por iniciadas las operaciones de lavado de dinero de Muñoz el 15 de abril de 2010. No es un dato menor porque Néstor Kirchner falleció el 27 de octubre de ese año. La pregunta es ¿Muñoz le robó plata a los Kirchner o, como dice la abogada de Margarita Stolbizer, Silvina Martínez, “era parte de un engranaje K”?
En esa primera etapa, los martilleros marplatenses Muñicoy y Todisco compraron 14 inmuebles en EE.UU. luego de hacer entrar 70 millones de dólares provenientes de las coimas recaudadas por el ex secretario de Planificación, Roberto Baratta, y que registró su chofer Oscar Centeno. Pero la operación más sofisticada no fue en Miami, sino en Nueva York, donde Muñoz, a través de empresas fantasma creadas en las islas Vírgenes Británicas se compró un piso en el mítico hotel Plaza por más de 14 millones de dólares. En esta primera etapa los prestanombres de Muñoz fueron asesorados por el estudio de Charles Serfaty de Miami. Casualmente, en su libro “Sinceramente”, Cristina recuerda con nostalgia el primer viaje que hizo en 1997 a Nueva York y se alojó con Néstor en el hotel Plaza. “Era una suite gigante y divina igual que el vestidor, con una cama de baldaquino y un baño inmenso desde el cual se podía ver la 5ta. Avenida”, describe la ex presidente. Este piso había sido comprado por la empresa de Muñoz llamada Free Experience. Las transferencias las hizo el financista Jorge Galitis desde una cuenta en el Safdie Banque SA, de Suiza. Galitis está investigado en la causa de la ruta del dinero K. En el 2016, tras la investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) que revela las primeras off shore de Muñoz creadas por el estudio panameño Mossac Fonseca, empieza la segunda etapa. Entonces, con el asesoramiento del abogado Miguel Plo cierran las empresas en EE.UU. y sacan el dinero en pequeñas transferencias bancarias hacia México, Hong Kong y Turks & Caicos.
En tercer término, se decide construir un hotel en esas paradisíacas islas y sería lo que más interesa investigar a EE.UU., siempre según las fuentes judiciales. A partir de ese momento, Gellert y su esposa Perla Puente Resendez, ocupan los roles que tuvieron Municoy y Todisco en la primera etapa. Ese año, Bounine -el ex secretario privado favorito de Cristina- llamativamente acercó a Campillo con Muñoz cuando éste estaba agonizando. Sin embargo, la falta de acuerdo “sobre una fórmula que asegurara una desinversión y restructuración segura, se manifestó entonces en desavenencias entre Miguel Plo y Campillo”. Tras la muerte de Muñoz, Pochetti, “optó por el primero, ordenó a Bounine que lo excluya, y éste le abonó a Campillo € 200.000 por los servicios que hasta entonces había prestado”. En su confesión, Gellert afirmó que primero Pló sacó a Campillo del círculo de asesores de la viuda de Muñoz y luego el abogado de Miami, Charles Serfaty, “quería sacar las offshore de Mossack Fonseca y ponerlas en otro lugar. Por eso contrata a un estudio de Turks and Caicos”. Gellert explicó que Muñoz “aún en vida, le comentó su idea de mudar las inversiones que tenía en los EE.UU. hacia el Caribe”. El estudio de Turks & Caicos se llama Karam y Missick. Así ordenaron terminar de vender los inmuebles en EE.U. y girar la plata hacia otros destinos. Entre noviembre del año 2016 y mayo de 2017 el total de las transferencias emitidas por las firmas fantasmas fue de U$ S 22.703.614 y otros 11 millones fueron hacia bancos mexicanos y empresas dudosas en Hong Kong, en tanto se desconoce el destino del resto. El abogado triunfante se apoyó en su hija María Plo y su yerno Federico Zupicich para conducir la nueva etapa. Luego se sumó el abogado Antony D'Aniello del estudio de Turks & Caicos. Se crearon las empresas Marbel Hill y Wood Heaven -a nombre del testaferro mexicano Isaac Eugenio Esperanza- para administrar el proyecto que iba a conducir Sean Lawrence Sullivan. Mientras la Justicia de EE.UU. espera que Bonadio le tome declaración a Pochetti y sus testaferros, entre otras medidas de prueba, el juez ya envió notificaciones rojas de Interpol contra Anthony D´aniello, Isaac Eugenio Esparza, Peter Karam, Charles Serfaty y Sean Lawrence Sullivan, quien debería haber estado a cargo de la construcción del resort que soñaba tener Muñoz en el Caribe. ■