Clarín

La capitana terminó presa

CAROLA RACKETE

- Julio Algañaraz jalganaraz@clarin.com

Estaba prohibido pero llevó a Italia en su barco a inmigrante­s refugiados. Y, por eso, la arrestaron.

La prueba de fuerza entre la capitana alemana Carola Rackete y el hombre fuerte populista, el ministro del Interior y viceprimer ministro Matteo Salvini, que la considera “el enemigo número uno” de los italianos, culminó en la madrugada del sábado en forma dramática.

Carola, de 31 años, que es ya un personaje de leyenda en Europa, tras forcejear varios días en el mar con los barcos de las autoridade­s que le impedían entrar en el puerto de Lampedusa con 43 prófugos africanos a bordo, al alba decidió que era suficiente y lanzó la nave de la ONG alemana “Sea Watch 3” a la boca del puerto. Lo hizo mientras naves de las autoridade­s trataban de impedirle el acercamien­to del buque con los desesperad­os.

Al parecer, se produjo un roce con un pequeño barco de la Guardia de Finanzas en el momento en que Carola, que piloteaba la nave de la organizaci­ón de derechos humanos que ha rescatado mucha gente en el Mediterrán­eo, logró atracar en uno de los muelles.

Policías y agentes de seguridad subieron de inmediato al Sea Watch, mientras los 40 prófugos que quedaban a bordo (dos fueron desembarca­dos anteanoche por razones médicas) comenzaban a ponerse en fila para desembarca­r, auxiliados por personal sanitario.

Oficiales de la Guardia de Finanzas (la policía tributaria, muy activa en las zonas fronteriza­s), arrestaron en la cabina de comando del barco que lleva bandera holandesa, a la capitán Rackete. La justicia la acusa de violación del artículo 1100 de del código de navegación: resistenci­a o violencia contra nave de guerra, un delito que prevé una pena de tres a diez años de reclusión.

Entre el griterío de apoyo a la mujer de numerosas personas reunidas en el muelle y los griteríos contrarios de grupos que apoyaban a Salvini y su decisión de cerrar los puertos italianos a los migrantes clandestin­os, herramient­a central de su campaña electora, un grupo de policías llevó a la joven capitana Carola a una camioneta. Desde el puerto fue trasladada al cuartel de la Guardia de Finanza para ser interrogad­a por un magistrado. Se trata del fiscal de Agrigento Salvatore Vella.

Mientras tanto, a bordo de la Sea Watch el personal policial comenzó las tareas de secuestro de la nave. Los veinte tripulante­s de la nave humanitari­a, cuyo destino judicial se desconoce, recibieron después la orden de abandonar el puerto con la nave y esperar a dos millas de distancia, vigilados por otros barcos de la marina y fuerzas de seguridad en un despliegue de seguridad que parecía excesivo para el caso que se trataba.

Cinco países europeos (Francia, Alemania, Portugal, España y Luxemburgo), ofrecieron ya hacerse cargo de una parte o de la totalidad de los prófugos. El 12 de junio, la Sea Watch 3 socorrió a los 53 migrantes que estaban naufragand­o en aguas de Libia, un país en guerra interna y grave crisis económica, que fue colonia de Italia y que tiene aun hoy una fuerte dependenci­a de Roma. Gracias a varios permisos de desembarco por razones médicas que recibió en estas casi tres semanas, el número ayer de migrantes a bordo se había reducido a 40.

La capitana Rackete dijo que decidió abandonar las aguas territoria­les italianas y forzar el ingreso al puerto de Lampedusa, en el extremo sur italiano frente a las costas africanas, “porque estos seres humanos necesitan ser asistidos”.

El comportami­ento de Carola Rackete ha montado grandes polémicas pero sobre todo mucha solidarida­d de los grupos progresist­as europeos que sostienen que el continente tiene responsabi­lidades históricas en las desgracias de los países del norte africano. La ONG a la que pertenece la capitana está recibiendo una lluvia de donaciones para continuar su lucha y contribuir a la defensa de la muchacha. La capitana Carola explica así su comportami­ento: “Nací rica, soy blanca, alemana, tengo el pasaporte justo y tres laureas universita­rias. Me siento en el deber de ayudar a la gente que está en una situación peor que la mía”.

La capitana es una experta piloto de naves y hasta dirigió un rompehielo­s de investigac­ión científica marina en el Polo Norte.

El público europeo espera que Carola siga conquistan­do el interés y la admiración con sus acciones en favor de los migrantes necesitado­s de asistencia en el Mediterrán­eo, un desafío político serio para Salvini. ■.

La muchacha forcejeó varios días en el mar con los barcos de las autoridade­s italianas.

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Capitana. La alemana Carola Rackete en el momento de desembarca­r de su buque con el que rescató a migrantes libios en el Mediterrán­eo. afp

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