Cerca de las encuestas, lejos de la Selección
Alejandro Catterberg se hizo cargo de muy joven de la consultora Catterberg y Asociados cuando murió su padre, Edgardo, en 1994, quien fue uno de los padres de la encuestología política argentina en la década del ‘80. Luego se asoció con Eduardo Fidanza, con quien hace 15 años decidieron ampliar la consultora y crear Poliarquía, con nuevos socios. “Cada vez que en Poliarquía difundimos números de encuestas electorales lo hacemos con una ficha técnica, acompañándolos con análisis y tratando de ser muy claros y precisos en los alcances, así como con las limitaciones que tiene una investigación”, señala Alejandro Catterberg, en sus amplias oficinas porteñas de la avenida Santa Fe, con vista a la plaza San Martín.
Cuando se le indica que esas publicaciones masivas son cada vez más esporádicas, al igual que el resto de las principales consultoras políticas, que ya casi no difunden públicamente sus resultados electorales, Catterberg afirma que eso es parte de “un fenómeno internacional”. Asegura que las consultoras más importantes a nivel mundial, Gallup y Pew Research, anunciaron en las últimas elecciones en los Estados Unidos que dejaban de difundir encuestas electorales, porque se las iban a dar solamente a sus clientes privados.
La agencia Bloomberg planteó que la falta de difusión de encuestas le agrega incertidumbre al proceso electoral argentino, donde a la vez hay encuestas tan disímiles en sus resultados. “Las investigaciones y las encuestas tienen un costo. Y hay que ver quién las financia. Los medios generalmente no financian las investigaciones que difunden, así que ahí se pueden generar dificultades con respecto al resultado que difunden de las encuestas”, sostiene Catterberg. Y agrega que hay “numerosas” nuevas consultoras que están ocupando el espacio que dejaron vacío en los medios de comunicación las encuestas de las tradicionales consultoras.
El problema es que muchas de esas nuevas consultoras usan generalmente metodologías de recolección de datos que son más baratas y rápidas que las tradicionales, pero son menos precisas. “Las metodologías de investigación cuantitativas tradicionales tienen un costo mucho mayor, porque no es el mismo costo mandar gente a tocar la puerta en 20 ciudades del país, que llamar por teléfono con encuestadores, que llamar en forma automatizada con una computadora o mandar encuestas por mail y que respondan a un link”, explica el director de Poliarquía, quien asegura que en su consultora utilizan todas las metodologías, dependiendo las necesidades del cliente.
Catterberg menciona que la normativa argentina regula la difusión de encuestas. Hay un padrón de empresas registradas en la Cámara Nacional Electoral, donde deben presentar las características técnicas de cada encuesta que se difunde a nivel público. Además, los medios de comunicación tienen prohibida la difusión de encuestas ocho días antes de las elecciones.
Este economista, especializado en estadísticas, no es fanático del fútbol. Por eso, pautó la entrevista con Clarín en el mismo horario que la selección argentina de fútbol jugaba con la de Venezuela. De todos modos, de a ratos, podíamos seguir el desarrollo del partido en un gran monitor de TV, sin volumen.