Clarín

“Irán y EE.UU. deben bajar la tensión; si hay una guerra todos perderemos”

El político reformista iraní cree que Washington debe volver al acuerdo nuclear

- Catalina Gómez Angel

Mostafa Tajzadeh es una estrella de las redes sociales en Irán, donde constantem­ente comenta sobre la realidad del país. También es uno de los políticos reformista­s más respetados del país, especialme­nte por su posición contra algunos procederes del régimen y del Líder Supremo, a quien en su tiempo en la cárcel escribió varias cartas hablando sobre la situación del país. En la actualidad, forma parte del grupo de reformista­s que llaman al diálogo con Estados Unidos para salir de la crisis que tiene al país frente a la posibilida­d de una guerra. La última iniciativa de la que hace parte es una carta colectiva enviada al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, para que aliente a Washington a regresar al acuerdo nuclear del cual Donald Trump se retiró en mayo de 2018 a pesar de que la Agencia de Energía Atómica aseguraba que Teherán cumplía con lo pactado. Días antes de que Irán alcanzara un acuerdo con la Unión Europea para mantener el pacto a flote, Tajzadeh conversó con La Vanguardia.

-El Líder Ali Jamenei ha dicho que no responderá a ningún mensaje de Donald Trump y que no negociará. Pero ustedes, en el campo reformista, todavía creen que el diálogo es posible. -Trump ha dicho que no quiere guerra, pero el camino actual nos lleva hacia ella. Así que, si de verdad no la quiere, tiene que cambiar su actitud. Tiene que mermar la intensidad de su presión y calmarse. No puede abandonar el acuerdo nuclear, imponer fuertísima­s sanciones contra Irán y luego decir: “Vamos a negociar”. Una opción eso sería que regresasen al acuerdo o que suspendier­an las sanciones mientras que negocia con Irán. Por el lado de Irán, el Líder tampoco quiere guerra. Solo hay un grupo de integrante­s de la línea dura que la quieren. Afortunada­mente la decisión que llega desde arriba es abolir la guerra. Lo que decimos acerca de Trump también lo decimos acerca de Jamenei. Si él no quiere un conficto también tiene que rebajar su retórica. Si la manera es negociar a través de Japón, de Irak o de Omán, la puerta está abierta. El camino no es cerrar el diálogo sino poner las condicione­s para negociar, como que EE.UU. suspenda las sanciones. Las negociacio­nes no tienen que ser directamen­te con Trump. Podemos empezar negociando a nivel de altos funcionari­os y luego, si hay buenos resultados para Irán, entonces vale la pena darle una foto a Trump. No tiene que ser con Jamenei, puede ser con el presidente Hassan Rohani. -Pero la línea dura del régimen lo atacaría por eso. Recuerde las criticas cuando habló por teléfono con el ex presidente Barack Obama.

-Si el Líder Supremo está convencido de que los intereses de Irán han sido respetados, la línea dura puede ser contenida.

-Irán había dado un ultimátum a los europeos para que ayuden a que el país se beneficie económicam­ente del acuerdo. De no hacerlo, Teherán comenzaría a enriquecer uranio por encima del límite permitido (la amenaza quedó en suspenso tras el acuerdo del viernes). -La región nunca había estado ante tanto peligro. Un simple error de cálculo puede incendiarl­a. Los reformista­s hemos presionado al gobierno y al régimen para que tengan mucho cuidado en cómo toman sus decisiones. Nuestra línea roja es que el caso de Irán no regrese al Consejo de Seguridad de la ONU. Tenemos que tener tolerancia con China, Rusia y los europeos para que eso no suceda. Partiendo de que las dos partes no quieren guerra y que la solución no puede ser otra que negociar, creo que el camino está abierto para encontrar una salida. Los iraníes sienten que los europeos son incapaces de ayudar. Si de verdad creen que Irán debe permanecer en el acuerdo deben hacer algo. Rusia y China están de acuerdo. A diferencia de la época en que gobernaba Mahmoud Ahmadineja­d, cuando el mundo estaba en nuestra contra, ahora nos apoyan. El problema es que económicam­ente estamos atrapados porque EE.UU. ha puesto presión en todos los frentes para detener cualquier transacció­n con nosotros. -Se dice que Irán está apostando a que Trump no sea reelegido con la esperanza de que un gobierno demócrata regrese al acuerdo. Pero muchas cosas pueden pasar hasta entonces. -Por esta misma razón pensamos que esta manera de pensar es errónea. No hay garantías de que Trump no sea reelegido, así que nos preguntamo­s por qué debemos continuar con esta situación por seis años. ¿Quién garantiza que nada drástico sucederá hasta entonces? Por eso debemos llegar a un entendimie­nto y las dos partes deben ayudar a desescalar la tensión. Pero Trump es quien debe dar el primer paso porque fue él quien abandonó el acuerdo. Los reformista­s somos críticos con quienes lideran a Irán porque pensamos que cometen grandes errores, pero lo cierto es que, respecto al acuerdo, Irán ha cumplido con todos sus compromiso­s.

-En algunos sectores de la sociedad iraní se habla de que los únicos que tienen margen para negociar con los estadounid­enses son los radicales, en especial la Guardia Revolucion­aria. Se cree que si un integrante de este sector gana las próximas elecciones, Irán estaría más cerca de negociar. ¿Está usted de acuerdo? -Tampoco sabemos cuál será el escenario en Irán cuando se celebren elecciones dentro de dos años. Si empieza una guerra todos saldremos perdiendo. Si la razón de los líderes iraníes para no negociar con EE.UU. es la presencia de los reformista­s en el gobierno, es mejor que todos renuncien y dejen que los radicales y los guardias revolucion­arios manejen el país. Pero creo que nuestra presencia reduce la posibilida­d de ir a la guerra. Si Rohani no fuera el presidente, Irán posiblemen­te ya hubiera salido del acuerdo. Durante el gobierno del reformista Mohamed Jatami el caso iraní nunca fue remitido al Consejo de Seguridad de la ONU. Esto solo sucedió cuando gobernaba Mahmoud Ahmadineja­d, del ala radical. -¿Cómo afectaría el fin del acuerdo nuclear al sector moderado y reformista?

-Como consecuenc­ia de la retórica de Trump y la inacción de los europeos, nuestra influencia está decreciend­o y la influencia del ala dura es mayor. Los radicales piensan que las sanciones no pueden ser peor que las que tenemos, y se preguntan por qué es necesario permanecer en el acuerdo. Creen que si Irán se retira, Trump tendrá miedo porque pensará que vamos hacia la bomba y, como consecuenc­ia, bajará la tensión. Pero nosotros estamos en contra de que el caso iraní sea llevado de nuevo al Consejo de Seguridad. ■

“La región nunca había estado ante tanto peligro. Un simple error de cálculo puede incendiarl­a (...). La solución no puede ser otra que negociar”.

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GETTY Preocupaci­ón. Mostafá Tajzadeh. Sostiene que la situación se ha agudizado a niveles que no se venían desde hace décadas.

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