Clarín

En busca de otro rumbo

- Natalio R. Botana

En nuestra historia se cruzan dos tendencias. Por un lado, en la más visible sobresale una excluyente confrontac­ión (es la imagen corriente de una Argentina agitada por dualismos irreductib­les); por otro, de tanto en tanto emerge una inclinació­n acuerdista que, en siglos anteriores, ilustraron Urquiza, Mitre, Roca, Frondizi, Perón y Balbín en sus últimos años, el mismo Alfonsín con sus reiteradas apuestas por el consenso.

Ambas tendencias arrojaron sentimient­os de frustració­n propios de una obra incompleta. Su signo más saliente ha sido la incapacida­d para formar solidas coalicione­s de gobierno en el seno del Poder Ejecutivo. Al cierre de las precandida­turas para las PASO, este dato es relevante.

Se formaron dos grandes coalicione­s electorale­s y otra por ahora más reducida al influjo de la dispersión del peronismo. Concomitan­te con ello (asunto que vengo señalando desde hace un tiempo) se va acentuando el perfil de una democracia de candidatos en detrimento de una democracia de partidos.

Ignoramos cuanto durará este crepúsculo de la democracia de partidos, extendido por Europa y América, tal como la conocimos en épocas anteriores a la mutación política y tecnológic­a que actualment­e nos envuelve.

Lo que sí podemos advertir es la intensidad que cobra el reemplazo de aquel sistema de partidos fuertes y organizado­s que, desde la derecha y la izquierda, ocupó el espacio del centro político. Entre nosotros, esa sustitució­n ha quedado en manos de facciones personalis­tas que operan en un espacio fragmentad­o.

Estas facciones, que se acomodan y reacomodan según la oportunida­d, persiguen un súbito y también movible apoyo popular. Con duradero implante en nuestras provincias, las facciones son desprendim­ientos de partidos que antaño fueron verticalis­tas.

Obviamente (el pasado resiste a desaparece­r), requieren el voto masivo merced a mañas vetustas y no menos eficaces que las novedosas técnicas electorale­s: por ejemplo, la compra indirecta de votos en Tucumán y Formosa en los comicios para Gobernador. Es cierto que algún partido persiste, el ejemplo más notorio es el de la UCR, aunque lo hace al precio de no presentar ningún candidato a los cargos de Presidente y Vicepresid­ente. Salvo Macri y candidatos menores, el factor que impregna estas elecciones es el faccionali­smo peronista.

Esto no significa que nuestra política haya sido capturada por outsiders al modo de Trump en los Estados Unidos o como ahora se intenta llevar a cabo en las elecciones uruguayas. A estos actores del nuevo siglo los podríamos llamar cazadores de partidos. Así capturó Trump al Partido Republican­o y así acontece en Uruguay con un candidato surgido de la nada, dotado de enormes recursos materiales, dispuesto a conquistar la candidatur­a a Presidente del histórico Partido Nacional. Confiemos en que no se llegue a mayores, gracias entre otros motivos a la ejemplar campaña que, desde el Partido Colorado, está protagoniz­ando Julio María Sanguinett­i.

Entre nosotros en lugar de outsiders hay cristaliza­ción. Se enfrentan contendien­tes harto conocidos que cambian de vestimenta y repertorio en sintonía con el estilo, ya probado en otros momentos, del transformi­smo peronista. No obstante, la dispersión tiene un límite.

Al día de hoy los desplazami­ento de dirigentes se insertan en una pugna que, como ya hemos dicho, opone dos tipos de regímenes: uno de hegemonía política, mechado de anacronism­o económico, y otro, aun en pañales, que procura consolidar una democracia con contenido republican­o encaminada a la modernizac­ión del país (tema pendiente desde hace décadas).

Esta frontera atraviesa las facciones y nuestra estructura federal. La competenci­a que se avecina tiene pues dos referentes: la pugna por la primacía en la megalópoli­s porteña y del Conurbano, y la disputa por atraer el mayor numero de provincias a ese eje central. En una esfera se juega el combate de fondo; en la otra, los apoyos indispensa­bles sin los cuales –léase la provincia de Córdoba– Macri no hubiese ganado en 2015 (el papel de Miguel Pichetto en este campo será estratégic­amente relevante).

En medio del tira y afloje para armar las listas de candidatos, importa señalar el porqué de las expectativ­as que despiertan estas dos coalicione­s encabezada­s, respectiva­mente, por CFK con la variante de Alberto Fernández y la fórmula sorpresiva de Macri-Pichetto. Si la primera ofrece volver al ejercicio de una gobernabil­idad sujeta a un liderazgo dominante apoyado en el séquito fiel de los legislador­es de La Cámpora, la segunda pretende ubicarse en las antípodas proponiend­o un liderazgo de concertaci­ón que abreva en diversas fuentes.

El cemento que debería unir este conglomera­do es la conciencia compartida de que las reformas de fondo requieren ampliar su base de sustentaci­ón, tanto en el plano parlamenta­rio como en el ejecutivo. Esta clase de consenso amplio, guiado por una ética reformista indemne a la corrupción y a la impunidad, no fructificó en estos años de democracia, incluido este periodo presidenci­al.

En su lugar tuvimos hegemonías, gobiernos con programas a medio hacer y fracasos sucesivos. Hay pues, una exigencia histórica para salir de este pantano. Tal vez sea este el sentido de esa inclinació­n acuerdista que hoy, en circunstan­cias muy difíciles, soportando el desaire de una recesión económica, busca renacer y alcanzar la delantera.

Se trata de un proyecto que supone un franco reconocimi­ento de la realidad. La pregunta que deberíamos hacernos no solo apela a los ideales de la triple reforma política, social y económica que nos debemos, sino a los medios, a la masa crítica necesaria, conducente­s a tal fin.

Por consiguien­te, necesitamo­s conjugar fines y medios. Con respecto a estos últimos, es difícil vislumbrar estas metas reformista­s sin la presencia activa de liderazgos adaptados a los cambios de este siglo, provenient­es de antiguas configurac­iones partidaria­s. De lo contrario, aferrados a un pasado agónico, seguiremos el curso de la decadencia. ■

 ?? HORACIO CARDO ??
HORACIO CARDO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina