González Amorosino, el ex Puma todoterreno que goza el rugby en Pucará
Su try a Escocia en el Mundial de 2011 es uno de los más recordados en la historia del seleccionado argentino.
Lucas González Amorosino se convirtió en un símbolo del rugby argentino desde que con Los Pumas le anotó aquel inolvidable try a Escocia en el Mundial de 2011. A los 33 años, además de seguir jugando en el Torneo Top 12 de Buenos Aires en Pucará, maneja un restorán en el microcentro, exporta agua mineral, incursiona en el blockchain (la teconología que posibilita que funcione Bitcoin, la moneda virtual) y dedica su tiempo libre a una de sus pasiones: el poquer.
La agenda intensa provocó que estuviera cerca del retiro a fines de 2018, pero el amor por su club pudo más y decidió seguir jugando una temporada más en el equipo de Burzaco que está segundo en el torneo y ayer perdió ante el líder SIC en Boulogne por 11 a 6.
“Decidí continuar porque pude acomodar mi tarea laboral: el año pasado estuve viajando mucho y falté a algunos entrenamientos, pero en esta temporada no quería hacer las cosas a medias y por eso les pedí a mis socios que me bancaran un poco”, revela González Amorosino.
Volvió a Pucará a mediados de 2017 luego de atravesar una importante carrera internacional en la que pasó por clubes como Leicester, Montpellier y Oyonnax además de Jaguares, la franquicia argentina que disputa el Super Rugby. Durante su trayectoria en el exterior se desempeñó como fullback o wing (sus puestos naturales), aunque ahora lo hace de apertura.
“Es un puesto en el que jugué en Juveniles, pero en el que nunca antes me había vuelto a desempeñar hasta que volví a Pucará. Hoy que estoy más grande me gusta jugar de 10 porque tengo que correr menos y me da más tiempo para pensar”, analiza.
Pucará es un club que desde hace rato viene peleando en los primeros puestos de Buenos Aires y para González Amorosino eso se debe a un proyecto integral que se diseñó hace algunos años y que está dando sus frutos. “Estamos bien, sólidos. Creo que el club entendió que para pelear un campeonato hay que tener recambio y que se necesitan de unos 35 a 40 jugadores por el tema de las lesiones”, reconoce.
Fuera del rugby es técnico superior en Comercio Exterior y se dedica a varias actividades comerciales producto del espíritu emprendedor que le transmitió su papá Pedro, quien trabajó en el mundo de las finanzas y en la Aduana e incluso tuvo una empresa exportadora de carbón. ■