Los secretos develados del SEBIN, la policía secreta del régimen
Pruebas. Documentos internos obtenidos por Clarín muestran cómo opera el servicio de espionaje chavista sobre opositores, periodistas y veedores extranjeros.
Es así tal como mucha gente, la informada o la denunciante, pensaba y se figuraba. Decenas y decenas de víctimas habían descrito sus acciones. Repentinas y violentas. Intimidatorias pero eficaces. Clarín publica en exclusiva documentación oficial venezolana que muestra y demuestra cómo opera el SEBIN. El respetado y temido Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional es la fuerza de espionaje político y control social creada por el comandante Hugo Chávez que en Venezuela sostiene al régimen del presidente Nicolás Maduro.
La divulgación de estos documentos ocurre además cuando Venezuela aún se encuentra en estado de shock por la muerte del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo tras ser brutalmente torturado por supuestos miembros a la Dirección de Contrainteligencia Militar, otro órgano de control del chavismo.
Estos documentos internos que llegaron a conocimiento de Clarín son como una radiografía del SEBIN. Permiten conocer detalles antes ignorados de sus acciones: monitoreo de la oposición, de la sociedad civil “adversa a la revolución”, de periodistas nativos y extranjeros, de las tendencias en Twitter. Conocer cómo espiaba y controlaba el SEBIN a dirigentes y referentes políticos internacionales que pasaban una temporada en Venezuela. Las carpetas están catalogadas con los rótulos de “Secreto” o de “Confidencial”. No describen operativos contemporáneos, de la era Maduro. Son una prueba acerca de cómo el propio Hugo Chávez, su creador, usó al SEBIN para intentar conocer a quienes lo inquietaban.
En uno de los documentos se aprecia cómo las comisiones de monitoreo de diferentes países que viajaron a Venezuela para las elecciones del 2012, entre ellas, una de Argentina, fueron objeto de acciones de Inteligencia a tiempo completo. El SEBIN ya conocía a qué centros electorales iría cada comisión y había tomado recaudos para que se llevaran una buena impresión. Había ordenado fotografiarlos en secreto. Filmarlos. Seguirlos en autos sin identificación oficial. En el año 2012, el autor de esta nota, junto al equipo de Periodismo Para Todos, el programa de Jorge Lanata en El Trece, fue detenido por agentes de inteligencia chavistas en el aeropuerto. Estos agentes, vestidos de civil, querían saber quién había filtrado los documentos que ahora se dan a conocer por primera vez.
En una de las carpetas del SEBIN consultadas por Clarín bajo el título “Operaciones de contrainteligencia”, se muestra cómo el régimen logró cooptar a un estudiante para transformarlo en un “Patriota Cooperante”. Así llama a agentes civiles que se suman a sus filas como espías infiltrados. Este diario conoce el nombre del “Patriota Cooperante” que el SEBIN logró cooptar en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). En el momento en que este estudiante fue “abordado” por los espías tenía 25 años y un perfil acorde para ser “Patriota Cooperante”, explican los papeles secretos. Parte de la carpeta sobre este tema cuenta cómo fue la “Forma de captación”: “La captación del PC se realizó mediante varias entrevistas y encuentros de diversa naturaleza con oficiales presentes en la Coordinación de Desarrollo Estudiantil de la UCAB, quienes bajo dicha cubierta le presentaron la posibilidad de dar por otras vías la necesidad de beca manifestada por el PC, ante la negativa del otorgamiento de la misma por parte de las autoridades de la UCAB”. Es decir, el SEBIN logró convencer a ese estudiante de que se transforme en espía pagándole los estudios que él había solicitado sean becados, cuestión rechazada por la Universidad.
En el documento dedicado a especificar el control de las elecciones, caratulado como Confidencial, se indica que el SEBIN debía “monitorear las 250 centrales electorales en cuestión, a fin de detectar cualquier irregularidad que se presente en el momento en que los electores sufraguen el derecho a voto”. Hasta ahí nada parece poco democrático. Pero de inmediato se revelan los “Objetivos Específicos”. Incluyen acciones de Inteligencia contra parte de las comitivas de veedores internacionales de esos comicios. Ninguna de ellas elevó después algún tipo de crítica al desarrollo de ese acto electoral. Todos habían sido espiados.
Otros papeles a los que accedió este diario demuestran que se ordenó hacer Inteligencia a los veedores internacionales en la jurisdicción que le correspondía a la “Base Territorial de Contrainteligencia Cumana”. El SEBIN había ordenado a sus agentes de cinco municipios que estuvieran bajo control de esta operación oculta. Los espías tuvieron como orden “cubrir la llegada de algún observador internacional en el aeropuerto Antonio José de Sucre de Cumana, identificar y fotografiar al mismo”. Y luego se tenían que cumplir estos ítems: “Informar de inmediato a la Jefatura de esta Base sobre toda incidencia presentada durante los Comicios Electorales. Tomar fotografías de los diferentes centros de votación. Coordinar seguridad pasiva de Funcionarios del Plan República”, dice el documento.
En esta carpeta del SEBIN se menciona a los agentes destinados a esta misión. A los vehículos que utilizaron. A sus “equipos técnicos”. E incluso se detallan cuáles eran las “subestaciones eléctricas” que abastecerían de energía a esas jurisdicciones.
Tras la muerte de Chávez, el régimen se radicalizó con Maduro. La visita de políticos extranjeros a un país sumido en una hiperinflación, con funcionarios investigados por corrupción y narcotráfico en EE.UU., la producción petrolera en baja, la falta de alimentos y de medicinas básicas y el delito cada vez más creciente en las calles, fue develando de a poco cuáles eran los métodos del SEBIN para perseguir a los “opositores”.