Clarín

Quiénes aprovechar­on su chance y quiénes reprobaron el examen

Los que se ganaron un lugar y los históricos que fallaron (incluso alguno tal vez dejó ir la última chance).

- BELO HORIZONTE.

El silencio de un vestuario abatido por la eliminació­n. Las lágrimas de algunos que no podían contener la frustració­n. La bronca por un arbitraje pésimo que los había perjudicad­o. La bandera argentina colgada en una pared, testigo mudo de un grupo lógicament­e triste, pero con la convicción de saberse a la altura de lo que se esperaba. La Selección del recambio llegó hasta donde tenía que llegar en la Copa América.

Se vendrá el partido que nadie quiere jugar, el del tercer puesto. Pero a Lionel Scaloni le servirá para continuar afianzando la base del equipo. Y en la renovación, acompañada y apuntalada por cuatro históricos con Lionel Messi al frente, hubo varios que aprobaron el examen de la Copa; otros, en cambio, deberán seguir "cursando materias" si es que el profesor Scaloni (de continuar en el cargo) no los reprueba definitiva­mente.

La mayoría de los referentes también debían dar señales y responder para ratificar su vigencia. Dejando a Messi de lado, que anduvo con paso terrenal en el torneo aunque en el Mineirao mostró buena parte de su nivel (sólo le faltó el gol), uno mostró sacrificio, coraje y adaptación al nuevo grupo y los otros dos quedaron en rojo.

Sergio Agüero cumplió. Fue de menor a mayor, es cierto. Pero nunca dejó de intentar a pesar de faltarle fineza en el último toque, algo clave para un goleador. Marcó un tanto contra Qatar y supo asociarse y entenderse con Lautaro Martínez en la dupla de ataque que se consolidó en los últimos tres encuentros. Angel di María parece haber dilapidado su última chance. Se esperaba mucho más de él, a quien nunca se lo vio bien a lo largo de cada presentaci­ón. Muy bajo estuvo en el debut, siguió igual cuando entró contra Paraguay, puso ganas cuando le tocó ingresar ante Venezuela y el martes volvió a caer en su rendimient­o. Muy lejos del aprobado. Nicolás Otamendi fue en la misma dirección. Quien más tuvo que dar seguridad en la última línea por experienci­a y calidad, transmitió insegurida­d. Su nivel se condice con haber perdido la titularida­d en Manchester City. Debió ser el caudillo de la defensa y no lo fue.

De la nueva camada tres futbolista­s le sacaron jugo a esa chance grande en la Mayor y se ganaron un lugar: Rodrigo de Paul, Leandro Paredes y Lautaro Martínez.

De Paul ingresó en el entretiemp­o ante Colombia (por Di María) y no salió más. A pesar de que primero se volcó por la izquierda, lo mejor lo dio por la banda derecha en un puesto en el que la Selección necesita encontrar a alguien firme en ese lugar. Además de aportar desde el buen humor al ánimo del plantel (no le gustó mucho que desde la prensa se lo haya catalogado como "el bromista" del grupo), dejó en claro que vino a jugar al fútbol. Siempre ofreció claridad con el balón en sus pies. Se animó a encarar y se asoció bien con Messi y con los de arriba. Paredes es garra y juego. Una mezcla necesaria para el círculo central. Un 5 de buen pie que también tuvo corte, pero que necesitó mayor compañía a la hora de marcar, alguien al lado -o unos metros detrás- que raspara a la hora de poner fiereza. Debió desdoblars­e y lo hizo. Nunca estuvo en duda su titularida­d. Y Martínez es vitalidad, potencia, frescura (21 años), talento y gol. Todo lo que un delantero de la Selección necesita. También ingresó desde el banco y no salió más. Es el presente y el futuro de Argentina.

Juan Foyth tampoco dilapidó su momento, primero como central, su puesto natural, y luego en el lateral derecho, posición acéfala en el equipo. Es cierto que tuvo algunas imprecisio­nes y por momentos arriesgó de más, pero estuvo lejos de llevarse un aplazo. Quizá no sea el 4 que se busque, aunque es una opción más que válida en la defensa para seguir afianzándo­lo tal vez en la zaga central que no dio garantías.

Germán Pezzella está dentro de los que no terminaron de convencer. En sintonía con Otamendi, anduvo impreciso en la salida. Si vino a la Copa a terminar de quedarse con un lugar en el fondo, falló. Deberá demostrar mucho más. Giovani lo Celso fue otro que arribó a Brasil con la ilusión de convertirs­e en el socio de Messi. No solamente no pudo hacerlo sino que perdió terreno.

Otros no tuvieron muchas oportunida­des: Guido Rodríguez fue titular en el estreno y no fue un desastre pero no dio garantías tampoco como volante tapón. Salió y no volvió a tener chances. Guido Pizarro participó poco y cuando le tocó jugar tampoco ofreció soluciones (salió en la foto en los dos goles colombiano­s del debut). A Matías Suárez se lo esperaba ver más minutos. Sin embargo fue siempre una pieza de recambio y no alcanzó a desnivelar en el tiempo que le dieron para demostrar.

En otro grupo están los que ya suman varios partidos en la Selección, pero que son las caras de la reconstruc­ción: Franco Armani, Nicolás Tagliafico, Marcos Acuña y Paulo Dybala.

El arquero salvador de River apareció en cuentagota­s. El penal atajado ante Paraguay y un mano a mano a quemarropa contra Venezuela para sostener el 1-0 fueron sus jugadas más destacadas. Cometió algunos bloopers que le pudieron haber costado goles. El arco de Argentina sigue abierto. Tagliafico fue de mayor a menor. Cuando el equipo no respondía en los primeros duelos, él - junto a Paredes- fueron de lo mejorcito. Pero sufrió ante Brasil por su sector. Carácter y entrega le sobran para ser el 3 de Argentina. Acuña alternó buenas y malas. Bien en su ingreso contra Qatar y como titular ante Venezuela; bajó mucho con Brasil. Quedó en un gris. Lo mismo para Dybala, todo un caso con la camiseta de la Selección. No termina de explotar. A su favor: siempre lo tiran a la cancha faltando 10 o 15 minutos. Difícil demostrar en ese poco tiempo. El pase a Agüero en el 2-0 ante Qatar fue su aporte en esta Copa. Poco para él.

Se vendrá una etapa de balance y evaluacion­es. Eso será después de volver a casa a partir de la semana próxima. Pero en el aula albicelest­e de una Selección que está en salita inicial ya hay conclusion­es a la vista. Falta saber si seguirá Scaloni o vendrá otro con más experienci­a. ■

La mayoría de los referentes también debían dar señales y responder.

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JUANO TESONE/ENVIADO ESPECIAL Saludo. Scaloni continuará evaluando.

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