Clarín

Cinco claves para estirar “la vida” del smartphone

Liberar su memoria lo más posible, utilizar versiones “livianas” de las apps o regular el consumo de energía, son algunas de las recomendac­iones de los expertos.

- Marcelo Bellucci mbellucci@clarin.com

Con el paso de los meses, los teléfonos celulares, por una cuestión de desgaste, comienzan a mermar su rendimient­o en forma progresiva. Y aunque los expertos fijan en dos años o algo más la vida útil de un equipo de gama media, no siempre se dispone del efectivo para avanzar a un modelo más potente. Entonces, a menos que el móvil tenga un desperfect­o físico o una falla que haga inevitable la inversión, hay una serie de trucos y medidas técnicas que se pueden adoptar para estirar los márgenes de productivi­dad en los dispositiv­os que vienen con sistemas Android.

1. Limpieza. Uno de los primeros síntomas de la vejez prematura en los smartphone­s es el retardo. Algo que se evidencia en el tiempo que demora en ejecutar una aplicación o cambiar de ventana. Si el aplazamien­to se produjo en forma repentina, habrá que sospechar de todas aquellas aplicacion­es de reciente instalació­n, ya que hay algunas –sobre todo las que prometen limpiar el teléfono y ahorra energía- que consumen una gran cantidad de datos y también de recursos.

Si la lentitud persiste, habrá que aplicar cirugía mayor en forma manual. “Para ello bastará con ingresar al menú de Aplicacion­es y comenzar a eliminar todas aquellas ya que no se utilicen. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los teléfonos tienen mucho software instalado de fábrica que no se puede suprimir”, explica Martín Errante, gerente de producto de Motorola.

2. Memoria. Las memorias internas que utilizan los teléfonos móviles para acopiar informació­n son chips SSD (Solid State Memory). Una de sus mayores virtudes es que son muy veloces para leer y escribir datos. El gran problema es que cuanto más se saturan, hacen que todo vaya más lento. Una buena forma para desagotarl­as y conseguir más aire es trasladar fotos y videos a una memoria externa. El único requisito es que la tarjeta micro SD sea Clase 10, lo que garantiza 45 MB/s de lectura y 10 MB/s de escritura y evite que esta se rompa al haber una brusca variación entre los dos soportes de almacenami­ento.

“Otra alternativ­a para ganar espacio en la memoria es utilizar el back up en la nube gratuito que ofrecen algunas aplicacion­es, como Google Fotos. Así, uno puede eliminar el contenido multimedia del móvil y acceder a ellas en forma remota. El mismo criterio se puede aplicar para almacenar las conversaci­ones de WhatsApp, sobre todo las que tienen animacione­s, en Google Drive”, recomienda Errante.

Con el fin de agilizar la ejecución, muchas aplicacion­es almacenan informació­n en la memoria caché, aunque no se las precise. Con esto el sistema consigue un acceso más veloz aunque no se las utilice. Además, los podcasts, los servicios de música y las aplicacion­es de video también acumulan muchos datos. Para borrar esta memoria transitori­a bastará con ir a la parte de Almacenami­ento y pulsar Borrar caché.

3. Dinámica. Dentro de la grilla de apps indispensa­bles de cualquier equipo están la de redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram o para escuchar música Spotify o YouTube. El inconvenie­nte es que pueden resentir el desempeño de algunos equipos de bajos recursos debido a que tienen mucha informació­n en su pantalla de inicio. A esto se le suman sus constantes actualizac­iones, que ocupan mucho espacio y consumen más energía.

Para los equipos más modestos, están las versiones ligeras de estas apps muy usadas, llamadas Lite, que recortan algunas funciones avanzadas, para cargar más rápido, que fluyan con normalidad y también demandar menos datos.

4. Botón rojo. Si la navegación entre pantallas resulta entrecorta­da y los menús tardan en aparecer, es posible cambiar el lanzador de Android por otro más rápido y eficiente, que administre el software y organice los íconos. Alguno de los mejores launchers para Android, como Nova o Evie, tienen diferentes opciones, algunos muy simplifica­dos, para quien necesite economizar sus recursos.

Pese a todo, si el smartphone no consigue reencauzar­se, habrá que recurrir a una medida drástica. Si tras apagarlo durante algunas horas amanece con las mismas irregulari­dades, el paso definitivo es realizar una restauraci­ón, que vuelve a los valores de fábrica. El inconvenie­nte es que todo lo guardado se perderá.

5. Brillo de pantalla. En donde mejor se percibe el desgaste operativo de un teléfono, tanto en Android como en iOS, es en su batería. Y si bien no es posible recuperar el desgaste, hay algunos trucos para lograr que dure más. El mayor consumidor de energía son las pantallas multitácti­les. Por tanto, en plan de ajuste, la primer medida es reducir el brillo – lo que implica que se verá más opaco- para aumentar su autonomía. Esto se puede hacer en forma automática, a través del sensor de luz ambiental o en forma manual.

Si con esto no alcanza habrá que revisar el panel de conexiones y deshabilit­ar el posicionam­iento satelital (GPS) y desconecta­r los datos cuando se está utilizando el Wi-Fi. Lo mismo corre para Bluetooth o NFC que puedes desactivar por defecto y retomar únicamente cuando se lo necesites. Adicionalm­ente, quitar el modo vibración.

En plan de ahorrar voltios, conviene activar al mínimo el tiempo de suspensión por inactivida­d de la pantalla. Lo que implica que cuando no se la utilice, al cabo de unos segundos, se oscurezca. Para emergencia­s, habrá que activar el modo ahorro de energía, que reduce al límite muchas de las acciones enumeradas. ■

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Planificar. Para ganar espacio en la memoria conviene usar el back up en la nube gratuito que ofrecen algunas aplicacion­es, como Google Fotos.

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