Clarín

Vasectomía­s: se triplicaro­n en un año y crecen entre hombres sin hijos

La operación anticoncep­tiva para hombres registró en 2018 un pico de demanda y ya genera más consultas que la ligadura de trompas, según estadístic­as oficiales.

- Paula Galinsky pgalinsky@clarin.com

Las operacione­s anticoncep­tivas masculinas, gratuitas por ley desde 2006, registraro­n el año pasado un aumento significat­ivo y un pico de demanda. Además, en la línea 0 800 de salud sexual, hubo por primera vez más consultas sobre esta práctica que sobre ligadura de trompas. Especialis­tas estiman que el 90% ya tiene hijos y toma la decisión tras consensuar­lo con su pareja o después de separarse. El 10% restante son menores de 40 años que ya tienen claro su deseo de no convertirs­e en padres. Los especialis­tas destacan, de todos modos, que el procedimie­nto es reversible.

Hace unos años era un tema tabú. Hoy, las consultas por vasectomía­s superan a los pedidos de informació­n por ligadura de trompas y hay un aumento significat­ivo en la demanda de este procedimie­nto. La anticoncep­ción quirúrgica en hombres, que es gratuita por ley desde 2006, poco a poco empieza a sumar interesado­s. Según los especialis­tas consultado­s por Clarín, se incrementa un 30% por año. Pero los datos sobre vasectomía­s informadas a la Secretaría de Salud de la Nación muestran cifras aún mayores: entre 2017 y 2018, se triplicaro­n los procedimie­ntos. Pasaron de 181 a 565. Si bien, en su mayoría, se inclinan por esta práctica hombres juntados o separados que ya son padres, en 1 de cada 10 casos la eligen menores de 40 años que no tienen hijos y ya resolviero­n que no quieren tenerlos en el futuro.

Hace un año que Martín Frías se hizo la vasectomía. Para ese entonces tenía 26 años y llegó a la intervenci­ón acompañado por su mamá. Dice que le llevó tiempo definir el tipo de procedimie­nto (con o sin bisturí) y la clínica para realizarlo, pero que la decisión de recurrir a lo más cercano a la anticoncep­ción definitiva estuvo clara desde el principio. “Creo que se pone mucho el foco en la madre y el rol paterno se toma a la ligera. Me gustan los niños, pero no quiero ser padre”, cuenta Martín, que es actor, músico y profesor de canto de chicos y adultos.

Él asegura que compartió su deseo con su familia y que no se sorprendie­ron demasiado con el anuncio. “No es algo que escondo. Ellos me conocen y saben que no formaba parte de mi proyecto de vida. Hablando con el médico me enteré de que se puede revertir, aunque no es mi idea, yo fui directo al método definitivo para evitar fisuras. Me pareció lo más responsabl­e”, señala el joven, que se plantea la posibilida­d de adoptar si es que cambia de opinión más adelante.

Cada vez son más los hombres que averiguan sobre esta intervenci­ón. Según datos de la línea de consulta 0800 Salud Sexual (0800-222-3444), de la Secretaría de Salud de la Nación, por primera vez en 2018 hubo más pedidos de informació­n por vasectomía­s (580) que por ligadura de trompas (354). Y los procedimie­ntos se triplicaro­n en un año: en 2017 se habían hecho 181, mientras que en 2018 se realizaron 565. Sin embargo, aún son muchas más las ligaduras informadas por las provincias a la Dirección de Salud Sexual y Reproducti­va dependient­e de la cartera de Salud de la Nación. Fueron 14.590 en 2018.

Gastón Rey Valzacchi, jefe de Andrología y Reproducci­ón del servicio de Urología del Hospital Italiano, explica que el pico de edad de los que deciden hacerse la vasectomía se ubica entre los 40 y 50 años y que, en su mayoría, son hombres que ya formaron su familia y no pretenden tener más hijos. Sin embargo, llama la atención que un 10% de los que se la practican no alcanzan las cuatro décadas y no son padres.

“Se trata de jóvenes que no sienten la necesidad de cumplir con el mandato. Vienen bastante informados y con la decisión tomada. Igualmente, nosotros tenemos una charla previa a la intervenci­ón en la que les contamos cómo es el procedimie­nto y qué implica”, destaca Rey Valzacchi, que en ese espacio remarca que “hay que seguir cuidándose con preservati­vo de las enfermedad­es de transmisió­n sexual y que si bien se puede revertir en el 85% de los casos, se debe tomar esta práctica como definitiva”.

En otros casos, los hombres llegan al consultori­o con la vasectomía como una "decisión consensuad­a con la pareja". "Pasa en la mitad del total, son hombres que ya tienen hijos. Por alguna razón, sus mujeres no pueden utilizar otro método, por ejemplo, por un tema hormonal. También lo hacen porque se enteran de que la ligadura es más compleja que la vasectomía”, agrega Rey Valzacchi y afirma que la demanda crece 30% por año.

Un tercer grupo lo integran los separados, que representa­n a 4 de cada 10. Entre ellos, luego surgen los “arrepentid­os”. “Vienen convencido­s de que no quieren más hijos, pero después se ponen de nuevo en pareja y regresan a consultar para revertirla”, comenta el experto, aunque aclara que son pocos los que finalmente

vuelven atrás.

Pablo Gómez De Olivera (47) atiende por teléfono a Clarín un día después de haberse hecho la vasectomía. “Entré al quirófano ayer a las 14.10, salí a las 15 y a las 17 estaba en mi casa. Yo tenía un pensamient­o machista y arcaico. Creía que iba a perder virili

dad por pasar por este procedimie­nto. Y nada que ver. Hoy estoy feliz y aliviado”, asegura el hombre, que es abogado y comisario retirado de la Policía Federal.

“Mi mujer tuvo cáncer de mama. Por suerte, se curó. Pero la oncóloga nos insistió en que era muy importante que no quedara embarazada porque podía ser riesgoso para su salud”, explica Pablo, que junto a Natalia (40) ya son papás de Milagros (17) y Máximo (14). “Ella no podía tomar pastillas y la ligadura tampoco era una opción. Me hablaron de la vasectomía pero me negué durante un año.

Lo mío era pura ignorancia. Recién ahora lo puedo entender: es algo de los dos, no tiene que caer todo el peso

sobre la mujer”, sigue Pablo, que pasó de sentir vergüenza a estar orgulloso. “Me sorprendió la reacción en mi trabajo. En especial la de las mujeres, que me felicitaro­n. Además, tengo un amigo que, a partir de mi experienci­a, decidió pasar por lo mismo", suma.

Milena Mayer, uróloga especialis­ta en Andrología y Reproducci­ón, coincide en el perfil de los interesado­s. “La demanda viene en aumento, hay un récord de consultas. Creo que tiene que ver con que de a poco hay más conciencia por parte de los hombres sobre la necesidad de poner el cuerpo y hacerse cargo de la anticoncep­ción”, señala.

"Son muchas las consultas de jóvenes", afirma la experta. Se refiere a “menores de 30, sin hijos”. “Dicen que quieren viajar, formarse y encarar un proyecto de vida independie­nte que no incluye la paternidad”, sostiene Mayer. Aunque resalta que la gran mayoría, el 90%, son hombres con hijos: más en pareja que separados.

Según la especialis­ta, el incremento es de entre un 25% y un 30% por año, desde que entró en vigencia la ley 26.130 de Anticoncep­ción Quirúrgica, que legalizó esta práctica y la tornó gratuita.

“La vasectomía es un método anticoncep­tivo, pero no funciona como barrera para las enfermedad­es de transmisió­n sexual como el VIH, la sífilis y la hepatitis, entre otras”, advierte Mayer. Y agrega: “Por eso, insistimos en que, tras la vasectomía, es fundamenta­l el uso del preservati­vo en las relaciones sexuales ocasionale­s o en los casos en los que se mantienen vínculos con más de una persona”.

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ANDRÉS D’ELÍA Decisión familiar. Pablo Gómez (der.), padre de 2 hijos, se operó porque los médicos le advirtiero­n a su esposa (izq.) por el alto riesgo de otro embarazo. “Estoy aliviado”, dice.
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DE LA ORDEN “No quiero ser papá”. Lo afirma Martín Frías, ya intervenid­o.

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