Clarín

“Son unos luchadores, estuvimos con ellos en toda la internació­n”

La historia de los papás. Evelyn es docente y Jonatan, pastelero. Tras un embarazo complicado, ahora todo es felicidad. Sienten que ganaron la batalla de sus vidas.

- Gonzalo Herman gherman@clarin.com

Evelyn y Jonatan Figueroa viven una paternidad muy especial. Clarín se reunió con ellos en la Fundación Hospitalar­ia, en Saavedra, donde se realizó la cirugía, y ahí contaron cómo fueron los últimos diez meses de sus vidas, que los llevó a una experienci­a extrema que terminó bien. Los dos se emocionan al contar su experienci­a. Y no es para menos. Evelyn tuvo un embarazo delicado, un parto también complicado y luego siguieron los meses de angustia, que culminaron con una operación muy compleja.

Evelyn, que es docente y vive en Villa Fiorito con su pareja, cuenta que se enteró a los tres meses de embarazo, con una ecografía, que iba ser madre de gemelos. "Ese fue el primer impacto", narra. Pero después -cuenta ella-, vio a las médicas "cuchichear entre ellas". Eso la alarmó porque presentía que algo no estaba bien. Acto seguido, la ecografist­a, que había vuelto con una compañera, le avisó que debían hacerse una ecografía vaginal para corroborar el estudio. "En ese momento me dijeron que los bebés eran siameses", recuerda Evelyn, que ahí comenzó a llorar angustiada porque sabía lo que significab­a.

Jonatan estaba trabajando y se enteró por teléfono de la noticia. "Fue muy shockeante porque lo primero que pensamos fue que estaban unidos por la cabeza", comentó este pastelero de 30 años, ahora feliz junto sus dos bebés sanos y separados.

Si bien todo salió bien, en ese entonces ellos no lo sabían y los dos empezaban a transitar un embarazo complicado que no se sabía "en qué iba terminar", como dice Evelyn.

Después de recorrer consultori­os y hacer distintos estudios, Evelyn terminó internándo­se en la Fundación Hospitalar­ia, a la cual no conocía. Ahora reconoce que al principio tenía "miedo" porque no sabía cómo era la atención en esta institució­n. Sin embargo, al poco tiempo -cuenta ella- se sintió "muy cómoda y contenida" por el cuerpo médico del lugar.

En la semana 21, las cosas se complicaro­n aún más. En un chequeo con su médico, descubrier­on que tenía el cuello del útero corto y la internaron hasta el día del parto, que fue a la semana 34, cuando le practicaro­n una cesárea.

Ahí arrancó la segunda parte de esta historia, con 36 días de neonatolog­ía, ostomías realizadas en dos hermanos y varias complicaci­ones para Santino, que tuvo que ser intervenid­o en un par de ocasiones para mejorar su colostomía. "Ahí Santi quedó con respirador y catéteres. Era muy duro verlo. Pero igual estuvimos todos los días que duró la internació­n con ellos", comenta Evelyn, que orgullosa detalla que sus hijos demostraro­n ser "unos luchadores".

Después de todo esto, y de miles de pensamient­os positivos y negativos que rondaban por las cabezas de estos dos jóvenes padres, llegó el día de la operación. Fue el 22 de junio. Estuvieron 9 horas en el quirófano hasta que los nenes fueron separados. La intervenci­ón presentaba muchas complejida­des y desde el principio se sabía que en ella se jugaba la vida de los chiquitos. "Fue un momento muy angustiant­e y eterno. Me acuerdo cuando se los llevaban a los dos para cirugía y la sensación fue de una enorme incertidum­bre, porque nosotros sabíamos que en ese momento se jugaba la vida de los dos. Fue muy fuerte", comentan los padres.

Después de las 9 horas de operación y de estar esperando el resultado con mucha angustia junto a su familia, Evelyn y Jonatan vieron salir de la sala de operacione­s a los dos hermanitos, sanos y separados. "Fue un alivio increible. Los dos nos pusimos a llorar de alegría. No tengo palabras para agradecerl­es a los médicos", comenta la pareja.

A ambos padres se les ve en la cara la huella de haber ganado la batalla de sus vidas. De estar viviendo una felicidad que pocos pueden comprender, dada la tortuosa experienci­a que les tocó vivir. Ahora, con Gianluca y Santino en sus brazos, como si nada hubiera pasado, esta pequeña familia de leones respira aliviada y sólo disfrutan la alegría de ser padres de dos valientes gemelos. ■

 ?? ANDRÉS D’ELÍA ?? Jonatan y Evelyn. Junto a sus hijos Gianluca y Santino, en una foto largamente deseada, ahora con los dos bebés ya separados.
ANDRÉS D’ELÍA Jonatan y Evelyn. Junto a sus hijos Gianluca y Santino, en una foto largamente deseada, ahora con los dos bebés ya separados.

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