El karateca golpeó al taxista hasta fracturarle el cráneo en dos partes
Así lo determinó la autopsia. Citaron a declarar a un joven al que el agresor le quebró la mandíbula en 2013.
El karateca enfurecido que atacó a golpes a un taxista en Ensenada le partió el cráneo con sus puños en dos partes. El resultado preliminar de la autopsia al chofer Jorge Gómez (52) a la que tuvo acceso Clarín, revela la ferocidad de la golpiza: la víctima murió por un derrame cerebral consecuencia de las quebraduras del hueso temporal izquierdo y de la base del cráneo.
El agresor habría aplicado por lo menos ocho puñetazos que derivaron en los severos traumatismos y derrames “encéfalo craneanos graves”, según la descripción que los peritos enviaron al fiscal que interviene en el caso, Juan Menucci. Un especialista lo puso en estos términos: “Es como si en sus manos hubiera tenido un martillo. Donde impactó, lo fracturó. Al costado de la cabeza (zona parietal), arriba de la oreja y en la base del cráneo, donde se une con la columna vertebral”.
Esteban González Zablocki (27) está detenido desde el sábado, acusado de homicidio agravado por ensañamiento y alevosía. Es un delito que establece una pena de prisión perpetua. Ayer lo trasladaron a la alcaidía “Roberto Petinatto” que está en la zona oeste de La Plata y pertenece al Servicio Penitenciario Provincial.
El hombre tenía al menos un antecedente violento que terminó judicializado. Ocurrió en enero de 2013, cuando veraneaba con amigos y compartía un departamento en Mar del Plata. “Por cuestiones menores, cotidianas”, decidió agredir a Gabriel Coronel (28), un ex compañero de la secundaria. Lo trompeó mientras estaba en la cama. Coronel terminó con fracturas en el maxilar; con una placa de titanio y con cuatro meses sin poder masticar.
“Fuimos a Mar del Plata a pasar unos días. Éramos un grupo de compañeros de la secundaria que nos seguíamos viendo. La noche que me atacó era el día previo al regreso. Por motivos menores, por el tema de quién limpiaba los platos y esas cosas. Se le salió la cadena y vino a pegarme. Por suerte los otros chicos me lo sacaron de encima. Si no tal vez me mataba”, contó Gabriel a Clarín.
Al ver el video del ataque al taxista, registrado por una cámara de seguridad, el joven no dudó de quién era el agresor. “Esa forma de golpear, esas trompadas de costado, la intensidad de los golpes, fueron los mismos que me dejaron la mandíbula partida en pedazos”, explicó. Y agregó: “A mí las trompadas me hacían rebotar contra la almohada, porque estaba acostado en una cama. El taxista no tuvo esa suerte. Cuando vi las imágenes reviví toda esa historia horrible”.
El fiscal Menucci convocó a Coronel para hoy a la mañana. Quiere incorporar su testimonio al caso del taxista de Ensenada. Con ese aporte sostendrá el supuesto de “ensañamiento”. Considera que González tenía comportamientos que hacían que se regodeara de golpear a las víctimas.
El acusado del asesinato de Gómez será atendido por un psiquiatra. Tal como adelantó Clarín, la defensa pidió la asistencia profesional porque aseguran que está “bloqueado”. “No puede hablar una frase sin quebrarse. No puede conciliar el sueño. No hemos podido hablar con él para conocer detalles de lo ocurrido”, dijo uno de los abogados a este diario.
Además del informe de autopsia, Menucci recibió peritajes en la camioneta Amarok que conducía González el miércoles a las 6.30 cuando se cruzó con el conductor del auto de alquiler. En la esquina de 50 y 126 se registró el incidente. Se mencionó un posible roce entre los autos de ambos, pero las pruebas determinaron que no había indicios en las autopartes de la pick up. No se conoce aún cuál fue el motivo de la discusión.
El caso del taxista también generó polémica. Es que González escapó luego de la agresión y se entregó al otro día. Estuvo detenido 24 horas y el juez de Garantías, Juan Pablo Massi ordenó su liberación por un “resquicio jurídico” que había impulsado la defensa.
La reacción en la familia, en los taxistas y en el ámbito de Tribunales fue inmediata. Es que González salió caminando de la fiscalía justo al mismo tiempo que se conocía la muerte de su víctima. Entonces, al otro día Menucci agravó la imputación (por ensañamiento y alevosía) y la “tentativa” se transformó en homicidio. Esos y otros elementos incorporados al expediente modificaron el criterio de Massi, que avaló el envío del karateca a una celda. ■