Alberto F. cruzó a Vidal y salió en defensa del titular de la Corte bonaerense
“No sé por qué se ofende”, dijo el candidato K de la gobernadora, quien no escalará la polémica.
La secuencia gravosa a partir de las declaraciones del presidente de la Suprema Corte bonaerense, Eduardo De Lázzari, sobre "causas armadas" y "abuso de testigos protegidos" lejos de aportar claridad en la resolución del dilema, terminó en un destape de intereses subalternos. Los electorales, entre ellos.
El último aportante al esquema en riesgo institucional fue Alberto Fernández. La gobernadora María Eugenia Vidal había sugerido al ministro cortesano presentarse a la Justicia para denunciar esos presuntos ilícitos “porque es su obligación”. Y un día después, el procurador de la Corte, Julio Conte Grand, abrió una investigación sobre el carácter de las denuncias de De Lázzari. Para entonces, quedaban formalizados los bandos.
La primera en respaldar al presidente del tribunal provincial fue Cristina Kirchner. Su tuit tajeó un lado y otro.
Si faltaba alguna confirmación, ayer el precandidato presidencial del kirchnerismo se incorporó a la carga ligera del espacio partidario al calificar la disputa Vidal - De Lázzari como “parte de la Argentina hipócrita”.
“No sé por qué se ofende Vidal. Ella tiene que saber que en la Provincia de Buenos Aires hay una investigación donde hay un fiscal en rebeldía, un fiscal arrepentido y con eso sólo ya tiene una prueba sobre cómo funciona la Justicia”, mencionó Fernández como argumento.
La gobernadora no escalará esta controversia. Pero habría que seguir la evolución de la nota 53649, que elevó Conte Grand para que la Secretaría de Política Criminal de la Procuración, habilite la intervención del fiscal general del departamento judicial de La Plata, Héctor Vogliolo, en relación a los dichos de De Lázzari. El objetivo es determinar si tienen asidero las denuncias. Incluso con la comparencia, llegado el caso, del propio ministro de la Corte.
También interviene la Secretaría de Control Disciplinario y Enjuiciamiento de la Procuración, para averiguar si algún funcionario o empleado del Ministerio Público provincial tiene conocimiento de la existencia de causas armadas o abuso de arrepentidos.
En la gestión Vidal, a partir de 2016, fueron separados de la función 23 jueces y 18 fiscales. Pero es inédito que un ministro de la Corte sea investigado por sus dichos.
El otro foco está en el ámbito del propio Tribunal. Reservadísimo. Hasta este lunes, que el decano de la Corte, Héctor Negri, decidió rechazar públicamente la conducta de su colega, y poco menos que lo mando a ejercer “la política” fuera de los estrados.
La gobernadora había planteado que el juez debía presentar su denuncia en la Justicia.
Se ignora, además, si esta exposición controversial de De Lázzari determinará alguna condicionalidad en el ejercicio de la presidencia de la Junta Electoral de la Provincia.
Según Fernández, “en (la departamental) Dolores se mezclan causas armadas por un supuesto espía entre comillas vinculado al Ministerio de Seguridad, periodistas, jueces”. “Está todo visto, no sé por qué se ofenden. Se ofenden con el que no es hipócrita y lo cuenta. Y cuando lo cuentan dicen ‘es un irresponsable, debe denunciarse’. ¡Si está todo denunciado, probado e investigado!”, completó el precandidato. ■