Larreta y Lousteau debutaron como aliados: guiños y autocrítica
"Yo no sé si la gran innovación que traje es que pongan un bar con alcohol, je". Martín Lousteau quiso aportar un poco de distensión a la charla con vecinos de Villa Ortúzar. La mayoría largó una carcajada, al advertir que, en efecto, en el salón de fiestas acondicionado para la reunión no habían llegado a retirar una barra con bebidas.
El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, festejó la ocurrencia de su ahora aliado -y precandidato a senador-, con quien encabezó por primera vez un encuentro de campaña. Hubo guiños, autocrítica, promesas y coincidencia en la necesidad de reforzar la búsqueda de consensos y en la importancia de "ganarle otra vez" al kirchnerismo.
Aunque cada uno llegó por su lado, Larreta y Lousteau se pusieron de acuerdo para que no hubiera dobles lecturas: asomaron casi en simultáneo, con diferencia de un minuto. Los esperaban dirigentes de Juntos por el Cambio que les responden. A Larreta lo recibieron la ministra de Desarrollo, Guadalupe Tagliaferri, y Juan Pablo Arenaza, subsecretario de Vinculación Ciudadana con la Seguridad, que ofició de moderador.
Por Lousteau esperaban los legisladores porteños Inés Gorbea y Leandro Halperín, del bloque Evolución.
De entrada hubo coincidencias. Larreta resaltó la importancia del intercambio con los vecinos que se anotaron a través de las redes sociales para estar presentes. "Queremos escucharlos, que nos den sus puntos de vista y ver qué podemos cambiar. Partimos de la base que siempre podemos mejorar y a lo largo de la campaña vamos a estar en todos los barrios escuchando qué propuestas tienen", avisó el jefe de Gobierno.
"Lo que decía Horacio es muy importante. Nosotros tenemos una sociedad que nos bombardea permanentemente y con el bombardeo la tendencia de uno es a refugiarse. Pero la Argentina no tiene destino si no dialoga. Por eso este tipo de reuniones me parecen fundamentales", expuso. Fue el puntapié para el intercambio con los vecinos, en el que no faltaron elogios y también críticas. Tal vez advertidos de la presencia de medios en la sala, ambos se mostraron por demás receptivos. Se lo notó cuando una vecina planteó quejas por el funcionamiento de las escaleras mecánicas en una estación del subte. Y con la denuncia de otra sobre “cuadrillas ilegales que andan ofreciendo arreglos de veredas”. ■