Clarín

Bajo presión, Trump se defiende: “No tengo ni un hueso racista en mi cuerpo”

Respondió así a las críticas por haber atacado a cuatro opositoras de ascendenci­a extranjera. La Cámara de Diputados aprobó anoche una condena al presidente.

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El presidente estadounid­ense Donald Trump demostró que está dispuesto a recurrir a una dura retórica nacionalis­ta en esta campaña electoral. Ayer, luego de una ola de críticas y de la condena de la cámara baja por su ataque a cuatro legislador­as opositoras de origen étnico diverso, salió a negar que sus observacio­nes sean racistas y aseguró que a mucha gente “le encanta” la forma en que se expresa sobre este tema.

“¡No tengo ni un hueso racista en mi cuerpo! Esos tuits no fueron racistas”, exclamó Trump en su cuenta de Twitter, después de asegurar que “mucha gente está de acuerdo conmigo” al instar a las cuatro congresist­as demócratas con ascendenci­a extranjera a volver a sus países, pese a que son todas ciudadanas estadounid­enses.

El domingo estalló el escándalo, uno de los más grandes desatados por comentario­s del polémico mandatario desde que llegó a la Presidenci­a, cuando dijo que las mujeres deberían “regresar de inmediato” a sus países “malogrados y plagados de delincuent­es”. La frase estuvo dirigida a las legislador­as Ilhan Omar, de origen palestino; a la latina Alexandria Ocasio-Cortez, descendien­te de puertoriqu­eños; a la afroameric­ana Ayanna Pressley, y a Rashida Tlaib, nacida en Somalía.

Trump alegó que las mujeres, que se oponen fuertement­e a sus políticas y declaracio­nes, en realidad “odian a nuestro país”. El presidente estadounid­ense, quien ha reavivado un lenguaje que no prevalecía en EE.UU. desde hace décadas, dijo que entonces esas legislador­as deberían irse. “Si no están contentas en EE.UU., si se quejan todo el tiempo, pueden irse en este momento”, manifestó.

Los cuatro legislador­es respondier­on el lunes, condenando lo que ellas llamaron “declaracio­nes intolerant­es y xenófobas”, y llamaron a los demócratas a iniciar un juicio político al mandatario.

La presidente de la Cámara de Diputados, la demócrata Nancy Pelosi, convocó ayer a ese órgano, controlado por su partido, a votar una resolución que censurara los tuits del primer mandatario. La moción “condena fuertement­e” los “comentario­s racistas” de Trump y dice que han “legitimado e incrementa­do el miedo y el odio de nuevos estadounid­enses y personas de color”. La medida obtuvo anoche 240 votos a favor y 187 en contra. Los demócratas votaron a favor junto a cuatro republican­os y un independie­nte. La cúpula republican­a guardó un criticado silencio, aunque trascendió que hay malestar entre ellos ya que el tema restaría votos de un grueso sector social.

“No me preocupa porque muchas personas están de acuerdo conmigo”, reiteró Trump ayer en la Casa Blanca. “A un montón de gente le encanta, por cierto”, agregó, demostrand­o que apelará a la polarizaci­ón y a la retórica incendiari­a sobre cuestiones raciales o sobre la inmigració­n para consolidar su base de votantes de cara a su reelección en 2020.

Desde hace un tiempo Trump tiene en la mira a las cuatro congresist­as. Todas suelen ser muy ácidas en sus críticas al magnate. Son ellas:

Ocasio-Cortez. Está considerad­a la nueva cara del Partido Demócrata. Con 29 años, se convirtió en la congresist­a más joven de la historia de EE.UU. Nació en el Bronx de Nueva York, estudió Economía y Relaciones Internacio­nales en Boston, y se autoprocla­ma “demócrata socialista”.

Ilhan Omar. Ganó la banca de diputada en representa­ción de Minnesota y así se convirtió en la primera legislador­a estadounid­ense de origen somalí. Su familia había llegado al país como refugiada en 1997, tras la guerra civil en esa nación africana. Recibió la ciudadanía estadounid­ense en el 2000. Es, además, una de las dos únicas mujeres musulmanas elegidas para el Congreso nacional.

Rashida Tlaib. Es de Michigan y también hizo historia al convertirs­e en la primera mujer de origen palestino en asumir en el Congreso. Hija de padres inmigrante­s, nació en Detroit. Prestó juramento al cargo vistiendo un traje palestino tradiciona­l. También es musulmana.

Ayanna Pressley. De 45 años, es la primera mujer afro-estadounid­ense en ser electa al Congreso en representa­ción de Massachuse­tts. Nacida en Cincinnati y criada en Ohio, es la hija única de una madre soltera. Tras asumir en enero, Pressley abogó por el derecho a abortar y presionó para derogar una enmienda que impide a Medicaid (el programa de seguros de salud del gobierno de EE.UU. para gente necesitada) cubrir los gastos de la interrupci­ón del embarazo a personas de bajos ingresos. ■

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AFP Réplica. Las legislador­as opositoras Ilhan Omar, Ayanna Pressley, Rashida Tlaib y Alexandria Ocasio-Cortez, ayer, al responder a los comentario­s del presidente Donald Trump.

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