Clarín

Volver, incluso del más allá

El trío que fue furor en la década pasada regresa luego de diez años. Y al DJ sueco le editan obra póstuma.

- José Bellas jbellas@clarin.com

“Pienso que morí/ y fui al cielo”, canta Chris Martin a poco de empezado Tim, el álbum póstumo de Tim Bergling, la estrella global del EDM que el año pasado, con apenas 28 años, se quitó la vida luego de una larga depresión.

El destino que le augura el cantante de Coldplay en el tema Heaven es un poco el que, durante algún tiempo, pudo disfrutar en vida el músico, DJ y productor sueco, que llegó a ser una estrella global gracias a la música contenida en álbumes como True (2013) y Stories (2015): artefactos de tecno para las masas confeccion­ados por quien en 2013 se posicionó como el tercer DJ del mundo según la revista DJ Mag.

La de Martin no es la única voz que pretende otorgarle al disco, armado sobre bases y pistas en las que el difunto estaba trabajando a principios de 2018, un corte espiritist­a. “No tenemos que morir jóvenes” canta Zachary Charles de Arizona, una banda electrop de New Jersey en el tema Hold the Line. “No quiero que veas lo deprimido que he estado / Vos nunca fuiste la más puesta/ nunca quisiste morir joven”, esgrime BONN en Freak. Todo parece indicar que hay un esfuerzo por limpiar el alma de Avicii y construir una epifanía casta y familiar, dentro de una música que suele cargarse la mochila para un ritual hedonista y que ahora lleva un fuselaje más familiar y discreto.

Hablando de lo familiar, en un tono más literal, un regreso más terrenal es el de Jonas Brothers, con su primer álbum ( Happiness Begins) que viene a ser el primero en una década.

De su primera y meteórica encarnació­n, queda siempre el chiste de ser un eficiente trío de pop rock para adolescent­es, con una sobreactua­da exaltación de valores cristianos surfeando la histeria adolescent­e a su alrededor. “No soy uno de los Jonas Brothers/ yo ya crecí/ No soy un virgen/ yo uso mis cojones”, se mofaba Jay-Z por entonces, otorgándol­es el marido de Beyoncé, de un modo grosero y rústico, el lugar de bufones de la industria.

En el curso de diez años, Nick editó un par de discos con bastante éxito, en tanto el maduro del trío, Joe, sumaba su voz a DNCE, un proyecto más atado a los patrones del funk, además de contraer matrimonio con la inglesa Sophie Turner, la Sansa Stark de Game of Thrones.

“El primer álbum de los adolescent­es rompecoraz­ones en casi 10 años no es extraordin­ario, pero es una entrega decente de un grupo que siempre ha merecido más respeto del que recibió”, dice el famoso & celoso portal Pitchfork, extendiend­o el cliché que escuda al grupo desde sus comienzos. Ese “ojo, mirá que no son ningunos tontitos” vuelve a cobrar vigencia en un disco que, en su título, podría ser análogo al segundo de 2 Minutos, Volvió la alegría, vieja!.

Uno de los temas centrales es I Believe, relectura del estilo Hall & Oates, sofisticad­o hasta el límite de lo aséptico y Cool, en cambio, se mueve dentro de los valores de producción del R&B y se puede escuchar a Joe enviando un saludito a la Sophie, como para que todo termine, finalmente, quedando en familia. ■

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“Happiness Begins”. Jonas Brothers, otra vez.
 ??  ?? “Tim”. Avicii, entre el disco inédito y el tributo.
“Tim”. Avicii, entre el disco inédito y el tributo.

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