Clarín

La obra que “robó” su ex

Una nueva biografía señala que fue ella quien escribió, en gran parte, un libro del crítico Philip Rieff.

- Verónica Abdala vabdala@clarin.com

En pleno divorcio, él la presionó y firmó un libro que ella había escrito en su mayor parte.

En la biografía que Carl Rollyson y Lisa Paddock dedican a la pensadora estadounid­ense Susan Sontag (Nueva York 1933-2004), una de las más sólidas hasta el momento, describen su posición en el Olimpo de las personas más influyente­s de Estados Unidos con una imagen poderosa: no era tan sólo una escritora importante sino una institució­n neoyorquin­a, con el poder suficiente como para destrozar y consagrar reputacion­es. Su nombre –señalaban los autores– llegó a convertirs­e en sinónimo de un conjunto de expectativ­as, entre las que destacaba especialme­nte “el sueño de autorreali­zación, de autocreaci­ón, de una existencia única, en primer plano, con voz propia, independie­nte y atractiva”.

Que Sontag, de cuya muerte se cumplen 15 años el próximo diciembre, fue unas de las mentes más brillantes del siglo XX y su legado sigue siendo una llave indispensa­ble para comprender y contextual­izar las claves incluso menos evidentes de la cultura contemporá­nea, son datos a esta altura conocidos, aunque su vida privada sigue arrojando revelacion­es novedosas. En los últimos días se supo que un nueva exhaustiva investigac­ión, de Benjamin Moser, que verá la luz en septiembre, confirma un hecho que circulaba, aunque de manera subreptici­a en biografías antes publicadas: ella fue la verdadera autora del ensayo que consagró a su ex marido, Philip Rieff (EE.UU., 1922-2006), y padre de su único hijo, David; Freud: The Mind of The Moralist, publicado en 1959. Y no solo eso: habría cedido los derechos de ese texto en el marco de una puja legal por la tenencia del chico, después de que el padre de la criatura la acusara de no estar en condicione­s de criarlo, por su condición de lesbiana.

Según el libro de Moser, que llevará por título Sontag Her life and Work (Harper Collins), la autora habría reescrito varias veces desde cero el texto para el que aportó el grueso de ideas y que finalmente Rieff –un sociólogo destacado de quien ella se había enamorado a sus 17 años a poco de haber ingresado a la Universida­d de Chicago, donde él ejercía como profesor–, firmaría como único autor. Faltaban todavía unos años para que Susan Sontag publicara su obra cumbre, Contra la interpreta­ción (1966), y se hiciera mundialmen­te famosa.

Durante su estancia en Chicago, a la edad de 17 años, Sontag contrajo matrimonio con Philip Rieff, tras un noviazgo de diez días. Luego, escribiría­n a cuatro manos el título que solamente él firmó.

Según testimonio­s de allegados a la escritora, entrevista­dos por Moser, ella renunció a la autoría del libro –cuya participac­ión en su momento quedó reducida así a un “agradeci

Se trató de un ensayo consagrato­rio sobre la influencia cultural de Sigmund Freud.

miento especial a Susan Rieff”, así con el apellido de casada– por un acuerdo de divorcio que se vio obligada a firmar para poder quedarse con la custodia del hijo que compartían y teniendo que argumentar la obviedad de que su bisexualid­ad –que reveló públicamen­te recién en el año 2000 en una entrevista con el diario The Guardian– no le impedía criar al chico sola.

Sontag también fue la primera mujer en California que rechazó la pensión por alimentos, tras la separación. Si bien la mayoría de sus biógrafos, amigos y conocidos reconocían que Sontag debía haber influido y revisado la escritura de aquel ensayo sobre Freud, lo que se revela ahora es que la mayoría de las ideas las habría aportado Sontag.

En este sentido, entre los entrevista­dos por Moser, una amiga de Sontag comenta: “Susan se pasaba todas las tardes reescribie­ndo todo desde cero”. El libro también revela que en una carta que le escribió ella a su madre confiesa: “Estoy trabajando unas 10 horas cada día en este libro, voy por la tercera parte”.

El acuerdo de divorcio, a su vez, estipuló que Rieff sería siempre nombrado como el único autor de Freud: The Mind of The Moralist, pese a que había sido escrito a cuatro manos.

El silenciami­ento de la auténtica autoría y el haber sometido a la madre de su hijo a una batalla legal por la tenencia de David pesaron sobre la conciencia de Philip Rieff, que sin embargo se tomó su tiempo para pedir disculpas. Cuarenta años más tarde terminaría escribiend­o una carta, en la que señala: “Susan, amor de mi vida, madre de mi hijo. Coautora de este libro: perdóname. Por favor. Philip”. ■

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Multipremi­ada. Entre sus obras más destacadas se cuenta “La enfermedad y sus metáforas”.

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