Clarín

Londres denunció a Irán ante la ONU y quiere congelar sus bienes por la crisis del Golfo

Informó al Consejo de Seguridad que apuesta por la vía pacífica para que los iraníes liberen su petrolero confiscado en Ormuz. Pero no descartó presionar por sanciones.

- LONDRES. CORRESPONS­AL María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com

Lo hizo ante el Consejo de Seguridad del organismo y fue en respuesta a la confiscaci­ón por parte de Teherán de un barco petrolero británico en el estrecho de Ormuz. Gran Bretaña presiona para reimponer sanciones previas al acuerdo nuclear de 2015.

Gran Bretaña denunció ayer a Irán ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas como respuesta a la confiscaci­ón del barco petrolero británico Stena Impero en el estrecho de Ormuz, el último viernes. Pero al mismo tiempo insiste en que quiere resolver la actual crisis por la vía diplomátic­a. Londres presiona a la Unión Europea y a la ONU para reimponer las sanciones al régimen de Teherán, que fueron levantadas como parte del acuerdo nuclear firmado con los iraníes en 2015.

Mientras el ex jefe de la Marina Lord Alan West intima al eventual próximo primer ministro Boris Johnson a que tenga en cuenta la crisis con Irán porque “el riesgo a correr es la guerra”, el canciller Jeremy Hunt anunciará hoy en la Cámara de los Comunes un paquete de medidas diplomátic­as y económicas contra Irán, que contemplan el congelamie­nto de bienes iraníes.

Este congelamie­nto va a sumarse a las sanciones estadounid­enses a Irán luego de que Donald Trump abandonara el pacto nuclear, en 2018, que ya produjeron grandes protestas meses atrás. La semana pasada, Irán planteó a Estados Unidos levantar las dolorosas sanciones económicas a cambio de mayores inspeccion­es de sus instalacio­nes nucleares.

En una carta a Gustavo Meza Cuadro Velázquez, presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, el gobierno británico informó ayer del incidente del viernes en el estrecho de Ormuz. “El barco Stena Impero fue asaltado por fuerzas iraníes “precisó. “Fue rodeado por cuatro lanchas y un helicópter­o antes de ser asaltado. Stena Bulk, la compañía sueca que es la dueña del barco, publicó un comunicado oficial confirmand­o que hay 23 marineros a bordo indios, rusos, letones y filipinos. Ellos no están heridos”, afirma en la carta.

Londres dice en su nota que el barco fue asaltado en aguas de Omán y que ejercía su derecho de pasaje en el estrecho. “La ley internacio­nal establece que el pasaje no puede ser impedido”, precisa. Desmienten que el barco haya ingresado por la ruta de salida, como argumentan los iraníes.

Gran Bretaña busca resolver este conflicto pacíficame­nte, a pesar de la retórica provocador­a de Donald Trump y el envío de 500 tropas a Arabia Saudita, histórico enemigo musulmán sunita de Irán. “Nosotros no estamos buscando una confrontac­ión con Irán”, precisa la carta de la cancillerí­a británica. “Pero es inaceptabl­e y altamente escalatori­o amenazar a la navegación, que cumple con sus legítimos negocios a través de corredores de tránsitos internacio­nales. El impediment­o al derecho al tránsito y la confiscaci­ón del Stema Impero es contrario a la ley internacio­nal. Llamamos a Irán a liberar el Steno Impero y trabajar para resolver la situación vía diplomátic­a”, afirman los británicos.

Londres pidió a Washington especialme­nte que no inflame la situación con declaracio­nes provocador­as, mientras el Reino Unido busca resolver la crisis diplomátic­amente rescatando el acuerdo nuclear con los europeos.

Los iraníes están aplicando la simetría en la crisis. Las espectacul­ares imágenes de los comandos de la Guardia de la Revolución iraní son idénticas a las de los comandos británicos, cuando asaltaron el petrolero iraní Grace I en las aguas frente a Gibraltar a inicios de mes, bajo la sospecha de que el tanque iraní violaba las sanciones europeas. Ayer, la Corte Suprema de Gibraltar decidió continuar por un mes más la confiscaci­ón del buque persa. Una posición delicada para Gran Bretaña: el gobierno británico tiene las manos atadas frente a la justicia gibraltare­ña pero la crisis y los comandos que asaltaron el Grace I son los suyos.

Irán está aplicando la Ley del Talión: ojo por ojo y diente por diente. Justo cuando Gran Bretaña sufre vacío de poder, en transición a un primer ministro que recién asumirá este miércoles y con una premier ausente de Londres. Gran Bretaña debe hacer un delicado equilibrio entre proteger sus buques tanques, su tripulació­n y no ser vista como débil por el Brexit y las masivos recortes presupuest­arios en sus fuerzas armadas, que la han dejado con escasos barcos militares. Por lo tanto va a tener que desdecirse y sumarse a lo que no quería: una coalición internacio­nal para defender sus buques cisterna en Ormuz. Esta era la propuesta de Trump la semana pasada y que el gobierno de Theresa May rechazó ante la crisis que tenían con el presidente norteameri­cano por el embajador británico en Washington y la filtración de sus cables secretos, que terminaron su carrera.

Lord West, el jefe de la Marina británica y una de las voces más experiment­adas, recomienda al próximo gobierno reducir las tensiones. Pero les recordó que su primera obligación es proteger los barcos y sus tripulacio­nes. ■

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REUTERS Detención. Una lancha de la Guardia Revolucion­aria iraní junto al petrolero Stena Bulk, de bandera británica, en el estrecho de Ormuz.

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