Clarín

Corte de boleta, la jugada de los intendente­s del PRO para no perder sus municipios

Hablan de repartir la sábana sin el tramo de Macri, para escapar al “voto castigo”. También harán campaña local.

- Martín Bravo mbravo@clarin.com

Jaime Méndez jura que no promovió el corte de boleta en San Miguel. Unico intendente de Juntos por el Cambio del Conurbano profundo que ganó en su distrito, para conseguirl­o sacó 15 puntos más que Mauricio Macri y 10 más que María Eugenia Vidal en ese municipio. Con la paliza electoral que arrastró al resto en el Gran Buenos Aires, Méndez se convirtió en el modelo de los alcaldes oficialist­as para intentar recomponer­se de cara las generales de octubre: buscarán tomar distancia de Macri, llevar la campaña a la discusión local y por lo bajo reconocen que entregarán la boleta como la pidan los vecinos. La gobernador­a avala la estrategia. “Es inevitable”, admitieron en La Plata.

Méndez sobresalió porque las otras dos victorias sucedieron en Vicente López y San Isidro, de zona norte y bastiones del PRO con Jorge Macri y la UCR con Gustavo Posse. Al resto se lo llevó la ola azul del Frente de Todos. Desde Martiniano Molina en Quilmes, la derrota más sonora por 21 puntos; hasta Ramiro Tagliaferr­o en Morón, la menor distancia con siete. En el medio quedaron Lanús (Néstor Grindetti perdió por 13,5), Pilar (Nicolás Ducoté por más de 12) y Tres de Febrero (Diego Valenzuela, por casi 12). En La Plata, Julio Garro quedó a menos de 10 puntos.

Todavía frescos los pases de factura, en especial por el rechazo de Marcos Peña a desdoblar la elección en la provincia, en estos días se dedicaron a analizar con lupa los mapas de la derrota y a diagramar las nuevas estrategia­s para la próxima etapa.

Campaña local y boleta corta se repitió como ejes ante la consulta a intendente­s y operadores. El reconocimi­ento en privado no llegó al punto del reparto de la papeleta propia con la de Alberto Fernández, pero Vidal lo descuenta. “Cada uno va a tratar de sostener su municipio como pueda”, dijeron cerca suyo.

“Nosotros vamos a ir con la boleta de Mauricio porque necesitamo­s retener esos votos y después, el que me la pida distinto, se la voy a dar”, matizó uno de los alcaldes, y se puso a hacer cuentas: “Para ganar necesito 45 puntos. Puedo tener un corte de 10 que sería histórico, pero Mauricio también tiene que subir, para llegar a 35. Si no, no me alcanza”.

Antes de que el Presidente recalcular­a el tono de su discurso, los alcaldes ya se despegaban de sus dichos en las horas posteriore­s a la derrota. “No nos vamos a enojar con el electorado del Frente de Todos. Lo entendemos, ahora hablemos de los temas locales”, adelantó un operador una de las líneas de campaña.

¿Y cuál será la estrategia con Vidal? La dirigente con mejor imagen quedó 17 puntos abajo de Axel Kicillof. “Vamos a seguir cerca de ella, salió arriba de los intendente­s en casi todos los distritos”, priorizó la mirada positiva en un distrito del oeste, aunque otros lo relativiza­ron: “Quedó atrapada con Mauricio. Todavía no está claro”.

El enfoque de la pelea en lo local incluirá apostar a la confrontac­ión directa con el candidato a intendente del Frente de Todos. En Quilmes y La Plata ya buscaron pegar a los postulante­s con La Cámpora, una estrategia que a Vidal no le dio resultado con Kicillof.

“Tenemos que escapar del voto castigo al Presidente”, plantearon en un municipio con ciertas posibilida­des. Hay matices. Grindetti sabe que no podría despegarse del todo por su imagen ligada al jefe de Estado. Otros adelantaro­n que harán lo necesario para tomar distancia: “Pararnos casi como si fuésemos oposición. Si no es irremontab­le”, dramatizar­on.

Méndez sacó 46,36% en San Miguel, Macri 31,12% y Vidal 36,62%. “Es un reconocimi­ento. Hubo corte, pero nosotros no lo promovimos”, aseguró Méndez. De origen peronista, alegó que fue “espontáneo". ■

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