La Argentina avanza con un formato similar para todas sus escuelas secundarias
Es la “Secundaria 2030”. Los ministros de los 24 distritos acordaron aplicarla antes del año 2025.
La escuela secundaria fue establecida como obligatoria en 2006 y hoy tiene a 3.832.054 pibes en el sistema (2018). Uno de los desafíos más grandes está en mejorar la trayectoria educativa de los alumnos: aunque casi la totalidad de los que terminan la primaria empiezan el siguiente nivel, la tasa de egreso es del 51 por ciento, según el último dato del Ministerio de Educación para el período 2017-2018 y sólo el 27 por ciento termina en la edad correspondiente, según Cippec.
Con el objetivo de revertir estas estadísticas, el Consejo Federal de Educación lanzó en 2017 la iniciativa Secundaria 2030, en la que los 24 ministros definieron un Marco de Organización de los Aprendizajes (MOA) que implica un cambio paradigmático hacia el aprendizaje por proyectos interdisciplinares, las prácticas profesionales y cambios en las formas de calificar. Un formato similar al aplicado por Ariel Rotondo en Santa Teresa. La implementación de la nueva secundaria depende de cada provincia, por lo que aún es dispar, aunque deberá completarse antes de 2025. El objetivo es que los ministerios hagan los cambios estructurales para permitir que todas sus escuelas tengan un proyecto curricular institucional.
“La propuesta es salir de una estructura totalmente obsoleta de chicos pasivos sentados en una clase, donde pasaba un profesor tras el otro y tenían hasta 50 exámenes por año”, asegura la secretaria de Innovación y Calidad Educativa de la Nación, Mercedes Miguel, y contrasta que mientras la escuela promueve hoy un aprendizaje compartimentado, los chicos “salen y tienen la hiperconectividad en la que asocian todo con todo”.
Una de las claves de la reforma está en la organización del trabajo docente, para terminar con el problema de los profesores “taxis”, que trabajan para varias escuelas en simultáneo, con poco tiempo para hacer un seguimiento de sus alumnos. “La secundaria 2030 promueve la permanencia de los docentes en las escuelas”, explica Miguel y afirma que ya hay distritos, como la Ciudad, que empezaron con el “agrupamiento de horas” y el financiamiento de horas institucionales, para el trabajo de planificación.
Con respecto al abandono escolar, la especialista en Educación de Unicef, Cora Steinberg, afirma que hay que contemplar los motivos en dos dimensiones. Hay factores extraescolares, como la necesidad de ingresar al mercado laboral o estar al cuidado de un hijo o un hermanito. Pero luego está el incentivo a la hora de estudiar: el 30% de los jóvenes de 15 a 17 años que abandonan la escuela lo hacen porque no la consideran relevante o no les gusta, según la Encuesta de Condiciones de Vida en Niñez y Adolescencia (2012).
Steinberg opina que el problema está en cómo se enseñan los contenidos, sin conectarlos con la realidad de los alumnos. “Cuando se abordan problemas reales de la sociedad, los chicos sí quieren estar en la escuela. Los chicos que quieren aprender matemática, química, o literatura son los que sienten que están generando transformaciones”. En las Pruebas Aprender 2017, el 75% de los chicos de secundaria dijo que la escuela deja temas y actividades sin cubrir. En esa línea, la especialista ejemplifica que los contenidos de la ley de Educación Sexual Integral son unos de los “temas críticos que tienen una fuerte demanda entre los adolescentes que todavía no se hablan en la escuela”.
Unicef propone el modelo de aprendizaje por resolución de problemas que involucren a los estudiantes con el contexto social que los rodea. “Es un fenómeno global con varias experiencias a nivel nacional e internacional”, detalla Steinberf y enumera que “Cataluña es pionera y México y Uruguay también tienen redes de escuelas avanzando”. En Argentina, las Escuelas Proa de Córdoba y las secundarias en Río Negro son modelos destacados. “Claro que también hay iniciativas individuales de directores que son interesantes -indica la investigadora-, pero creo que la pregunta para lograr una transformación de verdad es pensar en lo sistémico, en cómo el sistema educativo tiene que garantizar que esto no ocurra de manera aleatoria, que los docentes tengan las condiciones y la formación para trabajar de esta forma”.
La secundaria surgió a fines del siglo XIX “para formar a las clases dirigentes, su naturaleza es excluyente”, concluye un informe de Cippec, en el que aportan datos vinculados a la problemática de la inequidad. “Entre los jóvenes de 18 a 24 años del quintil de ingresos más rico, 9 de cada 10 terminó la secundaria. En el otro extremo, en el quintil más pobre sólo lo logró la mitad y 9 de cada 10 no alcanzó niveles de aprendizaje satisfactorios en matemática”.
Ctera es uno de los gremios docentes que rechazan la iniciativa de la Secundaria 2030. “El Gobierno nacional clausuró la paritaria nacional, con lo que las comisiones que trabajaban temas tan importantes como formación docente y calidad educativa no se convocaron nunca”, señala la secretaria general, Sonia Alesso, y advierte que “no se puede hablar de reformas sin contar con la voz de quienes luego las van a aplicar”. ■