Clarín

En el barrio, crece la solidarida­d, pero sigue el temor a las drogas

Sus habitantes dicen que allí ahora hay menos violencia que en los años en los que transcurre la serie.

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Los vecinos que bajaban a bailar en grupo después del brindis de las doce de la noche, hasta que saliera el sol. Los que aún hoy tocan la puerta haciendo una colecta para el velatorio del vecino muerto, sea ladrón o trabajador. Los remises “colectivo” que suben a cuatro o cinco pasajeros y van y vienen a Liniers. El “Pasanaku” o “Círculo” que semanalmen­te le reparte el pozo a un vecino distinto. A los chicos que jugaban bien al fútbol se los llevaba a los clubes de Capital Federal más cercanos: Villa Real o Jorge Newbery. Y muchos preferían que sus hijos estudien en colegios de Versalles, Villa Real, Devoto y todo barrio del otro lado de la General Paz.

Pasaron 35 años y medio del nacimiento de Carlos Tevez. Creció en el Nudo 1, la zona del barrio que hoy, en Netflix, están conociendo millones de espectador­es del mundo. Desde aquellas épocas, fines de los 80 y los 90, algunas cosas de las enumeradas cambiaron y otras no. En el fútbol, el barrio ya tiene otra figura: se llama Thiago Almada, tiene 18 años, creció en el Monoblock 2, juega en Vélez Sarsfield y hasta Josep Guardiola se interesó en él. Lo pidió para dirigirlo en el Manchester City

En el barrio hay distintas opiniones sobre la serie. Lo concreto es que muchos coinciden en que la época en la que transcurre fue una de las más violentas. Oficialmen­te el barrio se llama Ejército de Los Andes, se encuentra en Ciudadela, partido de Tres de Febrero y está compuesto por 4.657 departamen­tos. A eso hay que sumarle las casitas que se construyer­on sobre los espacios públicos, luego de tomar los terrenos.

El 24 de octubre de 1992, durante la cobertura de un enfrentami­ento entre una banda de chilenos y la Policía Bonaerense, el periodista José de Zer bautizó al barrio como “Fuerte Apache”. Y desde ahí, sostienen muchos vecinos, ya nada fue igual. “Ayudó mucho a la mala fama del lugar. No nos gusta que nos llamen así. Al día de hoy cualquiera de nosotros tiene que mentir y dar

Fuerte Apache ya tiene otro crack: es Thiago Almada, juega en Vélez y lo quiere un club inglés.

otra dirección en las entrevista­s de trabajo”, se queja una vecina con más de 40 años en el barrio.

“Una de las cosas que empeoraron son todos los espacios públicos tomados para construir casas -dice un treintañer­o-. Si te fijás está lleno de casas en cualquier pedazo de tierra. Eso generó que las cloacas colapsen”. En cuanto a la delincuenc­ia, hay menos tiroteos. En la época de Tevez la mayoría de los que se dedicaban al delito eran ladrones; hoy, en cantidad, ganan los que venden droga. Los que roban, en términos generales, lo hacen para consumir. Y eso los lleva a robar a algunos vecinos, una lógica casi imposible de creer en los 90.

Las expensas se cobran, pero no todos las pagan. La contaduría se lleva en un cuadernito. El dinero del pozo se usa para arreglos, como los de las escaleras, o para pagarle al barrendero. Lo mismo a la vecina que se encarga de la limpieza y el mantenimie­nto. Y a los borrachito­s que juntan la basura y la sacan. En algunos nudos o monoblocks, a los deudores se les prohíbe el uso del ascensor. Las iglesias evangélica­s ya son más que las católicas. Durante la semana hay varios opciones para aprender distintos oficios. Los comedores no paran de sumar gente: algunos sirven el triple de platos que hace tres años.

“Algo que mejoró son las escuelas - afirma Luisa, otra vecina-. La gente mayor puede estudiar en las nocturnas y se nota que los docentes son más comprometi­dos. Si faltás van a tu casa y te preguntan si te pasó algo. Y hay jardines nuevos muy lindos”.

Otro punto positivo son las cooperativ­as de trabajo que funcionan en el barrio. No sólo por generarle trabajo a los vecinos, sino porque son ellos mismos los que deciden a qué darle prioridad. “Se encargan de ver qué está roto. Ellos arreglaron la mayoría de las escaleras”, concluye Luisa, que dice sentirse más segura adentro de Fuerte Apache que afuera. Aunque como la gran mayoría, sueña con poder mudarse algún día. ■

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J. M. FOGLIA A unas cuadras de la General Paz. Los vecinos cuentan que las escuelas de la zona mejoraron.

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