Clarín

Provolo: testigos contaron cómo fue el abuso a una nena de 7 años

- Roxana Badaloni mendoza@clarin.com

El juicio por los abusos sexuales del colegio Antonio Provolo de Mendoza se extenderá al menos durante todo septiembre. El debate oral es lento porque los testigos y víctimas deben ser asistidos por intérprete­s de lengua de señas por tratarse de personas hipoacúsic­as.

En la última jornada, ayer, continuaro­n declarando las víctimas con el sistema de Cámara Gesell. Dos testigos coincidier­on en relatar el espeluznan­te episodio de un nena de 7 años, hipoacúsic­a, abusada en un baño por el cura Horacio Corbacho (59), a quien la monja Kumiko Kosaca (42) le colocó un pañal para cubrirle el sangrado que la agresión le produjo. En la misma causa, son juzgados el cura Nicola Corradi (83) y el jardinero del colegio Armando Gómez (49).

Uno de los testimonio­s fue de la testigo de identidad reservada 2, quien declaró que “vio encerrada en el baño a una chica con Corbacho” y que alguien a quien identificó como “Kumiko (la monja japonesa) la zamarreo y la sacó del lugar”. Luego describió que esa misma chica era quien “llevaba pañales”. La declaració­n coincide con otra de las testigos de identidad reservada que relató en una Cámara Gesell anterior, cómo tuvo que ayudar a esta menor abusada que estaba asustada en el baño y que, en varias oportunida­des, intentó autoinflin­girse heridas por la angustia que padecía. “Lo importante de estas declaracio­nes es que coinciden en tiempo y lugar los distintos testimonio­s”, explicó el abogado querellant­e Sergio Salinas.

La testigo, que fue sometida a pericias psicólogas en 2017 para confirmar la veracidad de sus dichos, sumó elementos de contexto sobre la vida en el colegio religioso. Dijo que recibían “malos tratos” de los cuidadores y que, en ocasiones, eran alimentado­s con “comida en mal estado”.

El juicio en Mendoza transita su tercera semana. El fiscal de la causa Gustavo Stroppiana habló de las complicaci­ones que han debido superar para llegar al debate oral: “Tuvimos que contratar un software que transcribe las declaracio­nes para asegurarno­s que el cura Corradi pueda comprender lo que ocurre en el juicio, debido a que tiene problemas de audición. Además, se hicieron nuevas pericias para confirmar que el jardinero Gómez está en condicione­s psíquicas de someterse a un juicio”.

El juicio oral se retomará el martes cuando se incorporar­án más cámaras Gesell. Son testigos y víctimas que aún no pasaron por esta modalidad y los magistrado­s podrán seguir sus testimonio­s desde un circuito cerrado de televisión en tiempo real.

Por otro lado, Stroppiana confirmó que se fijaron audiencias durante todo septiembre, en el que se prevé que comiencen a declarar peritos, familiares de las víctimas y otros testigos.

La causa involucra a 14 imputados y 20 víctimas, que tenían entre 5 y 16 años en el momento en que habrían sufrido abusos. Han pasado dos años y 9 meses desde que la investigac­ión se inició en noviembre de 2016, por denuncia de un grupo de hipoacúsic­os en la Legislatur­a mendocina. Los tres acusados del primer juicio arriesgan una pena de 50 años. ■

Dos relatos coinciden en que la chica fue atacada en un baño por el cura Corbacho.

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