Miles de bonaerenses se congregaron para dar su apoyo a Vidal
Tras la dura derrota en las PASO, una multitud se congregó para darle apoyo. La mandataria se mostró conmovida.
Fue en la plaza principal de Morón a un mes de la derrota en las PASO. “Es el mejor regalo”, dijo la gobernadora.
“¡Al balcón! ¡Al balcón!”, cantaban los manifestantes en la plaza San Martín, frente a la municipalidad de Morón, cuando apareció María Eugenia Vidal entrada la tarde. El pedido era acaso para verla mejor o para que diera un discurso, pero la gobernadora tenía decidido no hacerlo, en línea con la estrategia de cara a octubre, con actividades de “mayor cercanía” con los bonaerenses y despegada de Mauricio Macri. Vidal no sólo nunca subió al balcón: recorrió un rato largo la valla para tomar contacto con los presentes y dos veces se metió en la plaza. La movilización por su cumpleaños -número 46- fue, en una etapa con prioridad de gestión según su equipo, un motivo para recrear un contexto de campaña y buscar tomar impulso en su pelea cuesta arriba contra Axel Kicillof.
Hasta un rato antes del acto, convocado por redes sociales en su municipio de origen, Vidal no tenía previsto asistir. Al menos eso dejaron trascender sus colaboradores, hasta asegurarse que la concurrencia fuera nutrida. “Hay mucha gente, tenía que venir a saludar”, alegaron una vez que más de la mitad de la plaza estaba cubierta. El clímax llegó luego del rato de saludos, valla de por medio, en el que Vidal se tomó su tiempo para que la abrazaran y besaran, para las selfies, para recibir cartas con pedidos. “Gracias, gracias”, repetía con una sonrisa. Después no subió al balcón pero sí a unos escalones y se largó a llorar, se golpeó el corazón, volvió a agradecer e hizo la mímica del abrazo, tal vez en el único gesto comparable con Macri. “No estás sola”, le cantaban en ese momento. El Presidente lo había hecho en la Casa Rosada, cuando salió durante la movilización en la Plaza de Mayo.
“La verdad es que es el mejor regalo de cumpleaños que podía recibir. Todo este amor y el de los que se acercaron hoy a través de las redes sociales es un amor que me voy a quedar siempre y que sostiene esta provincia”, se limitó a decir la gobernadora, que evitó responder preguntas de los periodistas. “Vidal no se va” y “Lo damos vuelta, la puta que lo parió”, cantaron unas ocho mil personas -según los organizadores-, además del clásico “Sí, se puede”, entre banderas argentinas, carteles de Feliz Cumpleaños y algunos con consignas como “Defendamos la República” o “No queremos volver al pasado”.
La mandataria llegó con Alex Campbell -subsecretario de Asuntos Municipales- y la esperaban su ex marido Ramiro Tagliaferro -intendente de Morón- y legisladores o aspirantes como María Luján Rey, Toty Flores, Carolina Píparo, Waldo Wolff y Alberto Assef. También Juan Carlos Blumberg, cuyo hijo fue secuestrado y asesinado en 2004.
“Vengo a apoyarla en las luchas que está dando. No es fácil la provincia. Macri se ha equivocado, pero también hay que darle otra oportunidad. Tengo fe que se puede revertir el resultado”, decía Vicente, de 70 años, empresario metalúrgico. “La apoyo totalmente a Vidal y no lo quiero a Kicillof. A Macri lo cagaría a trompadas porque nos hizo perder la oportunidad de erradicar a la lacra del peronismo, pero lo voy a volver a votar”, se enardecía Julia, docente.
Luego del cimbronazo de la derrota ante Kicillof, por 18 puntos, Vidal se diferenció del Presidente en la primera reacción. También anunció medidas para aliviar los efectos de la crisis en los sectores más vulnerables. “No hay clima de campaña”, insistió un estratega, aún con la plaza que implicó un intento de retomar envión. “Va a seguir con recorridas en silencio, charlando con los vecinos”, contó.
Macri llamó a Vidal por su cumpleaños y al caer la noche también la saludó en Twitter y agradeció la movida en Morón. “Más adelante vamos a compartir algún acto”, soltaron en La Plata. Tagliaferro -Lucas Ghi le sacó 7 puntos en las primarias-, como otros intendentes con chances de revertir el resultado del 11 de agosto, preferiría evitarlo. “A ninguno le sumaría que pise su distrito”, dijo sin vueltas un armador de campaña. ■