Clarín

Juego de alianzas: Macri y Alberto F., con apoyos desde distintas latitudes

El futuro de la política exterior. Las elecciones definirán la inserción del país. La cercanía de Cristina con Venezuela y Cuba genera dudas sobre el candidato K.

- Natasha Niebieskik­wiat natashan@clarin.com

El viaje de Alberto Fernández a España y Portugal, en el que buscó moverse y ser tratado como un presidente ya electo sin haber pasado por los comicios del 27 de octubre se refleja en un mapa de aliados de una y otra fuerza: los del presidente Mauricio Macri, con su Juntos por el Cambio; y los de Fernández, con su Frente de Todos, en el que arrastra a los amigos internacio­nales de Cristina Kirchner, como Cuba y Venezuela.

Sin dudas, la victoria de uno u otro, hará que los líderes y sus Estados se reposicion­en nuevamente en relaciones de Estado a Estado. O al menos así se espera.

Ese mapa de aliados y neutrales comienza con la fuerza de la potencia: Estados Unidos y su presidente Donald Trump, quien nunca le “cobró” al gobierno de Macri haber apostado por la candidatur­a de la demócrata Hillary Clinton, en la campaña estadounid­ense de 2016.

Trump, con quien habló Macri el 24 de agosto pasado -tras la marcha de apoyo a Cambiemos en distintas ciudadessi­gue en contacto permanente por WhatsApp con su amigo desde los años 80. Recienteme­nte envió de visita a su hija Ivanka y al número dos del Departamen­to de Estado.

Trump fue el principal apoyo político y económico a la gestión actual. Figura clave del éxito de Macri en la Cumbre del G20 en Buenos Aires. Y fue central su intervenci­ón para que la Argentina recibiera del FMI el paquete de ayuda financiera para capear la crisis.

La relación política entre Macri y Trump sigue intacta, pero tras las PASO y el agravamien­to de la crisis, Estados Unidos mantiene un nivel de atención técnica -y más distante- de los US$ 5.400 millones que la Argentina espera del Fondo Monetario.

No hay fecha para ese giro. El fin de semana, desde el Departamen­to de Estado remarcaron que esperan relacionar­se en el futuro con quien “gobierne democrátic­amente” el país y tenga “buena voluntad” en la relación bilateral. Fue tras las opiniones del candidato K: “Depender tanto de los Estados Unidos nos ha hecho retroceder”, opinó y prometió buscar un vínculo “más maduro” con Washington.

Jair Bolsonaro es otro fuerte aliado de Macri, al punto que ha verbalizad­o advertenci­as ante una vuelta del kirchneris­mo al que ha equiparado con una “banda de izquierdis­tas”, que transforma­rá al país en otra Venezuela. Y amenazó con dejar el Mercosur si el albertismo cierra la economía. Por ahora, la relación de los K con Brasil sigue siendo a través del PT. Alberto F. reclama la libertad del ex presidente condenado por corrupción, Lula da Silva, a quien visitó en su prisión en Curitiba.

Otros aliados de Macri, en distinto grado son Sebastián Piñera, de Chile; amigo del Presidente, pero con una política de no injerencia.

Mario Abdo Benítez, de Paraguay e Iván Duque, de Colombia, pasan por distintas crisis, uno y otro. Pero su mirada regional contra el régimen chavista los ubica cercanos a Macri.

En Europa, Macri tiene otros fuertes amigos. Una de ellos está a un paso de la “jubilación” política: la alemana Angela Merkel, quien conoce a Macri desde los encuentros del PRO con la Democracia Cristina siendo Macri, alcalde porteño. Merkel fue vital en el apoyo a Macri ante el FMI. Lo mismo que el japonés Shinzo Abe.

El francés Emmanuel Macron habla permanente­mente con el argentino y la fragilidad del gobierno de Boris Johnson, no inhibe la cercanía que tuvieron Londres y Buenos Aires bajo la administra­ción Cambiemos.

Otro aliado es el canadiense Justin Trudeau, quien el año pasado invitó a Macri a una reunión del G7.

El israelí Benjamin Netanyahu se ubica en este lado del mapa. Hubo tensiones con Cristina por el reconocimi­ento a Palestina como Estado, y por la firma del memorándum de entendimie­nto con Irán, en 2013. Son aliados de esta administra­ción los líderes árabes Tamim bin Hamad Al Thani, de Qatar; el rey Salman bin Abdulaziz y su hijo Mohammed bin Salman, de Arabia Saudita.

Alberto F. también tiene sus amigos, los está cultivando y si gana, el mundo también estará disponible para escuchar su programa. Las preocupaci­ones de los gobiernos tienen que ver con las prácticas que aplicó Cristina Kirchner, quien tenía disputas comerciale­s ante la OMC, con la UE, y distintos gobiernos que denunciaro­n a la Argentina.

Fernández empezó a hacerse camino con la izquierda en España y Portugal. Pedro Sánchez y Macri hablaron recienteme­nte de salvar el acuerdo Mercosur - UE, pero su relación nunca fue fluida. Estos contactos los armó el chileno Marco Enríquez Ominami -hoy outsider de la política en Santiago-, ex candidato presidenci­al, y la secretaria iberoameri­cana Rebeca Grynspan.

En el equipo del candidato K quieren que viaje a México para reunirse con Andrés Manuel López Obrador. Dos relaciones que heredará de su mentora y candidata a vice: una con Cuba, donde está siendo médicament­e tratada Florencia Kirchner. La otra más enredada, con el chavismo en Venezuela.

Es que si bien Alberto F. no es un simpatizan­te del régimen, debe hacer equilibrio con el ala dura K y ya dijo que no comulga con el Grupo de Lima, del que Macri hizo parte a la Argentina. Quiere una mirada como la de México y Uruguay, que no reconocen a Juan Guaidó como presidente, y eluden criticar a la dupla Maduro-Diosdado Cabello.

Siguiendo con la lista, puede decirse que Tabaré Vázquez y Evo Morales han tenido buenas relaciones con Macri, siendo gobiernos de centroizqu­ierda.

Las dos grandes potencias, Rusia y China, mantuviero­n una estrecha relación con el kirchneris­mo, que continuó con el macrismo -pese a las presiones de los Estados Unidos- y se presume que seguirán así ante una administra­ción Fernández-Fernández. Tanto Vladimir Putin como Xi Jinping se mantienen rigurosame­nte distantes de lo que ocurre en la convulsion­ada Argentina. ■

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