Francia, dura con Gran Bretaña: rechaza una nueva extensión del Brexit
Lo aseguró el canciller Jean Yves le Drian. París cree que el premier Boris Johnson no está negociando.
Era el capítulo que faltaba en el caos británico del Brexit. Francia amenaza con vetar la extensión de tres meses para continuar negociando con la Unión Europea y evitar una salida sin acuerdo, que acaba de aprobar el Parlamento y que recibirá hoy lunes el consentimiento de la reina Isabel. “En el estado actual de las cosas, es no”, alertó el canciller francés Jean Yves le Drian, ayer, cuando le preguntaron en la emisión Les Grand Rendez Vous en Europe 1 sobre las perspectivas de la extensión.
Con el presidente francés Emmanuel Macron en la línea más dura de la negociación, el jefe de su diplomacia expresó su frustración de ser involucrado “en un juego” doméstico británico, que daña la dinámica y los proyectos políticos de la Unión Europea. Los legisladores británicos consiguieron una ley en tiempo récord y antes de la suspensión parlamentaria, decidida por el primer ministro Boris Johnson, para no irse de la UE el próximo 31 de octubre sin acuerdo. Le exigen a Boris que vaya a Bruselas y pida una extensión de tres meses para conseguir un acuerdo para el 19 de octubre.
El primer ministro británico se opone y los diputados británicos de todos los partidos amenazan con llevarlo a los tribunales. Johnson puede finalizar preso por desacato a la justicia. El Brexit terminaría siendo decidido por la Corte Suprema de justicia británica a este ritmo y completamente judicializado. Un final que Europa no quiere. “Hay un impasse y es necesario que los británicos nos digan qué es lo que quieren. Que los británicos asuman su situación”, insistió el ministro de Relaciones Exteriores de Francia. Para Le Dryan, “sobre el fondo, hay una especie de conflicto de legitimidad entre el pueblo que, por la vía del referéndum, ha dicho “yo quiero salir y el Parlamento, expresión del pueblo también, que no sabe cómo salir”, señaló. Según el canciller francés, “por el momento no sabemos qué quieren hacer porque no hay mayoría para ninguna de las opciones. Hay hoy un impasse que se traduce por los riesgos para Gran Bretaña porque Escocia agita la eventualidad de la independencia”.
En este contexto, Francia considera “el veto” a una extensión del período de negociaciones, ante la falta de progreso en las recientes conversaciones. Pero especialmente ante la falta de una propuesta seria británica sobre las salvaguardas o “backstops“en Irlanda del Norte para respetar en la convulsionada provincia al acuerdo del Viernes Santo, que frenó la guerra civil religiosa, que duró más de 30 años y dejó 3.000 muertos.
Las “backstops” o salvaguardas impuestas significan que Irlanda del Norte permanecerá dentro del mercado único y la unión aduanera europea como reaseguro, para que no haya una frontera dura entre las dos Irlandas. Para los Brexitiers es una inaceptable línea roja. Este es lo que Boris busca conseguir para vender a los británicos que ha logrado un nuevo acuerdo, diferente al de la primera ministra Theresa May y que rechazó tres veces el Parlamento británico.
Le Drian remarcó que “hay una falta de propuestas realistas”. La canciller Angela Merkel había dado 90 días a Boris -en su encuentro en Berlínpara presentar una alternativa de control tecnológico para aliviar o reemplazar las salvaguardas.
Pero como dijo Amber Rudd, la ministra de Trabajo británica renunciante el sábado en su explosiva carta, “un acuerdo no es el objetivo del gobierno” y no trabajan suficientemente en conseguirlo. Ante esta evidencia, el canciller francés dijo que la paciencia de los europeos se está acabando. “Nosotros no vamos a extender la fecha límite cada tres meses”, dijo Le Dryan. La ley Benn, que firmaron todos los partidos británicos en acuerdo, extiende la membresía europea de Gran Bretaña hasta el 31 de enero pero Boris Johnson no está de acuerdo con pedir esa extensión.
El gobierno de Boris Johnson pedirá hoy una nueva moción en el Parlamento para una elección general anticipada el 15 de octubre. Un pacto de todos los partidos lo impedirá. El resultado puede ser un voto de confianza que pierde Boris, su renuncia y la asunción del laborista Jeremy Corbyn como primer ministro. ■
París amenaza con vetar la extensión de tres meses para llegar a un acuerdo con Londres.