“Los vuelos espaciales son una experiencia espiritual”
Según el especialista, cuando nos alejamos de la Tierra se fortalece el vínculo entre los humanos.
Lo hemos naturalizado, pero desde el año 2000 ha habido humanos constantemente en el espacio: es realmente increíble”. Así explica Roger Launius, principal historiador de la NASA entre 1990 y 2002, lo que cree que es el mayor legado de la exploración espacial.
El libro Historia de la exploración espacial es un hito fundamental en la cronología de hechos que comenzó muchísimo antes que el siglo XX: Launius arranca con personalidades como Aristóteles quienes, tan sólo con la observación y la razón, idearon todo un sistema celeste. El especialista, autor de numerosos trabajos sobre el espacio, maneja una idea: si dejamos de asombrarnos con los viajes espaciales, el alunizaje y otros logros, estamos prácticamente muertos en vida.
–“El lanzamiento de un cohete es una experiencia transformadora”, escribe. ¿Por qué?
–Nadie atraviesa un lanzamiento espacial sin verse transformado. Es una epifanía. Nadie lo dijo mejor que Ray Bradbury: “Muchos de nosotros perdimos la pasión y la emoción de las cosas extraordinarias que hemos hecho en el espacio (...) Cuando la explosión de un lanzamiento te golpea contra la pared y el hollín sacude tu cuerpo, escuchas el gran grito del universo”.
–“Más allá de ser un enorme logro de la ingeniería, los vuelos espaciales son una experiencia espiritual que llega a las profundidades de la psicología humana”, decís. ¿Cómo llegaste a este pensamiento?
–Suelo ver un sentido de lo divino en todo. Aunque la misión Apolo se haya explicado casi siempre por la Guerra Fría, parecería haber algo más que política en los vuelos espaciales. Los vuelos espaciales son una experiencia espiritual. Lejos de interpretarlos como una iniciativa bélica, sugeriría que existe algo profundamente etéreo, sublime, conmovedor y satisfactorio sobre la búsqueda de explorar más allá de la Tierra. La naturaleza significativa de la exploración espacial parece
una cercana aliada de las concepciones religiosas.
–También habla de la posible vida extraterrestre. ¿Por qué?
–No existe pregunta más profunda que “¿estamos solos en el universo?”. Es algo que hemos ponderado durante mil años. El administrador de la NASA, James C. Fletcher, comentó en 1975: “Es difícil imaginar algo más importante que un contacto con otra raza inteligente. Podría ser el logro más significativo de este milenio, quizás la clave hacia nuestra supervivencia como especie”. Y, más recientemente, Fletcher remarcó que “la vida inteligente en otros planetas es una posibilidad”. Calculó que el universo tendría cinco mil millones de mundos capaces de soportar vida y que la NASA tiene la responsabilidad de buscarlos. –¿Cómo cambió la forma en la que vemos el espacio con el telescopio? -El telescopio cambió todo. Permitió que los humanos transformásemos nuestro conocimiento del cielo nocturno: de ver puntitos de luz pasamos a estudiarlos como cuerpos que hasta podríamos pisar.
–¿Qué otros referentes son centrales en esta historia?
–Galileo, Newton y otros formularon el orden del cosmos que gobernó el conocimiento humano hacia el siglo XX, y quizás más. Newton fue el más importante, dejó fundamentos científicos intactos por dos siglos. Formuló las tres leyes del movimiento, centrales para el desarrollo de los vehículos espaciales y colocó a la astronomía y la física en una base científica firme. Las observaciones de Newton en torno al movimiento sugirieron que el universo estaba en constante flujo y que el movimiento en un parámetro predecible era lo natural.
–Le da importancia a Newton. –Claro, porque la gravitación universal, argumentó Newton, contaba con las acciones físicas de los cuerpos celestes. Las ideas de Newton, tan críticas para el desarrollo de los vuelos espaciales, se convirtieron en el método establecido para explicar el universo durante su vida y eso siguió así hasta el siglo XX. Los vuelos espaciales hubiesen sido imposible sin sus teorías.
–La literatura y las películas siempre tuvieron un vínculo fuerte con la exploración espacial. ¿Cómo se relacionó el arte con la ciencia?
–Hay una fuerte influencia. Cuando Galileo transmitió por primera vez sus descubrimientos sobre el sistema solar, desparramó una especulación impresionante sobre los vuelos lunares. Johannes Kepler, astrónomo, publicó póstumamente una novela, Somnium (Sueño, 1634), que describía un viaje supranatural hacia la Luna en el que los visitantes encontraban criaturas serpenteantes. Cyrano de Bergerac escribió Historia cómica de los Estados e imperios de la luna describiendo los distintos intentos de viajes a la Luna. Y hay más.
–¿Dónde queda la llegada a la Luna? –Es difícil no enamorarse del alunizaje. Fue la primera vez que los humanos pisaron otro cuerpo más allá de la Tierra. Concuerdo con el periodista Walter Cronkite: “Somos la generación con suerte, porque hemos roto nuestros límites terrestres para aventurarnos al espacio. Espero ver un regreso a la Luna y quizás una misión humana a Marte.
-¿Y qué significó Neil Armstrong? -Muchos expertos lo han visto como el Cristóbal Colón del siglo XX, la vanguardia del descubrimiento humano sostenido y la exploración. Pero cuanto más pasa el tiempo más lo veo como Leif Erikson y sus viajes de Escandinavia a América cientos de años antes que Colón: ¿es una exploración sin salida? El tiempo lo dirá.
-¿Cómo impactó la Segunda Guerra en la exploración espacial?
-Llevó la cohetería a la mayoría de edad. Pero no para la exploración espacial sino con propósitos militares. La guerra forzó a las naciones a concentrarse en tecnología aplicada, entonces fomentaron las investigaciones, pero con fines bélicos. -¿Qué lugar tiene la guerra Entre Estados Unidos y la Unión Soviética en esta historia?
-La Guerra Fría llevó a la carrera lunar, el episodio más espectacular de la exploración espacial. Durante los primeros quince años de la era espacial, 1958-1973, los Estados Unidos y la Unión Soviética se entrecruzaron en una dura pelea para demostrar que sus respectivos sistemas político-económicos dominaban al mundo. Esta guerra afectó cada aspecto del balance global del poder. Fue una guerra por otros medios.
-Como historiador de la NASA, ¿cuándo diría que la exploración espacial cambió dramáticamente?
-El evento número uno es Apolo. En relación a los vuelos espaciales tripulados, el programa del “Space shuttle” está muy arriba en la lista, por muchas razones. Entre ellas, que se utilizó como una plataforma de investigación científica para hacer experimentos. Incluso, se llegaron a obtener importantes pruebas de otros planetas, además de ser epicentro de observaciones terrestres durante más de 30 años. -¿Cuál piensa que es el legado más grande de la exploración espacial para la humanidad?
-Lo hemos naturalizado, pero desde el año 2000 ha habido humanos constantemente en el espacio: eso es realmente increíble. Y fue gracias a los desarrollos de la Estación Espacial Internacional (ISS). Esto fomentó un nivel de cooperación en actividades espaciales y el desarrollo de vínculos más fuertes: cuánto más nos alejamos de la Tierra, más se fortalecen los vínculos entre los humanos. Es muy posible que dentro de cien años el aspecto más significativo que cualquier actividad de exploración espacial haya dejado sea haber unido a varias naciones en un gran búsqueda pacífica. ■